paso, pasito, practiquemos Pal bailecito

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El timbre suena finalizando la clase de aritmancia, la profesora les recuerda terminar sus deberes y aunque a nadie le importa, la mayoría asiente por mera formalidad. Cuando Groock va por el pasillo dispuesto a matar el tiempo en la biblioteca una mano lo detiene por el codo.

—¡Por Merlín! ¡Avisa, mujer! Casi te vuelo la cabeza —inquiere el moreno guardando su varita.

Hermione por su parte ríe pensando que solo es una broma indefensa y lo insta a caminar. El último mes aunque no pasan tanto tiempo juntos, sí que se juntan a estudiar y hacer deberes; Groock era como una piedra cuando se lo proponía y podía pasara horas y horas sentado en una misma posición, lo cual ayudaba a Hermione a dedicarse también en lo suyo. Igual, clases como estudio de runas antiguas y estudios muggles se sentaban cerca para intercambiar notas; sino, su tarde se resumía en Groock robándole pergaminos a Hermione y luego devolvérselos con comentarios de la clase.

—Caminas muy rápido, ¿tienes algo que hacer?

—Se me hace tarde para perder el tiempo.

—¿Vienes conmigo?

Groock mira de izquierda a derecha previendo a algún chismoso. —¿Nos meteremos en problemas?

Hermione le d una mirada vacilante. —Técnicamente no, aunque no deberíamos estar ahí...

—Entonces acepto.

Caminan mientras comentan cosas de las clases, pelean un poco sobre cuál es la forma más idónea de traducir los tratados de los duendes del aire a latín y después a su lengua materna y por alguna razón terminan charlando sobre cómo McGonagall pudo convertirse en animaga y el porqué de ser un gato.

—¿venimos a las cocinas? —inquiere reconociendo las pinturas de bodegones. La castaña le da una mirada culpable—. ¿Qué pretendes hacer, Granger?

Hermione no responde, solo camina hasta la pintura de frutero gigante, alarga el índice y hace cosquillas a una enorme pera verde, quien comienza a retorcerse entre risas, y de repente se convierte en un gran pomo verde. Hermione lo acciona, abre la puerta y empuja a Groock por la espalda, obligándolo a entrar.

Echa un vistazo a la sala con el techo muy alto, igual que el gran comedor, llena de montones de relucientes ollas de metal y sartenes colgadas a lo largo de los muros de piedra y una gran chimenea de ladrillo al otro extremo.

—La otra tarde seguí a Fred y George hasta acá pero no tuve el valor de entrar hasta ahora. —Miran hacia sus lados y de entre los muebles comienzan a salir criaturas del tamaño de un niño, solo que Groock los conoce bien—. ¿Recuerdas lo que pasó en el campeonato de quidditch?

EL azabache la mira con una ceja alzada y pretende que sabe de lo que habla, ocurrieron tantas cosas pero no todas ellas le son importantes.

—¿Algo en especial que quieras decir?

Hermione suelta un suspiro. —Bueno, primero Barty Crounch trató a su elfina sin un poco de compasión y después, cuando sucedió lo de la mara tenebrosa, la trató de una manera horrible...

—¡No! No, no, no, no, no —chilla una voz algo apartada. Ambos comparten miradas extrañadas pero terminan mirando solo de reojo antes de proseguir.

—Entonces me di cuenta de lo horrible que debe ser una vida como elfo domestico; ellos tienen, valga la redundancia, derecho a tener derechos...

—Ajá, ¿y luego?

Escucha el largo discurso respecto a una supuesta dictadura de los magos hacia las criatura mágicas así como una esclavización inhumana; todo mientras le escribe en un papel a un elfo domestico que le prepare una buena tarta de calabaza.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2021 ⏰

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Blythe: de la oscuridad y la magia [hp fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora