4.- Errores

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¿Qué hacen estas personas a mi alrededor?

¿Porqué aparecí aquí?

Se supone que debo estar en Grace Field.

¿Quiénes son ellos?

¿Qué van a hacerme?

Algo salió mal.

Esto es un error.

Quiero... quiero...

¡QUIERO SALIR DE AQUÍ!

Un grito ahogado alertó a los sujetos que se encontraban a su alrededor, observandolo desde fuera de una cámara Gesell, una habitación acondicionada para estudiar y moderar al desafortunado niño que apareció dentro de Lambda. Kurapika.

— Se ha despertado. — comentó un científico de turno encargado de vigilarlo — confirmamos que el color de sus ojos es inusual y presenta un aumento drástico de fuerza física ante los altos estímulos emocionales. — describió por medio de una radio cada detalle de lo que veía.

Kurapika estaba en un shock repentino al verse encerrado en esa habitación, no podía ver a sus amigos por ningún lado ni reconocer el lugar en absoluto, incluso llegó a pensar que no estaba en el mundo correcto.

— No parece pertenecer a ninguna granja, podría haber venido del otro lado del mundo. — analizó el sujeto que reportó a Kurapika cuando apareció inconsciente dentro de las instalaciones. — no posee ningún tipo de marca, ¿qué ordena hacer, señor?

— Manténganlo bajo custodia y sigan experimentando. — Dijo un hombre alto de tez clara y cabellos blancos hasta los hombros, se trataba del líder de aquella organización a quien indudablemente Kurapika reconocería en cuanto lo viera, Peter Ratri.

— Es increíble, ¡estás aquí! ¡en nuestro mundo! — se alegró Emma al ver que Killua se veía de la misma edad que Norman, Ray y ella. — ¿Dónde están Kurapika y Gon? ¿vinieron contigo?

— ¡Claro que sí! ellos están... — Killua miró hacia todas partes y no percibió la más mínima señal de sus amigos, un mal presentimiento le arrebató la sonrisa. — estaban conmigo hace un momento...

— ¿Cómo hiciste eso? ¡fue espectacular! ¡iluminaste el bosque como un rayo y acabaste con todos los demonios! — Conny no pudo evitar emocionarse al ver a Killua aparecer para rescatarlos.

En cambio, este se sorprendió bastante al ver a la niña fuera del orfanato y con vida.

— ¿Tú no estabas... — se detuvo antes de decir "muerta", rascándose la cabeza pensando en lo malo que se podría escuchar para los demás.

— ¿Qué cosa? — preguntó la pequeña curiosa.

— Eh, nada, nada, me parecías conocida, lo siento. — apresuró a mentir antes de que la conversación fuera incómoda.

— ¿Se supone que tú eres el hermano de aquél loco que intentó matarnos? — cuestionó Norman al notar que Killua no se parecía en nada a Illumi. — Ray encajaba perfectamente.

— Oye, ¿qué significa eso? — reclamó Ray indignado al ser comparado con un asesino maniático.

— ¿Qué loco intentó matarlos? ¿hay otros además de mamá? — Gilda no pudo evitar involucrarse en la conversación poniéndolos a todos nerviosos.

— ¿No les han contado? — interrogó Killua a Ray.

— Pensamos que no iban a creernos, así que omitimos la parte donde viajabamos a otro mundo para evitar confusiones. — explicó Ray.

— ¡¿Viajar a otro mundo?! — dijeron al unisono el resto de los niños.

Killua no lograba sentir la presencia de ninguno de sus amigos cerca y le preocupaba que no hubieran llegado o se encontrara él solo en Neverland.

Aún así, no tenía tiempo de esperar, sabía que existían esas probabilidades y acordó seguir el plan de encontrar a Leorio pase lo que pase.

— Si Kurapika estuviera aquí sabría qué hacer, pero tenía que ser yo, ¿y ahora qué? — se quejaba Killua en sus pensamientos debatiéndose entre dejar a los niños para buscar a sus amigos o tomar el riesgo de llevarlos con él.

— Hey. — Ray puso la mano sobre el hombro de Killua, sacándolo de sus pensamientos. — Enséñanos.

— ¿En... enseñar qué? — Killua intuía que Ray le pediría entrenamiento para los niños, nunca imaginó que de su bolsillo le mostraría tres licencias de cazador, pertenecientes a Norman, Emma y él.

— Enseñanos a usar nen.

En medio de lo que parecía un pequeño pueblo, se levantó entre polvo y viento como únicos elementos con movimiento a su alrededor.

— ¿Hola? — trató de llamar mientras daba algunos pasos entre las calles —  ¿hay alguien aquí?

— ¡Psst! ¡hey! ¡hey! ¡por aquí! — llamó alguien en voz baja pero insistente desde una de las casas con las ventanas cubiertas de tablas de madera —  ¡debes esconderte!

Gon ignoraba la desesperación de aquella persona y se acercaba animadamente.

— ¡Ah! hola, estoy buscando a mis amigos — continúo hablando en voz alta al entrar allí — puedes ayudaaa... — fué bruscamente tomado del brazo y la puerta se cerró para luego llenarla con candados.

— No hagas ruido, ¡te escucharán, tonto!

— ¿qué? ¿quienes? ¿esto no es Grace Field? — Gon empezaba a preguntarse dónde diablos había caído y porqué no vió a Kurapika ni a Killua.

— ¡¿Vienes de Grace Field?! ¿eres de alta calidad? — subió un poco la voz aquél chico, provocando el asomo de varias miradas infantiles por los rincones de la casa.

— Un momento, ¿dónde estoy? — Gon podía notar por las ropas de los niños que pertenecían al sistema de granjas, pero el hecho de que estuvieran armados lo colmaba de preguntas.

— Estás en Goldy Pond.

Gon, Kurapika, Leorio, Killua, todos quedaron separados y esa era sin dudas... la peor situación posible, hecha realidad.

The Promised Hunterland [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora