𝓬𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 2

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Era otro punto de sentido, ellos tenían cada razón para pasar tiempo juntos a solas. Si no había ya rumores de que los dos compartían alguna relación secreta, no había razón para que tales cosas se desarrollaran en el futuro, incluso si esto... volvía a suceder.

Y entonces llegó al miedo final de Lan Xichen, su última culpa. "Y... ¿qué hay de Qin Su? No quiero meterme entre ustedes dos".

Jin Guangyao solo había estado casado con ella durante un año, su hijo había nacido no hace mucho tiempo. Lan Xichen... no quería ser la causa de disputas entre ellos, o quizás más que eso, no quería forzar a Jin Guangyao a asumir el papel de su propio padre, nada de eso. Nunca le pediría a Jin Guangyao que dejara a su amada esposa, y no quería traer dolor a una relación que parecía tan alegre.

Al oír el nombre de su esposa, la expresión de Jin Guangyao cambió a algo suave y pensativo, y retiro su rostro hacia atrás lo suficiente como para que sus ojos pudieran encontrarse más fácilmente.

"Sabes que me importa mucho Qin Su", dijo, antes de que una sonrisa subiera por la comisura de su boca y bailara ligeramente en sus ojos y continuara como si compartiera algún gran secreto. "Al igual que ella sabe que me preocupo muy profundamente por ti".

Lan Xichen sintió que se le cortaba la respiración al oír esas palabras, y se alegró de la pausa que Jin Guangyao le dio para asimilarlas. Tal vez la conclusión de los sentimientos de Jin Guangyao por él debería haber sido obvia dado lo que estaban haciendo, pero... escuchar a Jin Guangyao comparar directamente sus sentimientos por su esposa con Lan Xichen de esa manera fue un poco abrumador para él.

"No tengo ningún deseo de ser como los que han venido antes que yo", dijo con firmeza refiriéndose a su padre sin decir su nombre. "Esta no es una decisión tomada por lujuria descuidada, y no es algo que haría con nadie más. Qin Su sabe lo que siento, y... en este caso, por ti, ella lo permitiría. Así que si el pensamiento de ella es lo único que te retiene, puedes sacarlo de tu mente".

Lan Xichen suspiró mientras asimilaba la explicación, aliviando su tensión. La tenue respuesta hizo que la sonrisa en el rostro de Jin Guangyao se ampliara afectuosamente. "Eso es tan tú, anteponer los sentimientos de los demás sobre los tuyos", dijo, antes de que su sonrisa se volviera un poco más astuta. "Piensa egoístamente por una vez, Er-Ge. ¿Quieres continuar?"

Sus miedos y dudas se amansaron, Lan Xichen no necesitó considerar su respuesta por mucho tiempo. Consiguió devolverle la sonrisa y contestó: "Sí, quiero".

"Bien", respondió Jin Guangyao, su pulgar acariciando dulcemente la mejilla de Lan Xichen. "Yo también quiero."

Se inclinó hacia él y después ambos estaban besándose de nuevo, y les tomo casi nada de tiempo el volver al momento que habían establecido anteriormente. Lan Xichen no pudo evitar preguntarse si Jin Guangyao había estado esperando y deseando este momento tanto tiempo como él, aunque ciertamente no iba a tomarse el tiempo de dejar de besarlo solo para preguntarle.

A Jin Guangyao no le tomo mucho el volver a la tarea en la que había estado distraído, y antes de que Lan Xichen se diera cuenta, las manos de Jin Guangyao volvían a deslizarse por debajo de las últimas capas de su túnica. Las yemas de sus dedos danzaron sobre la piel, y sólo se burló tan agradablemente por un momento antes de empujar la túnica para dejarla caer hacia abajo sobre sus hombros, Lan Xichen levanto sus propios brazos de alrededor de Jin Guangyao para dejar caer la túnica al suelo con el resto de su ropa.

Inmediatamente después, sus manos volvieron a estar sobre Jin Guangyao, con los dedos enroscados en su pelo mientras la otra mano se movía alrededor de la espalda de Jin Guangyao por debajo de su propia túnica ya abierta. Se aferró a él mientras las manos de Jin Guangyao empezaban a explorar su pecho con desenfreno, recorriendo de arriba abajo las firmes líneas de sus músculos, las yemas de sus dedos rozaban ligeramente sus pezones y provocaban una sensación inesperadamente excitante que le arrancó un jadeo e hizo que los dedos de Jin Guangyao se quedaran allí. A pesar de que el mareo de Lan Xichen casi se había desvanecido antes, a medida que las yemas de los dedos de Jin Guangyao frotaban y retorcían ligeramente los capullos de su pecho, Lan Xichen descubrió que la sensación volvía rápidamente; se sorprendió incluso a sí mismo cuando un tirón particularmente fuerte lo hizo soltar un corto gemido en la boca de Jin Guangyao.

If i told you what i've becomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora