» Polvos de Estrellas «
Una tenue melodía de un vals de antaño resonaba a cada rincón de esa pequeña y hogareña cafetería en donde se encontraba MinSeok, en un martes por la mañana de una prematura primavera y acompañado de un gélido ambiente invernal que no había querido dejar todavía su estación anual, a pesar de que ya era hora que las flores estacionarias comenzarán a florecer y los cantares de las aves empezarán a oírse entre el bullicio de una concurrida ciudad moderna. Él comenzaba a leer los números platillos que ofrecía en la carta mientras esperaba que su mejor amigo llegara, ya que ambos habían acordado desayunar en esa mañana, pero nada de lo que leía le apetecía a su tormentoso estómago. Una camarera mayor, con evidentes surcos tenues estampados en la epidermis de su rostro, ya había venido a atenderlo como tres veces y él con pena le tuvo que negar, sí que su mejor amigo todavía no aparecía y ya había transcurrido casi siete minutos desde la hora acordada. No obstante, el ruido característico de la campanilla de la puerta principal sonó y un hombre alto y agitado, apareció sin previo aviso alguno.
— Hola Xiu, lamento por la demora. — exclamó ChanYeol mientras se acomodaba su ropa y, por consiguiente, se sentaba en uno de los asientos disponibles. Él mayor se veía con sus mejillas rojas, como si en una maratón habría estado por mucho tiempo y, además, su cabello también se encontraba revuelto, un aspecto sin duda para nada acorde con la vestimenta formal que usualmente vestía y que ahora mismo, poseía.
— No te preocupes, no he llegado hace mucho. — mintió MinSeok, con una voz dulce y serena mientras mantenía esa compostura gélida y seria que siempre había tenido, pero con el brillo de sus ojos castaños miel, trasmitía la calidez que su cuerpo y que sus acciones no podían hacer. Habían transcurrido cinco años desde que él había acudido a su conocido de la escuela, quién le había tendido una mano cuando menos pensó que lo haría y ahora se había transformado en su único y mejor amigo. Una persona íntegra y trabajadora, quién lo había impulsado desde muy abajo para que llegara a cumplir sus reveladoras y necesitadas metas, como si fuera el combustible de un avión explorador de la NASA, quién estaba a punto de emprender vuelo a tierras totalmente desconocidas y listo para enfrentar las diversidades que tuviera en su camino. Ese era su amigo y realmente él se encontraba agradecido. Sin embargo, la presencia de un hombre desconocido lo alertó y lo miró con curiosidad mientras lo veía parado al lado de su amigo.
— Por cierto, Min, él es Kim JongDae, mi asistente y nos acompañará en esta oportunidad. — presentó ChanYeol, sintiéndose avergonzado y temeroso al momento de hacerlo, ya que la invitación inesperada del nuevo individuo no estaba dentro de lo planificado por ellos, pero para MinSeok, le fue una gran sorpresa al mirar atentamente al joven extraño, quién se encontraba haciendo una semi venia de saludo y posteriormente se ubicaba a su lado. Él joven tenía unos preciosos labios felinos que jamás olvidaría en su vida y era el mismísimo ser que lo había salvado de su prematura muerte, era el mismo farol que iluminó su tormentosa vida y que lo hizo darse cuenta del valor que tenía su existencia, dándole el atisbo de esperanza que siempre había anhelado y qué él le dio ese impulso que necesitaba para emprender ese vuelo desconocido, como si fuera un pichón aprendiendo volar y que nunca sus instintos se activaron como correspondían. Él era simplemente Kim JongDae, el joven que le dijo que debía sobrevivir a pesar de todo y la razón por el cuál, estaba existiendo en ese momento. Con una vida prácticamente pacífica, con un lugar donde podía retornar después de una ardua jornada laboral y con su compañero felino que lo esperaba incondicionalmente, brindándole ese amor que jamás tuvo de vuelta y esa seguridad emocional que tanto había necesitado. — Espero que no te sea una molestia Min, en verdad lo siento. — agregó más tarde ChanYeol, al no haber obtenido ninguna reacción por parte de su pequeño amigo, quién todavía mantenía esa mirada perdida puesta sobre su asistente, quién también lo veía, pero de una forma curiosa.
— Uhm... No te preocupes Chan y es un gusto JongDae, espero que esta velada para usted le sea agradable. — dijo MinSeok intentando de ser neutral, ya que por alguna y extraña razón se sentía emocionado y a la vez avergonzado con tan solo volverse a encontrar con el desconocido. Él no quería que ChanYeol se diera cuenta de sus emociones contradictorias con respecto al nuevo individuo y, además, él era un total ignorante de su casi suicidio y solo tenía conocimiento sobre la pérdida de su amor y de su hogar nada más.
— Es un gusto también. — habló el joven de labios felinos, también mostrándose indiferente y neutral mientras comenzaba a ver la carta, ya que su estómago se encontraba ansioso y necesitaba complacerlo para estar más tranquilo y en control.
— Uhh, Min pide por mí, voy y vuelvo. — dijo ChanYeol de repente, poniéndose automáticamente de pie y dándoles una última mirada antes de dirigirse al baño, su vejiga ya estaba a punto de romperse y no había tenido la posibilidad de vaciarla antes de venir, pues, tenía una reunión y en toda su mañana fue literalmente una carrera sin fin y descanso. En ese momento, MinSeok miró minuciosamente a JongDae, reconociendo e indagando a cada centímetro a esos bellos rasgos que no habían notado en esa noche invernal y pareciéndole diferente al joven que le había salvado, quizás estaba más delgado o había tomado más madurez, pero para nada le era desagradable para su vista, pues, mantenía a todo su esplendor a esos oscuros y sinceros ojos, cuyos que les trasmitía una curiosidad adyacentes y a la vez, una calidez que le hacía revolver su estómago, pero que era uno de los síntomas físico de la admiración y felicidad que se encontraba experimentando en ese instante.
— Yo... Uhm... — se había propuesto él a iniciar una conversación reveladora y le quería pedir que no dijera nada sobre el encuentro inesperado que habían tenido hace cinco años atrás, pero sus palabras quedaron estancadas en su garganta con tan solo divisar una expresión y acción inoportuna por parte de JongDae, quién había alzado una de sus manos y la posicionaba de tal forma, que su dedo índice se ubicara sobre la comisuras de sus labios y luego lo silenciaba sutilmente, con tan solo con ese gesto en particular.
— Es un secreto, lo sé. — susurró empleando con una voz grave y mirándolo directamente a los ojos, esos orbes oscuros hipnotizantes y silenciosos, que trasmitían a todo su esplendor a esas mudas palabras que no salían de sus labios y expresaban sus más sinceros pensamientos con respecto al delicado tema que debía de ser silenciado. Ese hombre, rayito de luz, ángel misericordioso, alfa Centauri, a MinSeok lo había dejado callado, tranquilo y sereno, pues, él sabía que su casi suicidio era un secreto que debía guardarse hasta la muerte y bajo a siete llaves en su ya naciente corazón. No era porque le fuese avergonzar, sino porque era un suceso de su nuevo renacer, como el ave fénix que era y de las cenizas volvió a su nueva existencia y no quería compartirlo con nadie, porque era su experiencia traumáticamente emocional, liberadora y al mismo tiempo relevadora, además, no todas las personas lo tomarían con el mismo significado que él le había acuñado, sino lo malinterpretaría a su manera y lo criticarían, de esta forma, perdiendo el valor emocional que le había causado para su persona. — Me alegra verte más sano, con la apreciación de la vida en tus ojos y que tú existencia ya no estuviera marchita. — añadió más tarde JongDae, con una bonita sonrisa en sus labios y sin sonar invasivo e irrespetuoso para no incomodar a su agradable acompañante.
— Es todo gracias a ti, me impulsaste a sobrevivir y tomarle ese valor a la vida misma que había perdido hace años. Me diste un horizonte y un motivo para sobrevivir y mírame, aquí estoy viviendo y teniendo ganas de existir, como un ave fénix que incentivaste a renacer. — expresó MinSeok con sinceridad, transmitiendo sus emociones y sentimientos por medio de su castaña miel mirada, siendo captadas sin ningún esfuerzo por su chico misterioso y sintiéndose aliviado por ser entendido y no malinterpretado como todavía le solía suceder, pero que no le daba importancia alguna.
— De nada MinSeok y sigue viviendo, porque la vida es una y recuerda, después de una fea tormenta, siempre aparecerá el sol, aunque se tarde demasiado. — dijo JongDae y MinSeok no pudo evitar de sonreír, porque realmente ese individuo misterioso de su vida era simplemente asombroso y presentía que tenía un bello concepto lo que era en sí la existencia misma de cada uno. Después de sus palabras, repentinamente apareció ChanYeol y como si nada hubiera sucedido y al mismo tiempo conversado, continuaron con el establecido desayuno e intercambiando uno que otro dato personal para conocerse más a lo interpersonal.
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° Eres mi Estrella Binaria, Amor Mío ° || CHENMIN
FanfictionDos personas que se encontrarán espontáneamente, como si fueran dos estrellas fugaces predeterminadas a juntarse. Uno con serios problemas de soledad y de vacío y otro con una verdadera apreciación a la vida misma. Dos estrellas que anhelan formar...