Capítulo X: ¿Te Estás Acobardando?

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Un sonido, muy sutil y apenas audible, lo despertó de inmediato. WangJi centró sus sentidos, cada fibra de su ser estaba resuelta a proteger al hombre en sus brazos, durmiendo pacíficamente y aún sin percatarse de los intrusos en el lugar.

“¡Hermano Nie, ten cuidado! ¡No me patees!" Jiang Cheng no podía creer que Nie Huaisang lo convenciera de esto. Mientras que él quería esperar el amanecer y luego visitar formalmente a Lan WangJi, el otro hombre lo había convencido de que los miembros de la secta Lan lo verían y lo reportarían al viejo maestro Lan.

Usar la cobertura de la noche tenía sentido cuando Nie Huaisang lo sugirió, pero ya no lo tenía. Era una noche nublada, la luna se ocultaba y estaba completamente oscuro. Ya había tenido que rescatar a su compañero, o Huaisang se habría caído de bruces.

¿Qué demonio lo había poseído
cuando se hizo amigo de Nie Huaisang? El otro hombre era un problema, ¡tal vez incluso más que Wei WuXian, que era una amenaza por sí mismo! Jiang Cheng lo agarró nuevamente, asegurándose de que Nie Huaisang no perdiera el equilibrio en el terreno rocoso y helado. "¡Ten cuidado!"

Nie Huaisang, que nunca se dio cuenta de que su cómplice lo había salvado de golpear el suelo, se quejó en voz alta. “¡Hermano Jiang, no me hagas daño! ¡No puedo evitar que hayan cerrado las contraventanas! ¡Para empezar, fue una idea estúpida! ¡El hermano Wei probablemente esté bien! "

Nie Huaisang se preguntó por qué había sugerido verificar que Wei WuXian se encontrara bien. Porque se preocupaba por él, maldita sea. ¿Por qué tenía demasiado corazón? Siempre le metía en más problemas de los que podía manejar. Y ahora, por alguna razón que lo eludia, estaban entrando en el Jingshi para ver cómo estaba Wei Ying.

Jiang Cheng se desesperó al darse cuenta de que Nie Huaisang era torpe y ruidoso. "¡Tranquilizate! ¡Despertarás a los muertos si continúas gritando!" ¡Nunca debió ceder! Pero cuando Nie Huaisang sugirió que Wei Ying podría estar
retenido contra su voluntad, entró en pánico. Wei WuXian era importante para él; era su sangre en lo que respecta a Jiang Cheng. "¡Necesito saber con certeza que está bien!"

Nie Huaisang agarró su abanico con fuerza. Se reprendió a sí mismo por meterse en problemas. En su lugar, podría haber estado en la cama, leyendo poesía erótica y bebiendo el vino que Wei Ying había traído de contrabando a Cloud Recesses. Pero se había sentido culpable y su conciencia le había instado a ver cómo estaba su amigo.

“¡No estoy gritando! ¡Estoy susurrando!" ¡Estaba siendo silencioso! “¡Jiang Cheng, no lo hagas! De esa manera nunca ... ”Suspiró, preguntándose por qué el otro hombre estaba tratando de trepar al techo. ¿Jiang Cheng realmente pensó que cabía por la chimenea? Jiang Cheng podría saber cómo manejar su espada, pero eso no significaba que fuera astuto. ¡Nie Huaisang quería ser sigiloso con esto, no caer por el techo y entrar en su sala de estar!

WangJi respiró hondo, contó hasta veinte, porque diez simplemente no sería suficiente, y se permitió relajarse un poco. Eran Nie Huaisang y Jiang Cheng, tratando de encontrar un camino hacia el Jingshi. Debería haber sabido que esos dos romperían las reglas. Pero, de nuevo, las estaban rompiendo para ver cómo estaba Wei Ying y así tal vez poder perdonarlos.

Nie Huaisang nunca pensó que irrumpir en el Jingshi sería difícil. “¿Por qué están cerradas todas las contraventanas? ¡Tenemos que probar la puerta en su lugar! " él susurró. “¡Jiang Cheng, no seas terco! ¡Entrar por el techo no funcionará! "

¿Por qué Jiang Cheng estaba haciendo tanto ruido? ¿No sabía cómo andar a hurtadillas sin hacer ruido? Jiang Cheng debería pasar algún tiempo en su casa. A menudo caminaba por los pasillos por la noche y tenía que asegurarse de que su hermano, Nie Mingjue, no lo atrapara.

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