Capitulo 13: El Rescate

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Capitulo 13: El Rescate.


Nalls seguía corriendo por el pasillo de los cuartos de la base mientras los gritos de las personas cesaban y las voces de desesperación dejaban de escucharse una por una, habían cientos de personas en la base y le costaba pensar que posiblemente más de la mitad ha pasado a ser comida para las criaturas de ojos rojos que supuestamente habían desaparecido a finales de la última guerra.

Cazadores.

Armas creadas por una corporación a principios de la última guerra para combatir de manera eficiente a los ejércitos enemigos. Nalls se sabía la historia al derecho y al revés pues era necesario que las generaciones de los pocos sobrevivientes de aquel entonces supieran lo que había ocurrido con el mundo y como la propia avaricia del hombre lo llevo a su casi completa extinción. A pesar de saber todo esto, nadie sabe qué fue lo que salió mal con los cazadores ni cuál fue la razón de su misteriosa desaparición. Con el paso de los años todos en la base comenzaron a especular que esas criaturas jamás habían existido y solo era una manera de ocultar lo que en verdad pasó en ese entonces y de forzar a los hombres a entrenar como soldados en caso de un ataque. Tenia que admitir que a pesar de tomar su entrenamiento en serio había estado a punto de creer que no encontraría nada más que humanos renegados a fuera en el desierto del nuevo mundo.

O al menos eso era antes de conocer a cierta persona.

El Doctor Butchfor fue uno de los residentes más viejos de la base y había sido un buen amigo suyo desde que tenía memoria. A pesar de ser buen médico, tenía el extraño hábito de pasar el día dentro de su habitación observando viejos periódicos del mundo de antes y viejos papeles con quemaduras en los bordes. Más de una vez invito a pasar a Nalls para enseñarle lo que realizaba pero le costaba trabajo entender todo, no obstante, una palabra quedo grabada dentro de su mente; Revolución. El edificio al que nadie se atrevía a ir y que todos temían.

El edificio al cual Butchfor había ido un día y regresado al tercero como una persona diferente.

Nadie se dio cuenta de cuando ni como se fue, pero Nalls estaba seguro de haberlo escuchado susurrar esa palabra incontables veces, era como si hubiera algo que lo atara a ese lugar y no lo dejara ir. Se volvió una obsesión que perduró hasta el día de su muerte pocos años atrás dejando la base llena de incógnitas y con una enfermedad que estaba afectando a los residentes de manera extraña.

Las personas no tardaron en tomar sus palabras como una locura debido a la exposición al sol por un tiempo prolongado, era considerado suicidio el salir de día al desierto sin una chaqueta que te protegiera de sus rayos ultravioleta, el sol sufrió cambios con la guerra de manera letal al igual que el mundo haciendo que la mayoría de las personas y animales murieran bajo su merced, mas no obstante, Butchfor regresó sin siquiera su bata puesta. Su piel estaba ardiendo en aquel entonces.

Sacudió la cabeza bruscamente, no tenía sentido pensar en eso hora. Se concentró en su búsqueda por su hermano. Miro las etiquetas de las puertas mientras corría, unos metros más y estaría llegando a su habitación. El corazón comenzó a tranquilizarse un poco conforme se alejaba de todos aquellos ruidos horripilantes. Pronto se quedó en silencio total, solo se escuchaban sus pisadas por todo el pasillo.

No sentía miedo pero tampoco se sentía del todo seguro de poder salir de esta incluso con su entrenamiento como soldado en la base, no había otra salida más que las puertas principales de metal y para llegar a ellas tendrían que cruzar un mar negro lleno de ojos rojos.

Era suicidio.

Entonces lo vio. Saliendo de una puerta a unos metros enfrente de él se encontraba Nills con el chaleco de su traje alborotado y sucio, estaba sosteniendo su brazo derecho manchado de sangre mientras se recargaba en el marco de la puerta alzando la mirada hacia su hermano.

No Mires Atrás.Where stories live. Discover now