Stupid Parents ──방호

ਏਓ⠀⠀⠀⋅ ⠀⠀chan y bora.

los días pasaron más rápido de lo que la pareja hubiese querido, ahora, su pequeñita tenía casi el año de nacida.
la última semana había sido bastante pesada, pues minho se había resfriado y chris tuvo que cuidar a ambos bebés quejones.

ese día, él tenía que ir a la empresa a llevar algunos papeles, no tardaría, pero tenía miedo de dejar a ambos solos. primero, porque el resfriado realmente había tirado a su novio y lo único que el mayor quería era que descansara. y segundo, la nena podría contagiarse, así que estaba atrapado en gran dilema.

al final, decidió que llevaría a su pequeñita con él. no pasaría nada porque iba rápido y aprovecharía para distraerla un rato y que no molestara mucho a su papá.

"en un ratito venimos, cielo. te amo." se acercó a besar la frente del pálido chico, consecuencia de su enfermedad. él respondió con un simple asentimiento de cabeza, acomodándose entre las sábanas.

bang decidió no molestarlo más, salió de casa con bora en sus brazos. en los de ella, un peluche de dinosaurio, sin un ojo, sufría una terribla asfixia. la pequeña bang estaba tan feliz de acompañar a su papá al trabajo que apretaba muy fuerte a su suavecito amigo.

chris la acomodó en su silla de seguridad y, a juzgar por su rostro, sabía que eso no le gustaba para nada.

"¿y esa cara qué?" picó la nariz fruncida de la niña, logrando que frunciera todavía más el ceño. "no te enojes, linda. vas a ver que no tardamos mucho."

subió al asiento del piloto y comenzó a conducir hasta la disquera, la niña señalaba todo y él le decía el nombre de lo que alcanzaba a ver, pues le estaban enseñando más palabras. hasta el momento, su vocabulario consistía en "pan" y "seungmin", y sí, minho seguía muy ofendido porque su primera palabra había sido "seungmin".

dejando de lado la mala suerte de los padres, no tardaron en llegar al gran edificio. el mayor se aparcó antes de bajar y tomar a su hija en brazos, junto con las letras que debía entregar. él no sabía en que momento un chupete había llegado a la boca de la niña, pero no se preocupó, los germenes le ayudaban a sobrevivir.

padre e hija entraron al edificio, la última veía todo con curiosidad. también, saludaba con su mano a cada persona que veía. de su boquita salían muchos soniditos tiernos, estaba pasando el mejor momento de su vida y no podía no expresarlo. chris la veía con una gran sonrisa, definitivamente esa niña le hacía el hombre más feliz del mundo.

no tardaron mucho en el lugar, chris entregó rápidamente lo que debía y después salió, olvidándose por completo de que su hija llevaba cosas para distraerse.

se fueron tres, llegaron dos.

al llegar y estar tan ocupado mimando a su marido, además de contándole entre risas todo lo que había sucedido durante su corta estadía, no se percató de que la pequeña buscaba algo, a alguien.

¡su amiguito dinosaurio no estaba! ¡él no estaba! el pánico rápidamente se apoderó del cuerpo de la pequeña personita que buscaba sin éxito a pan, el amiguito dinosaurio sin un ojo.

pronto el llanto llegó a oídos de sus padres, dejando como consecuencia una tarde sumamente larga en la que todos deseaban llorar junto con bora por la pérdida de su verdoso compañerito. aún así, chan no entendía como lograba disfrutar ese llanto y los jalones de cabello que le proporcionaba.

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gus mornin ya volví