Capítulo 3

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Capital de París 15 de Abril, 1887

Cinco, diez, veinte minutos y Jonh aún no aparecía. Estaba en la esquina de la calle "Demain", la cual era popular por sus numerosas tiendas de variedades.

Pensaba irme, entonces lo vi correr desde la otra cuadra.

-¡Corre! -grito

No entendí mucho, me hizo señas de irnos del lugar, y eso hice, apenas estuvo a centímetros de mí, tomó mi brazo y me jalo hasta un callejón que había, nos escondemos detrás de unos botes de basura.

-¿Qué carajos hiciste? -pregunte

-Shh.. aún no se van -hizo una seña hacia los guardias fuera del callejón

-Jonh, eres un imbecil -replique

-¡¿Yo?! -dijo exaltado en un susurro- ¿Quién es la persona que quiere dar un golpe de estado?

-Ok, ok, ok -tenia razón, suspire y trate de pensar algo- Me encargaré de los guardias, tú corre a la tienda de Margaret, ¿ok?

-¿Qué piensas hacer?

-Una estupidez.

Me levanté del escondite e hice lo primero que se me ocurrió. Tome un par de botellas que había ahí, y sigilosamente me acerqué a los guardias, cuando estuve lo suficientemente cerca se las tiré encima, capte su atención, hora de la fase dos, ¡Corre!.

Corrí por toda la avenida y entre calles, intentando perderlos entre estas.

Corrí por toda la avenida y entre calles, intentando perderlos entre estas

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-Hey, por fin llegas.

-Cierra la boca -suspire- ¿Qué hiciste?

Con la respiración agitada, el corazón a mil por hora, intentaba recuperar el aliento después de haber corrido durante más de diez minutos.

-Nada -lo miré cansado- Bueno, tal vez y solo tal vez golpe a uno de los guardias..

-¡¿Hiciste qué?!

-Pero fue por un bien -continuó

-¿Un bien?

-Estaban molestando a un par de niños, no iba a permitir que abusaran de ellos.

Su expresión cambió, se veía molesto y triste, suspire cansado.

-Esta bien -Me acerqué a el y lo tomé por los hombros -Pero, a la siguiente, antes de arrastrarme a un callejón, explícame porque huimos, tal vez tenga un plan.

-¿La siguiente? -me miró con cierta confusión

-Sí, ¿qué? ¿A caso piensas que te dejaré enfrentarte a todos esos problemas tú solo? -cuestioné- Pues no, cariño.

Ambos solo nos miramos, era claro que ninguno de los dos volvería a estar sólo.

-Bien, hora del siguiente paso -dije sujetando su brazo y tirando de el hacia el interior de la boutique frente a nosotros -Es hora de conseguir los trajes.

Ambos entramos a la tienda, esta no era muy grande que digamos, tenía un par de exhibidores con varios trajes, y un gran espejo, nos acercamos a uno de los exhibidores y comenzamos a mirar uno a uno.

-Buenas tardes caballeros, ¿los puedo ayudar en algo? -dijo una voz detrás de nosotros

-¡Margaret! -dije con alegría

-Norman Silver, ¿qué te he dicho de llamar por su nombre a tu propia madre? -replico la mujer

-Mamá

-Nada de "mamá" -suspiro rendida- Jonh, hola cariño.

Sonrió con calidez, para luego acercarse y saludar con un corto abrazo a mi acompañante.

-¿Cómo ha estado, señora Silver?

-Bien, aunque con algunos problemitas

-¿Problemas? -dije

-Sí, los impuestos subieron otra vez y bueno, ya se imaginarán.

Esa mirada, la había visto en cada persona del pueblo, desesperanza, miedo, cansancio, resignación. Me enfermaba lo que le habían hecho al pueblo.

-¿A venido el ayuntamiento?

-Claro que a venido -respondio- Tuve suerte de contar con algo de dinero

-Ya veo.

Nadie habló, el silencio se volvió incómodo, se sentía la tentación en el lugar, Jonh volvió a mirar los trajes.

-Y bien, ¿qué buscan, chicos?

-A sí -dije- Buscabamos dos trajes, y que mejor lugar que la gran "Boutique Silver"

-¿Trajes? ¿Asistirán a un lugar en especial?

-Algo así -su mirada pedía explicaciones- Una fiesta

-Norman

-No puedo decir más

-Norman

-Mamá -me giré dándole la espalda.

Odiaba ocultarle cosas a mi madre, pero ¿cómo le dices a tu propia madre que piensas dar un gran golpe de estado?.

Suspiro y se acercó a nosotros, Jonh se hizo a un lado permitiéndole acercarse más, me abrazo por la espalda. Me giré para mirarla, ella sonrió con una gran calidez y acarició mi mejilla.

-No sé que piensan hacer -dijo suavemente- Pero, tengan cuidado chicos.

Hizo que Jonh se acercara y nos abrazó a ambos.

-No soportaría perderlos a ambos.

Al separarnos, sonrió y se abrió paso a la parte trasera de la tienda, ahí se ubicaba el almacén.

-Y, si mi hijo y su "amigo" piensan asistir a algo tan importante, deben vestir como nunca antes y tengo exactamente lo que buscan.

Cuando volvió a la habitación traía con sigo dos trajes preciosos.

Uno era de color negro, totalmente negro, con detalles de encaje en el saco.
El otro, era un traje común; un pantalón de vestir de color negro, pero lo que lo hacía hermoso y elegante era la camisa, esta esa de cuello alto con detalles de encaje por toda la parte del pecho, sin olvidar mencionar el hermoso saco negro de cola larga.

-Son preciosos, señora Silver -dijo Jonh

-Lo sé, los he estado guardando para un momento especial, y creo que ese momento ha llegado, ¿no es así?

Jonh y yo miramos a mi madre sorprendidos.

-¿Cómo?

-Conozco a mis pequeños -interrumpio

-Gracias, mamá

-Hey, aún no terminó -volvio al almacén y después de unos segundos volvió- Sí piensan dar un gran golpe, tiene que ser a lo grande

-Son perfectos.

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L'amour du traitreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora