Eterno ➵ KOOKGI

Capítulo 1

NUEVE MESES ATRÁS

— ¡YoonGi! ¡YoonGi! ¡Despierta!

El nombrado YoonGi, frunce el ceño ante los intensos llamados e intenta regresar al hermoso sueño donde vive lejos de todo este asqueroso sitio, lejos del cielo, lejos de los ángeles, perdido en un bosque y viviendo en una bonita y agradable cabaña del mundo terrenal. Quizás podría escalar todos los árboles que él quisiera. Podría jugar todos los días en las claras aguas de un lago. Y en los días de lluvia saltaría sobre charcos, embarrando así su ropa y finalmente dejándose caer rendido en el césped, dejando que el agua lleve consigo todos sus pesares.

Sí, YoonGi hubiese sido más feliz naciendo como un animal salvaje que como un ángel.

— ¡Es importante, YoonGi! —escuchó los reclamos de su gran amigo pelirrojo, quién nuevamente lo meneo de sus hombros con fuerza.

— ¿Qué puede ser más importante que mi siesta? —murmuró aún con los párpados cerrados y casi volviendo a dormirse.

— ¡Te están llamando! ¡El Rey te está llamando! —exclamó con desesperación la razón por la cuál ha interrumpido su siesta.

— ¿Qué?

YoonGi simplemente no podía creerlo, se sienta de golpe, totalmente aturdido por las palabras de su amigo.

— ¿Estoy...? ¿Estoy en problemas? —inquirió YoonGi, sintiendo su corazón encogerse del temor al pensar en las razones del porque el Rey está pidiendo su atención.

— No lo sé, realmente no lo sé pero debes de ir, ¡ahora!

— ¡Me hubieras despertado antes, HoSeok! —se quejó YoonGi y se levantó al instante, casi tambaleandose, dejando que se extendieran sus hermosas alas blancas.

— ¡Y lo hice! ¡Solo que tienes el sueño demasiado profundo!

— Oh, calla —YoonGi rió entredientes, negando las palabras del pelirrojo—. No me acompañarás, ¿cierto?

— Me han dicho que debes ir solo, sin ningún acompañante —respondió HoSeok, con una mueca y visiblemente preocupado por su amigo.

YoonGi tomó una gran calada de aire fresco, preparándose mentalmente a lo que podría pasar cuando llegue junto al Rey y comenzó a levitar en el aire, haciendo azotar fuertemente sus alas en el viento. Seguidamente se inclinó ligeramente hacia adelante como agradecimiento a HoSeok y cruzó rápidamente las montañas de nube, de allí llegó a las puertas que llevaban al reino de los ángeles mayores.

En el cielo, en donde mires, todo era magnífico, lleno de paz, armonía y amor. El pasto y grandes árboles con fuertes ramas brillaban ante el potente sol, el olor del rocío, los brillos del campo, las luces blancas tintineando y volando alrededor, y claro, su hermoso cielo con colores tan vivos y transparentes, era totalmente un paisaje de puro ensueño.

Todo allá arriba era tan puro pero, ¿también lo serán sus propios ángeles?

YoonGi poco a poco se dejó caer hasta que sus pies descalzos tocaron el suave césped. Observó con cautela las escaleras de brillante plata hasta dirigir su mirada hasta el templo que lo rodeaba unas tantas nubes.

Eran muchas escaleras y por respeto, guardó sus alas y subió por peldaño, sintiendo el viento tibio acariciar su cabello rubio y chocar con sus orbes dorados.

Una vez que llegó hasta el último escalón, hizo una reverencia hacia las dos gigantes puertas.

— Soy el ángel YoonGi, el Rey me ha mandado a llamar —habló el rubio, aunque su voz saliera firme, su cuerpo temblaba por el viento.