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Sero estaba en su dormitorio acabando unos trabajos para dentro de una semana, cuando sonó un golpeteo en la puerta.

-¡Sero! ¿Puedo pasar? - siguió golpeando la puerta con insistencia. - Sero, Sero, Sero... - cesó sus golpes y palabras cuando la puerta se abrió.

-¿Qué pasa? Estoy haciendo deberes.

-Deja de gastar tu tiempo con tonterías. - entró al cuarto y sero cerró la puerta. - Tengo algo que contarte. - se sentó en la cama y Hanta solo camino hasta su escritorio para recoger los papeles.

-A ver, cuéntame.

-¿Te acuerdas que te dije que Mina me iba a presentar a una amiga suya?

-Si.. - dijo acabando de recoger con algo de celos.

-Pues estuvimos hablando por wass y me ha dicho que me quiere conocer, y yo no sé qué hacer, necesito tu ayuda. - Sero se sentó en la hamaca con notable irritación, ¿por qué tenía Mina que presentarle a nadie? Pero lo que más se cuestionaba en ese momento era el porqué de su enfado.

-¿Como quieres que te ayude?

-Pues tu has tenido más novias que yo, y en San Valentín siempre tienes regalos. Enséñame a ser tan molón como tu. - Denki le sonreía con admiración.

-No soy molón, solo soy yo.

-Pues como hago para ser tu.

-No puedes ser yo, tienes que ser tú.

-Pero si soy yo me va ha dejar de hablar.

-Pues entonces no vale la pena alguien que no te quiera por como eres. - Kaminari bajo la mirada.

-Es que no es justo que nadie me quiera... - susurro algo triste. El pelinegro lo único que quería hacer en ese momento era correr hacia él, abrazarle y decirle lo genial que era para él. Pero no podía, no, porque lo rechazaría y eso haría que su mundo se rompa.

-Escúchame bro, no puedes ser alguien más para que te quieran, y menos una chica que no conoces de nada. Si te quiere conocer, pues que conozca al verdadero Denki, ¿no?

-Supongo que tienes razón, eres el mejor Serobro, siempre me salvas. - se levantó de la cama con entusiasmo. - Me voy y te dejo haciendo tus deberes. - levanto su brazo con la mano en puño para que le chocará, y eso hizo Sero. - Adioos. - salió de la habitación cerrando la puerta tras él. Sero se limitó a suspirar y tumbarse en la hamaca. Hasta que otra persona tocó su puerta.

-¿Quién? - preguntó sin moverse.

-¡Soy yo! - se escuchó la voz de una chica y Sero la reconoció.

-¡Pasa! - la mujer de cabellos rosas entró junto unas sudaderas bajo su brazo.

-Vengo a devolverte tus sudaderas, la negra, la rosa, la azul y... ¿estás bien? - preguntó al ver cómo su amigo estaba tumbado en la hamaca con su brazo en los ojos.

-Si, ¿por? - ahora se sentó para mirarla.

-¿Que te pasa rey? - entro al cuarto cerrando la puerta y con cara de preocupación.

-Nada, nada. - sonrió, pero Mina no era tonta, sabía que a su amigo le pasaba algo.

-Escúchame, te conozco, sabes que puedes confiar en mí. - dejo las sudaderas en la cama y fue hacia su amigo.

-De verdad que estoy bien Mina, no pasa nada, solo es que tengo que acabar el trabajo para la clase de inglés.

-¿Seguro? - se sentó a su lado y este la miró asintiendo con la cabeza. - Bueno... - envolvió al chico entre sus brazos y poniendo la cabeza de este en su pecho. - Si me necesitas sabes donde encontrarme. Te quiero. - le dejo un beso en la cabeza y este solo sonrió.

BROS [SEROKAMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora