Mi Mitad

Prefacio, segunda parte.

Segunda parte: Dormidos

Cuarenta años después.

Alba tomo el libro en sus manos y emprendió el camino, hace una hora le habían avisado a su familia que Amir había muerto. Su abuela la había enviado al bosque con el libro sagrado, para renovar el hechizo de protección. Como guardianes, su familia se había preparado por años para ese momento, contendrían a los lobos mientras ella llevaba a cabo el ritual de sangre en el bosque.

Los lobos rompieron la formación y se separaron para abarcar más terreno, Ricardo, uno de los beta, percibió el olor de la bruja y apresuro el paso hacia el lago, el momento había llegado, habían observado la casa por mucho tiempo y era hora de actuar. Llego hasta donde se encontraba el agua cristalina y no había nada, solo un viejo libro en el piso, supo de inmediato de que libro se trataba pero cuando se acercó a él, una fuerza lo lanzó lejos, la bruja tomo el libro y empezó a correr.

El lobo, se recompuso y fue tras ella, no era tan rápida, cuando la derribo estaba dispuesto a arrancarle la cabeza pero ella alzó la mirada y el tiempo se detuvo.

En la manada, existían muchas leyendas sobre qué pasa cuando encuentras a tu alma gemela, pero nada de lo que había escuchado durante el enlace se comparaba a lo que el sintió en ese momento. Un sentimiento cálido se instaló en su pecho. Deseó poder protegerla hasta su último aliento, estar a su lado por siempre. Era una desconocida, una bruja. Eso era imposible y aun así, sabía que daría la vida por ella de ser necesario.

Alba no entendía porque no la mataba, pero aprovecho, lanzó al animal lejos y siguió corriendo.

Siendo perseguida, no tenía mucho tiempo. Llegó a un campo y abrió el libro, en él había una carta de Amir, se sorprendió de leer su nombre escrito como destinatario. Se dispuso a abrirla cuando escucho un gruñido a sus espaldas, tres pares de ojos amarillos la miraban.

Dejo el libro en el suelo y se dio la vuelta, rezó a los dioses en su cabeza por salir viva de esa. Un lobo de pelo castaño se precipito hacia ella, Alba con un movimiento de muñeca le rompió el cuello, enfureciendo a los otros dos que se abalanzaron a atacarla. Lanzó a uno contra un árbol, pero se distrajo y el otro la embistió, dando tiempo a su compañero para recomponerse. Acorralada, solo pudo retroceder.

Un lobo gris, salió de entre las sombras, era el mismo lobo del lago. Para sorpresa de Alba, se situó frente a ella, protegiéndola. La miró fijamente un segundo y después giró a sus hermanos, se estaba comunicando. Un silencio sepulcral se instaló entre ellos un momento, la respuesta de los dos lobos fue un gruñido preparándose para atacar.

Nunca sabría explicar cómo sucedió, pero en su cabeza, Alba pudo escuchar la voz del lobo gris. "Huye" dijo antes de abalanzarse sobre uno de los lobos. Inmóvil, presencio como era atacado violentamente por ambos animales.

Quería irse, tomar el libro y huir, pero algo la detuvo. Escuchar aquel un aullido de dolor hizo que su corazón se estrujara, no deseaba verlo morir, no podía verlo morir. Esa noche, Alba, tomo una decisión que cambiaría su vida para siempre.

Cerró los ojos, concentrando todo su poder para lograr el hechizo, una luz emergió de ella, cegando a los lobos por un instante, solo eso necesitaba, tomó el libro, corrió hacia el cuerpo herido del lobo y ambos desparecieron.