1: Vamos a deletrear

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14 de Enero del 2016

—Baja la puta arma Bencito —sonrió cínicamente agarrando más fuerte mi hermosa Beretta M9, es una de mis favoritas— Sino una de mis balas volara la mierda de cerebro que tienes.

—Pensé que teníamos algo —no pude aguantar mas y me reí en su cara, y riendo tome asiento al frente de él. Nos encontrábamos en la sala de su casa. Estábamos tomando uno copa de ron y coordinando la llegada del cargamento que traían desde Colombia, esta mercancía beneficiaba a todos pero algunos quieren más, como por ejemplo a este pedazo de mierda— Nos podemos escapar de todo esto y comenzar una nueva vida en otro lugar, tenemos mucha plata y será muy sencillo amor. Nos casamos y tenemos hijos y perros, todo lo que quieras preciosa pero vámonos. Tenemos una  gran oportunidad ahora mismo, no hay nadie, solo tu y yo. No lo desperdiciemos amor, vámonos ya sino nos mataran.

Solté una gran carcajada que hasta se me salieron las lágrimas.

—Bencito creo que hay algo que no tiendes —me limpie las lágrimas que se me salieron de tanto reír y me levante. Lo mire sonriente en todo momento— Yo soy el Ángel de la Muerte, yo decido quien muere y quien no. Ustedes viven porque así lo quise y no porque me ordenan, ellos no mandan en esas decisiones Morshi, solo yo —reí cerrando mis ojos un momento para luego mirarlo seriamente— ¿Y te digo algo Bencito? —agarre fuerte mi arma y le apunte en la frente— Ahora mismo se me da por matarte, tengo esas ansías de ver tu sangre y luego cortar pedazo a pedazo tu cuerpo y dárselas a Goliat, que se que le encantara. Lleva meses deseándolo.

—No serías capaz amor —sonríe nervioso— Tú me amas como yo a tí.

—Eso no entiendes Bencito. No existe un tú y yo, nunca lo hubo y nunca lo habrá —saco de mi bolsillo un cigarro y lo pongo en mi boca— ¿Tienes encendedor? —le miro esperando que saque uno y lo hace— ¿Lo prendes? —también lo hace, que gran hombre— Tan eficaz como siempre Bencito —doy una calada y le boto en su cara sonriendo— Pero volviendo a lo que estábamos hablando. Yo no siento nada por ti además de desear tu sangre, esta mas que dicho.

—Amor... —esa palabrita, esa puta palabra que me estresa. Mi mirada se torna seria, bajo el arma a su pierna derecha y le disparo sin pestañar. Él cae de rodillas agarrando su pierna y soltando maldiciones bajas.

—Hay muchas cosas que me estresan y una de ellas es esa palabra —le doy unas últimas caladas más al cigarro y lo apago en su pierna herida. Suelta un grito ahogado y cae hacia atrás con los ojos cerrados— Bencito todavía no, quiero jugar un poquito más, ándale Morshi, levántate— Tengo un nuevo juego que te encantara —me siento en el piso con el arma aún apuntando a su frente.

—Amor me duele —habla mientras se intenta sentar.

—Te explico el juego —desarmo mi arma y lo dejo al lado— Vamos a deletrear y cada palabra que haces bien, darás dos pasos hacia la salida y si lo haces mal, yo daré tres pasos hacia ti y así sucesivamente. 

—¿Y al final? —logro sentarse.

—Sorpresa Morshi —sonrió imaginando el hermoso color rojo que hará brillar este lugar—¿Comenzamos? —asiente— Primera palabra: INFIERNO.

—I-N-F-I-E-R-N-O —tiene un mueca de dolor, sigue apretando su pierna mientras se levanta y da dos pasos hacia atrás.

—Perfecto —alzo los pulgares arriba— Siguiente: SANGRE.

—S-A-N-G-R-E —da otros dos pasos más hacia atrás

—Correcto —agarro mi arma y lo empiezo a armar pero sin dejarle de mirarle con una sonrisa— Ahora: ROJO.

—R-O-J-O —otro dos pasos más.

—Very Good —me levanto con el arma en la mano— La penúltima palabra: MUERTE.

—M-U-E-R-T-E —le falta poco para llegar a la salida, eso no me gusta.

—Maravilloso —aplaudo feliz— La última: TOPI.

—No, esa palabra no, dame otra —deja su arma en el suelo. Espero unos segundos más pero tal parece que quiere otra cosa— Tú no eres TOPI, tú eres la mujer que amo y por la cual soy capaz de todo —me mira con amor.

—Dilo Ben —le miro sin expresión alguna—Dilo.

—Am... —le disparo en la otra pierna.

—Palabra incorrecta —le apunto en el hombro— Te lo digo por última vez porque me diste unos buenos orgasmos. Dilo.

—Dispárame si quieres, pero no lo diré porque tu no eres eso —sonríe con dolor.

—Te equivocas Ben, porque eso es lo que soy y nunca lo dejare de ser —cierro los ojos para luego abrirlos y sonreír. Le disparo en el hombro, luego el otro y mi risa cada vez se hace mas fuerte.

—Te amo —logra sonreír antes de caer al suelo. Yo camino hasta estar a su frente.— Parece que no fue suficiente el amor que te di Juls —habla con dificultad— No fue suficiente para que salieras de esta porquería de vida que llevamos —cierra los ojos y respira profundo antes de hablar— Me enamoré de ti y quería salvarte antes de que te mataran, pero me olvide quien eras.

—Así es Ben —sonrió enormemente— Yo soy Topi y soy el ...

—Ángel de la muerte —susurra antes de dispararle en la cabeza. 

—Nadie puede salvarme Ben. No hay solución para alguien podrida —me agacho, saco un cuchillo de mi cintura y le saco un ojo. Que puedo decir, amo los ojos de colores, tengo una colección en mi cuarto—. Pero por querer ser buen samaritano, no me llevare tu cuerpo. Solo tu ojo Bencito, ah, y saluda de mi parte a los demás.

Doy media vuelta, recojo el maletín lleno de plata, agarro una mochila que esta en el sofá y meto todos los documentos y armas que hay. Me cuelgo la mochila y salgo de esa casa feliz. Un ojo mas para mi colección.












Espero les guste




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