Found Me In You (Minsung)

Capítulo 3

Cómo era obvio, abrazó con fuerza a su ahora prometida, elevándola un poco en el aire para darle vueltas y terminar por besarla, estaba feliz, muy feliz, su corazón latía con fuerza por los nervios y la alegría de ser aceptado, todo estaba bien. Eso creía, claro que sí, hasta que unos gritos llamaron su atención y fijando su mirada en el lugar de donde provenían aquellas voces, pudo divisar a Jisung, él estaba ahí, estaba ahí y tenía el rostro rojo y sus ojos llorosos ¿Por qué? No logró obtener una respuesta cuando lo vio alejarse con prisa y algo dentro de él le decía que fuera detrás suyo, por lo que, muy contrario a como tenía pensado terminar la noche, fijó su vista nuevamente en su prometida, bastante seguro que lo que estaba a punto de hacer no era precisamente lo más correcto, pero Hannie siempre había sido importante para él, y no podía disfrutar del todo su noche si sabía que su mejor amigo estaba pasando por un mal momento, por lo que, terminó por alejarse de su novia. 

—Disculpa ¿Puedes pedir un taxi? Debo... Debo ir por Jisung.

—¿Es una broma? Minho, acabas de pedirme matrimonio y tú...

—Lo siento.

Le dio el dinero suficiente para un taxi y salió corriendo detrás de Jisung, esperando poder alcanzarlo entre la multitud de gente. Aún no sabía por qué corría detrás de él, poniéndolo por encima de Ryujin, con quien se casaría y formaría una familia, solo sabía que su cuerpo reaccionaba por voluntad propia, y no podía dejar ir a su mejor amigo de aquella manera, jamás. 

—¡Hannie! Hannie espera por favor.

Trataba de llamar su atención pero parecía inútil, era obvio que el menor sencillamente no quería detenerse a hablar, pero eso no le importó, estaba decidido a no dejarlo ir. Para él era una suerte que a Han se le dieran mal los deportes, por lo que no corría muy rápido y pudo alcanzarlo al tomarlo de la muñeca, obligándolo a detenerse a la fuerza.

—¡Jisung!

Han maldecía el haber sido tan malo en los deportes desde siempre, y no poder correr tan rápido como le hubiese gustado, pues a pesar de haberle sacado una gran ventaja a Minho, este último logró alcanzarlo sin mucho esfuerzo y hacerlo detenerse a las malas. En su cabeza pasaban muchas cosas en ese momento, pero sabía de antemano que era inútil tratar de volver a huir, pues de una u otra forma, Minho siempre iba a alcanzarlo. Jisung se quedó en silencio, a la expectativa de lo que fuera a pasar o lo que fuera a decir el mayor, mientras se limitaba a ver al suelo, no se creía capaz de ver a Minho a los ojos otra vez, no cuando ya lo había perdido por completo y ahora estaba comprometido con esa bruja ¿Qué más daba? Lee Minho jamás se dio cuenta de sus sentimientos y sus verdaderas intenciones, e incluso en esa situación, podía anticipar que simplemente preguntaría qué le pasaba, completamente ajeno a la tormenta de emociones que estaba sintiendo. 

—¿Sabes? Me cansé de que solo me alejes. No te voy a dejar ir hasta que me digas lo que te está pasando.

Jisung intentó deshacer el agarre sobre su muñeca, pero obviamente no lo logró, Minho tenía mucha más fuerza que él, por lo que le era completamente inútil tratar de luchar contra él. Aunque no mentiría, en ese momento quería golpear al mayor hasta lograr liberarse un poco de todo ese dolor que se cargaba encima, pero viendo al mayor, se creía incapaz de hacerlo, no cuando estaba tan estúpidamente enamorado de él. Minho siempre sería su ángel. 

—Solo suéltame por favor... Me lastimas…

No hablaba solo de un dolor físico, aunque sí, su muñeca comenzaba a doler ya que el mayor incluso sin darse cuenta estaba aplicando más fuerza en su agarre. Pero no, no solo era dolor físico, también emocional, solo quería que Minho lo soltara y lo dejará ir de una vez, no podía seguir más a su lado cuando dolía tanto. Minho no entendía, sencillamente no entendía lo que pasaba ¿Era su culpa? ¿Por su culpa Jisung estaba así? Pero aquello no tenía sentido ¿Por qué Jisung estaría así por él? No había razón. Pero podía notar el dolor en la voz del menor, podía sentir su rechazo y el cómo solo quería alejarlo, pero esta vez, no iba a dejarlo. Aún contra sus reclamos, lo sujetó con fuerza de la muñeca y lo obligó a caminar detrás suyo, guiándolo hasta su auto que no estaba tan lejos tampoco.