CATORCE

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— ¿Y seguro que cuidaras de mí? Sabes que no acostumbro a ir a ese tipo de fiestas.

— Sí YangMi, ya te lo prometí seis veces. -dijo HoSeok por sexta vez.-

— Bien, iré. -sonreí.-

— Perfecto, entonces te espero en el estacionamiento a las ocho, ni un minuto más ni un minuto menos, ¿Bien? -sonreímos y yo asentí.- Adiós, pequeña. -se despidió por último para cerrar la puerta de mi departamento de dejarme sola de nuevo. Odio esto. Odio quedarme a veces sola.-

Me levanté del sofá y me encaminé a mi armario. Debería de ver qué ropa llevar para esta noche, no quería llamar la atención, así que vestidos descartados, así que sólo opté por un blusa de tirante color negra y un saco bonito color beige, y claro, unos lindos tacones negro con un pantalón de mezclilla rasgado. Cómodo, con estilo y con un toque formal. Tan yo. 

°°°

— Vaya... Te vez...

— ¿Grandiosa? Eso ya lo se. -me hice la interesante y sonreí.- Miento, ¿Cómo se me ve?

— Te vez como YangMi. -sonrió HoSeok para poner en marcha su coche.-

— ¿Eso es bueno?

— Claro, porque tú tienes tu toque único para eso de la moda, me mola tu outfit. -sonrió para después seguir platicando de cosas sin sentido.-

Creo que teniendo de amigo a HoSeok debería de estar ya acostumbrada a las fiestas los fines de semana.

°°°

— Iré por algo de tomar, ¿Quieres algo? -me ofreció HoSeok.-

— No gracias, aún no quiero alcalizarme. -reí y él asintió.-

— Vuelvo en seguida, no tardo. -asentí.-

Me senté en un sofá vacío, viendo a toda esa gente, la mayoría jóvenes o chicos de mi edad, viendo el como bailaban y se alcalizaban, como si fuera el último día de sus vidas... Pobres, mañana amanecerán con una horrible resaca.

Y de la nada toda mi tranquilidad se fue a la basura cuando lo vi pasar de la puerta. 

— JiMin, ¿Park JiMin? -dije para mí misma. Volteé a todos lados en busca de HoSeok pero no había rastro de él, ¡¿Dónde carajos se había metido HoSeok?!.-

Los chicos al igual que HoSeok no hacían acto de presencia, y cada vez más JiMin se iba acercando con aquella chica de estatura mediana y cabello largo y negro como la noche. Era realmente bonita, pero aquello no me preocupara tanto, sino que, JiMin me viera, y aquí. 

Hice como la que no lo veía mientras que yo checaba a lo tonto mi celular, y cuando creo que es momento de levantar la mirada me encuentro con la suya. Una maldita sonrisa de lado mientras sus manos se perdían en los bolsillos de su pantalón de mezclilla, y ese maldito peinadito hacia atrás. 

No esperó mucho para acercarse hacia mí, yo sólo tomé compostura y traté de estar calmada.

— ¿Qué haces tú aquí, y por qué vienes vestida así? -ladeo un poco su cabeza.- ¿Acaso vas a una entrevista y de paso te topaste este lugar con este tipo de gente? -levantó y bajo sus cejas en busca de una respuesta, yo sólo pase saliva y me acomodé en el sofá para ver que palabra le decía.-

Volteé a todos lados y la chica que hace un momento estaba con él había desaparecido. 

— ¿Tú qué haces aquí? Lárgate a beber como lo sabes hacer. -dije aquello y él sólo sonrió, como que si hubiera dicho una maldita broma.-

© 𝐌𝐢 𝐢𝐝𝐢𝐨𝐭𝐚 𝐯𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐉𝐢𝐦𝐢𝐧 || 𝑱𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora