La tenue luz, suave y pura, de un invierno gélido, se filtraba por las finas y blancas cortinas que yacía a un costado de la cama, iluminando de esa manera, a la pálida y enfermiza epidermis de un hombre que se encontraba postrado e inmóvil, sin posibilidad de moverse por su cuenta y sus entumecidas extremidades eran prueba de ello.
De sus finos labios, salía un tubo que le brindaba ese vital gas, que por su cuenta no podía obtener y el típico sonido de sus latidos cardíacos se oía entre, esa apenas iluminada, habitación de hospital. Solitaria y fría, sin calor humano haciéndole compañía, se encontraba MinSeok, perdido en sus pensamientos y sintiendo el dolor de su carne que apenas los medicamentos podían cubrir en su totalidad.
Su caja torácica apenas podía contener el ritmo casi rítmico de sus pulmones al expandirse y el dolor intermitente a un costado de su vientre, le punzaba como si fueran agujas clavándose a cada centímetro de su carne, causándole dolor, cuyo que para nada podía expresar, de forma auditiva o facial, por el estado impávido en que se encontraba. Debido a esa enfermedad que atormentaba a su existencia y a su esperanza de vida, cuya enfermedad que casi no tenía cura cuando ya había traspasado a los umbrales de lo "curable" y solo quedaba esperar, que ese anhelo de "vivir", causará un atisbo de esperanza incipiente de un milagro divino que llevara a su mejoría y que la probabilidad de su existencia se alargará, aunque fuese por unos meses más. Aunque, ante la idea de seguir viviendo, era un maleficio que un deseo innato de sobrevivencia, porque no estaría su amado con él, su estrella binaria regalándole sus más sinceras sonrisas a cada mañana y eso, lo marchitaba constantemente, aumentando sus anhelos indecentes de una muerte prematura e inoportuna que finalizará de una vez por todo su calvario, de una larga vida sin él y con un cuerpo maltratado, fisiológicamente incapaz de subsistir por su cuenta.
Entre los esfuerzos de recobrar su mente dopada por los diversos medicamentos que operaban para calmar sus dolores, él intentaba recobrar su autonomía como el individuo que era y solo lograba mantener su conciencia despierta por unos pequeños lapsos, cuyos que para él estaban siendo emocionalmente significativos y como podía, la intentaba mantener por más tiempo, antes que volviera a sumergirse en el letargo que los doctores lo mantenían cautivo silenciosamente, todo para calmar los efectos de su invasiva enfermedad, que se encontraba ya ramificada y en donde su origen había sido su páncreas.
— No sabes lo cuanto que me haces falta, amor mío. — pensaba agobiado, mientras iba recordando el ser que le robo más de un suspiro y le brindó una grata y hermosa vida juntos. Aunque su existencia ya había acabado hacía unos diez solitarios y dolorosos años, cuyos que lo mantuvieron marchitándose lentamente y apagándose, silenciosamente.
Hace diez años, el amor de su vida, su estrella binaria más hermosa del vasto universo se había apagado y con tal solo haber presenciado su último suspiro, había marcado una enorme herida en el alma de MinSeok, pues, el dueño de sus alegrías y sus malestares ya no estaría junto a él, ya no podría besarlo y acariciarlo, ya no podría decirle los mil y sinfín "te amo" cada día. Ya no pasarían las estaciones, acurrucados, uno al lado del otro, disfrutando de los cambios de temperatura y estando presente el pasar del tiempo que usualmente se apreciaba más en los seres verdes que en otro ser vivo en particular. El hombre que le cambió su realidad, que lo hizo fundirse en ese lago, que llamaban felicidad, ya no se encontraba a su lado y eso a MinSeok le dolía, porque sus recuerdos cada vez se iban haciendo, involuntariamente, presente en lo que le quedaba en su consciente memoria, debilitada y dopada, que apenas podía seguir con su funcionalidad determinada y solo conseguía estar estable, gracias a la mera voluntad y a los anhelos de mantener los recuerdos a flor de piel.
— JongDae... — susurró dolorosamente MinSeok en su mente, mientras sentía como nuevamente un dolor pulsante atacaba violentamente a sus páncreas y estremecía, por consiguiente, a cada rincón de su anatomía, desatando una cadena de ese malestar, a sus órganos también dañados por ese cáncer terminal que le habían diagnosticado tardíamente hacía unos cuantos meses atrás. — Duele... Demasiado... — dijo entre su consciencia debilitada mientras su corazón intentaba mantener ese ritmo constante de sus palpitaciones y sus pulmones oxigenar lo más posible a su cuerpo, un intento desesperado de calmar el sufrimiento que transitaba hasta el final de sus lamentos. — Yo... no puedo más... — susurró silenciosamente, anhelando que ya fuese su final, pero la inesperada irrupción de una enfermera en su habitación calmó el tormento que estaba viviendo y lo obligaba a permanecer en un eterno sueño. Nuevamente, él se perdió en la oscuridad de su mente y el letargo lo consumía a pasos agigantados, él no se dio cuenta en qué momento, se había quedado dormido tranquilamente y en paz, como si todo su sufrimiento se había esfumado como si fuera arte de magia
Poco a poco, después de quién sabe cuánto tiempo, MinSeok comenzó a estar consciente nuevamente. Ya sus pobres y maltratados despojos no se encontraban internados en el bucle del dolor infinito y por fin, los medicamentos habían comenzado a hacer efecto, aunque no sabía con exactitud por cuánto tiempo estaría prácticamente "sano", sin dolor aparente y estando como si la enfermedad jamás había existido o se encontrara tan invasivamente ramificada. Un respiro, aunque fuese unos cinco míseros minutos, lo hacía descansar o sentirse aliviado, mental y físicamente. Mientras disfrutaba que sus dolencias habían desaparecido por la faz de su carne, el hombre de ojos felinos comenzó a recordar el cómo había llegado esa luz a su inexistente vida, ya que antes de él, su existencia carecía de sentido y simplemente era monótona, como cualquier ser que no tenía un objetivo definido y solo se dedicaba a trabajar para subsistir y obtener los beneficios de una vida, aparentemente, sin necesidades adyacentes.
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° Eres mi Estrella Binaria, Amor Mío ° || CHENMIN
FanfictionDos personas que se encontrarán espontáneamente, como si fueran dos estrellas fugaces predeterminadas a juntarse. Uno con serios problemas de soledad y de vacío y otro con una verdadera apreciación a la vida misma. Dos estrellas que anhelan formar...