Cap. 1: La muerte de un sueño

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Izuku miró aturdido como la puerta se cerraba detrás de All Might. Kacchan tenía razón, realmente no podía ser un héroe. Izuku sintió que las lágrimas le picaban en las esquinas de los ojos y miró a su alrededor. Si volvía a casa ahora mismo, mamá lo escucharía llorar en su habitación y se preguntaría qué estaba mal, e Izuku realmente no se sentía con ganas de explicarse en ese momento. Esta azotea, sin embargo, estaba completamente desierta. Tomando su decisión, se sentó y abrazó sus rodillas contra su pecho mientras se dejaba derrumbar.

Debería haber sabido que esa sería la respuesta de All Might. Había estudiado las peculiaridades durante años, por lo que él, más que nadie, debería saber que un adolescente sin peculiaridades no tenía ninguna posibilidad de vencer a los villanos con fuertes peculiaridades. ¡Ni siquiera podía vencer a Kacchan! Debería haberlo visto venir, entonces, ¿por qué todavía le dolía tanto?

Después de unos minutos de esto, se volvió vagamente consciente de los sonidos de los fuegos artificiales en la distancia y casi se puso de pie para mirar antes de cambiar de opinión y acurrucarse aún más mientras sollozaba con más fuerza. Los fuegos artificiales probablemente se verían bonitos e incluso podrían animarlo un poco, pero Izuku no estaba de humor para cosas bonitas. No importa qué tan geniales se vean, los fuegos artificiales no podrían reconstruir su sueño destrozado.

Sin embargo, las explosiones fueron un buen trasfondo para su fiesta de lástima, pensó Izuku con una risa húmeda. Era casi como si el mundo mismo estuviera celebrando que finalmente había llegado a un acuerdo con la realidad. Realmente no podía decir si estaba sollozando o riendo ante la imagen mental de Kacchan y sus maestros con sombreros de fiesta, reunidos alrededor de un pastel con la verdadera forma de All Might mientras disparaban confeti. ¡Felicidades!

Definitivamente se estaba riendo ahora. Kacchan tendría una expresión de descontento total en su rostro al verse obligado a ponerse un sombrero de fiesta, pero la tía Mistuki probablemente solo lo golpearía en la cabeza si intentara quitárselo. Mamá sería la que cortaría el pastel, y se vería orgullosa y aliviada cuando le dio el primer trozo y le dijo que se asegurara de elegir algo seguro para su próximo sueño.

Izuku respiró hondo y se puso de pie, secándose las últimas lágrimas de sus mejillas. Todavía tenía un dolor sordo en el pecho, y todavía no sabía qué se suponía que debía hacer ahora, pero... bueno, probablemente no era el mejor mecanismo de afrontamiento, pero sentía que su fiesta de lástima imaginaria era casi como un funeral por sus aspiraciones de héroe. Espera, ¿este sentimiento era doloroso? Eso tendría sentido, pero parecía extraño sentir pena por algo que no era una persona. Su sueño era como una mascota, ¿verdad? Lo había cuidado durante años y se negó a dejarlo ir, y ahora se había ido, por lo que probablemente estaba bien estar un poco triste.

El sol se había puesto en algún momento durante su colapso, por lo que Izuku se apresuró a ir directamente a casa, solo se detuvo una vez para revisar su reflejo en el escaparate de una tienda para asegurarse de que sus ojos no estuvieran demasiado rojos. Subió corriendo las escaleras hasta su apartamento y rápidamente se quitó los zapatos antes de buscar en su mochila su cuaderno de análisis de héroes. Entre el villano del fango y el estanque de koi, tuvo suerte de que fuera legible. ¡Debería ponerlo en el congelador para guardarlo y poder transferir sus notas a otro libro, luego podría sacar con cuidado las páginas que All Might había firmado y enmarcarlas!

"¡Estoy en casa!" Gritó mientras caminaba hacia la cocina. Debería poner el cuaderno en una bolsa de plástico antes de ponerlo en el congelador para que no manche la comida con nada asqueroso...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por su madre corriendo hacia él tan rápido que se deslizó por el piso de la cocina y casi lo derriba con la fuerza de su abrazo, "¡Oh Izuku! ¡Estaba tan preocupado por ti!"

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