Capítulo II - Dinero (tercera parte)

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Hola, les traje una nueva actualización antes de tiempo porque como ahora no tengo internet en mi casa debo aprovechar los ratos que vengo a robar wifi. 

Esta es la última parte de este capítulo, y también una de las partes más importantes en torno a la historia. Así que vale la pena que reflexionen un poco al final. 

En realidad iba a dividirlo en cuatro partes, pero me pareció mejor juntar todo una porque la cuarta parte es muy corta. Sin embargo, terminé con un capítulo de más de 14 mil palabras, así que creo que querrán tomarse su tiempo para leerlo. Sin más que decir, ¡disfruten la lectura!

Advertencia: este capítulo contiene lenguaje ofensivo y escenas que pueden resultar inadecuadas para menores de edad.

Itrio-Hidrógeno + Magnesio (al 100%)

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Total que al bajarse del autobús ambos terminaron desviándose de camino a su destino porque a Yunho se le ocurrió la fantástica idea de pasar por la pastelería más popular de la cuadra, para que el mencionado pudiese comprar los dulces favoritos de la mamá y el papá de Mingi, bajo el pretexto del pelinegro que rezaba lo siguiente: –"Suegros felices, igual a una vida feliz."-, y bueno, quién era Mingi para cuestionar la sapiencia de su novio, si hasta el sol de hoy Yunho siempre parecía tener la razón en todo; no es que le molestara una cosa o la otra (porque de verdad no lo hacía o quizá sí, no sé, ustedes dirán) pero quizá no era el día, la fecha, la hora... qué sé yo, simplemente Mingi no pensaba que fuese el momento más propicio para andar más tiempo del planificado circulando por la calle. Si se lo preguntaban a Yunho, a los efectos de la arisca actitud de su novio el pelinegro podía decir que 'el carajito' (o sea, Mingi) andaba como quien dice 'de a toque'. El menor ni bien terminó de resignarse a la voluntad de su novio, empezó a caminar con flojera, casi arrastrando los pies por las dos cuadras y media que había de la parada del autobús hasta la bendita pastelería.

Para colmo, estando dentro del local la muchacha que atendió a Yunho como que no pilló que ambos estaban agarrados de la mano, más bien, se hizo la loca al ver que Mingi estaba prácticamente encaramado sobre el pelinegro atreviéndose a hacerle ojitos a Yunho. La intrepidez de la jovencita le sacudió a Mingi, activando las alarmas en su cabeza tan pronto escuchó a la susodicha reír sin razón aparente con aquella cara de mosquita muerta mientras su novio lo que hacía era simplemente decirle su orden y pagar; aparte de estar al tanto que su novio no tenía motivos ulteriores con la muchacha, no entendía porque la aludida parecía afanada a la idea de que su novio pudiese estar coqueteando con ella.

-De qué tanto te ríes, ¿acaso te fumaste uno en tu hora de descanso?... Apúralo mija, no tenemos todo el día.

Dijo Mingi en un tono muy evidente de molestia, reafirmando el agarre en la mano de su novio, cerciorándose así de que la chica captara la indirecta de que aquel hombre bello, hermoso y precioso que llevaba por nombre Jeong Yunho, era suyo y de nadie más.

-Mingi, por Dios... Lo siento, chica. Mi novio anda de mal humor.

Comentó Yunho tratando de alinear sus chacras al interior de su cuerpo de modo que pudiera contener las ganas de meterle un 'coquito' a su novio.

-A-ah, n-no se preocupe. Disculpe, en seguida regresaré con su orden.

Murmuró la muchacha, luciendo completamente apenada por la escenita que acaba de presenciar; Mingi estaba seguro que de haber estado en los zapatos de la chica también hubiese huido despavorido, porque bien sabía cómo era lidiar con clientes malhumorados, después de todo, él trabajaba en un café. Aún así precisamente por ello le resultó sencillo dilucidar que, como trabajador, el que estuviese detrás del mostrador estaba en el deber de trazar una línea y mantener por compromiso la ética profesional (aunque fuese a los coñazos); si vamos al caso al final del día los clientes solo desean que personas como la chica en cuestión (y él) cumplieran con su obligación en función de ser atendidos en la brevedad de lo posible, adquirir un productor y seguir adelante con sus vidas. A su vez uno como individuo solo mantiene la fachada por el mero interés de ir tras su paga para aspirar a un destino similar, pero no, es decir, a esta caraja como que el entrenamiento le había entrado por un oído y salido por el otro.

"¿Y ahora?" ♥│→ YunGi ← ATEEZ fanfic │Donde viven las historias. Descúbrelo ahora