Dicen que no hay arma más poderosa que las palabras, estas pueden dar fin a una guerra, un mal o incluso salvar una vida, sin embargo, cuando estas son usadas para causar dolor se vuelven letales, traicioneras y de gran dolor para quien es mandada.
Y ella muy bien lo sabía. Sus palabras entraron como dagas en lo más profundo de su ser y este ya no podía más con ello, lo había soportado y más de lo que desearía.
Era cruel, era un dulce martirio.
Kagome siempre se había caracterizado por era amabilidad, belleza y fuerza que tenía, cualquiera que la conocía sabía que ella era buena persona, muy noble pero de igual manera decidida.
Sin embargo en el tema del amor era algo completamente nueva, ingenua y más en aquella etapa donde hasta las hormonas se juntan y causan estragos, donde se ama con pasión y ella a mezclarse con la belleza de la inocencia y más maestría de la sensualidad.
Eso pasaba con Kagome Higurashi, una bella estudiante de preparatoria que llevaba diecisiete años de edad, hermosa melena azabache la decoraba junto con una miel lechosa y unos bellos almendrados ojos bañados con hermoso brillo de chocolate.
Eso solo en características físicas, porque en inteligencia era un prodigio, de bella calificaciones que la llevaron a estar entre los cinco mejores de cada año.
Más había ocasiones donde su mente dejaba de funcionar cuando se topaba con esos ojos ámbar que bañados en el sol parecían dorados, una bella cabellera rubia blanquecina que era hermosa, su talón de Aquiles en muchos casos.
InuYasha Taisho.
Estudiante ejemplar claro que sí, con promedios excelente también y sobre todo experto en artes marciales. Y el había cautivado su corazón cuando se conocieron, era primo de Kouga, el jefe del equipo de atletismo de la preparatoria.
Kouga y Kagome se conocían mucho antes y gracias a él se pudieron conocer y conocer, llevándose pesado primero al molestarse cuando se veían ya que la dama era recogida por sus padres al salir del plantel, pasado unos meses esta iba con ellos y varios amigos más hasta su parada de metro.
Quisquillo es el destino que había hecho que los primos y ella vivieran cerca siendo vecinos comenzado a si su gran amistada. Una que poco a poco comenzaba entre InuYasha y Kagome, siempre molestándose, ayudándose y estando juntos.
Sin embargo cuando hay paz más cerca está la guerra y eso paso.
InuYasha a lo largo de su vida tuvo una novia que amo con toda el alma y cuando terminaron intentaron ser amigos a pesar de existir una traición de por medio, lo que no esperaba en rubio era que esta detestara a la joven que se había vuelto su amiga, Kikyo y Kagome no se llevaban por rencillas de niños que tras pasar el tiempo se hizo más personal.
Y se hizo peor cuando los sentimientos de ambos crecieron, más lo de la joven Kagome por aquel joven de cabellera plateada y comenzaron a molestarla con ello, en un principio a ninguno de los dos le molesto, pues a pesar de todo era cierto, claro que Kagome no sabía que por parte de InuYasha habían sentimientos hacia su persona.
Sin embargo estaba en peligro una amistada y más aún cuando Kikyo se enteró de ello, Kikyo movió cielo y tierra para que Kagome siempre los viera juntos y así quebrar las esperanzas de la castaña que no tenía el valor suficiente para declarase al joven al igual que el rubio al dejarse influenciar por su antiguo amor.
Y así comenzaron a pasar los meses y poco a poco estos se fueron separando, hablando poco y sin miradas que demostraban que estaban al pendiente de cada uno, aun así ella se preocupaba por él en el poco tiempo, hasta que el detonante de que se dejaran de hablar se dio dos tardes antes de salir a vacaciones.

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La terrorífica Zona De Amistad.
Fiksi Penggemar"Ella sólo es una amiga" Para Inuyasha esa frase le podría dar un Oscar, pues eso era exactamente lo que decía sobre Kagome cada vez que la gente los veía juntos. Pero ¿Qué sucede cuando hasta para el joven de ojos ámbar duda sobre la misma frase...