Capítulo 1

1.2K 50 8
                                    

Inesperado

Estancamiento: es la suspensión o detención de una acción o del desarrollo de un proceso.

Eso es lo que sentía que me pasaba, llevaba 35 minutos corriendo en la cinta y no podía pasar mi propio récord, lo había hecho hace un año y poco después pasó mi accidente  fue comenzar de cero, mi antiguo entrenador me dijo que no me preocupara que sería normal que me costara recuperar el mismo ritmo y aunque no me dedicaba a esto profesionalmente, vamos que mi vida estaba en un estudio de grabación, el sentimiento  de estar haciendo lo mismo todos los días y no ver los resultados era desgastante.

 Me jodia bastante.

Por no hablar de que no podía encontrar inspiración para componer y últimamente la producción me costaba horrores. Quién lo diría, hace solo un año nada de esto me imaginaba que podía  pasar, era la cima de mi carrera, el disco que había hecho desde la composición y la producción era increíble lo había petado, ni hablar de todos los trabajos colaborativos con artista reconocidos y con la disqueras.

 En mi mente este era uno de mis grandes miedos. 

Todo esto empezó desde hace tres meses, regresando de mi rehabilitación me llego una idea fugaz, pero hasta el momento no estaba acabado, sentía que faltaba algo, lo había intentado casi todo y no me acababa de convencer. Mi autoexigencia en todo lo que hacía no me ayudaba con esto. No importaba cuánto me esforzara no lograba superar mis expectativas. 

No sabía cómo lidiar con la frustración, era una realidad. 

Baje el ritmo, bastante cansaba ya iba después de acompañar a Pablo todo el dia. Era viernes y sin embargo no tenía intenciones de salir, me daría un baño caliente en la bañera tal vez abriría una botella de vino.  No era el típico plan que me escucharan hacer, ni yo me creía que eso fuera hacer. 

- Leona, estás ahí- dijo una animada Belén al entrar a la habitación.  - Jo, pensaba que ya te habrías ido. 

Belén era de mis mejores amigas y mi socia en el pequeño estudio que montamos hace algunos años y la mejor compi que tenía cuando de salir a pubs se trataba.  

- Pues no, hoy me quedo en casa.- dije sacudiendo la cabeza. Ella me ofreció una botella de agua. 

- Pues tú verás, chica que últimamente estas muy aburrida.- dijo picándome un poco, llevaba razón las últimas semanas no encontraba ánimos por ninguna parte.  

- Que va, es que no quiero que el piso quede destrozado ahora que también vives tú aquí. - lo decia de broma pero era necesario por dos cosas: una no quería que se enterara que estaba jodida y dos por que era necesario que este tema se tocará. La conocía desde hace mucho y sabía lo desordenada que podía llegar a ser, no era la primera vez que vivíamos juntas.

- ¡Que!, leona, que te estás volviendo mi mamá- las dos reímos - Pero enserio que te juro que me porto bien, que no vas a notar que estoy aquí, lo prometo.- dijo llevándose la mano al pecho. 

Pues muy bien hasta el momento no se portaba, llevaba casi un mes viviendo en mi piso, estaba en trámites para separarse de su esposa y mi casa siempre tenía las puertas abiertas para ella, aunque claro de toda la semana había llegado solo dos días, no la juzgaba, era su vida pero me desconcertaba que se estuviera portando de esa forma. 

- Vale, te creo.- dije dándome cuenta que iba ya arreglada.  -¿sales sola? 

- No, he quedado con Raoul, Víctor y Ana.-  dijo casi huyendo de mí, no me sorprendía llevaba toda la semana saliendo con ellos. Los tres eran bastante agradables cuando se trataba de salir a pasar la noche, tal vez Raoul era el más centrado de ese grupo mientra que los otros dos se dejaban perder demasiado fácil. Sin hablar que Belén se traía algo con Ana, tal vez me estaba equivocando o no y esa era la verdadera razón de querer separarse. 

- Pues muy bien, ¿quieres cenar antes de irte?- quería cambiar de tema, aun no hablábamos del tema de su separación y no quería que fuera justo en este momento. 

- Gracias, pero voy justa de tiempo- dijo tomando su bolso. Se despidió y salió del piso.

Yo sí que tendría que cenar, prepararía algo ligero antes de tomar un baño. Antes de llegara a la cocina el timbre sonó, increíble que se olvidara de las llaves 

- Hay Belén, que siempre te dejas las llaves- dije abriendo la puerta, la sorpresa de mi vida, no era Belén en su lugar estaba la pequeña y tierna Luna, su hija,  dando saltitos de emoción. 

- Hola, bonita ¿como estas?.- hace mucho que no la veía, en realidad la última vez fue hace más de un año, Belén había acabado su gira, me invitó a su último concierto en Madrid y Luna estaba con ella. 

- ¡Miriam!- salto encima de mí en cuanto me puse a su altura. -Estoy muy emocionada, mi mami me ha dado permiso de pasar el fin de semana aquí, con mamá Belén y contigo. 

De qué iba esto, Belén no había mencionado nada, ¿qué tenía que hacer ahora?. 

- Pues mira que guay, no la vamos a pasar bomba.- Levante la mirada para encontrarme con los ojos verdes más bonitos que había visto nunca. Luna seguía abrazada a mi, me levante con ella. 

-Hola, ¿Miriam, verdad?.- dijo ella aun desde la puerta. 

- Hola, si, perdon, adelante pasa. - me hice a un lado, no podía creer lo guapa que era. 

- Pues mira ya somos dos, yo tambien me llamo Miriam.- dijo dándome una sonrisa. 

- Pero puedes llamarla mami Mimi. - dijo Luna en forma de susurro al oído, lo suficiente alto para que Mimí lo escuchara, me parecía de lo más tierna. 

 - Venga Luna, pero si puedes llamarme Mimi.- dijo un poco apenada -le podrías decir a Belén que venga un momento le tengo explicar algunas cosas.

Tenía increibles problemas: el primero era que nunca me había imaginado que la esposa de Belén fuera tan increíblemente guapa, llevaba conociendo a Belén demasiado que me era imposible creer que no conocía a Mimi, lo cual era raro. El segundo y el más importante, que rayos le tenía que decir o como le tendría que explicar que no estaba, y el ultimo por que diablos Belén no me había comentado nada de esto. 

- Bueno, es que justo ha salido a comprar algo de cenar, ¿quieres esperarla?.- Estaba deseando que me dijera que no, de otra forma se liaria mogollon. - Pero con gusto podrias decirme a mí que yo le paso el recado. 

- Vale, la verdad es que tengo un poco de prisa.- sacó su móvil para ver la hora.- Segura que te lo puedo decir a ti. 

- Claro, Mimi sin problema.

Después de explicarme la larga lista de cosas que Belén tenía que hacer, Luna y yo despedimos a Mimi. 

Esto tenía que ser una broma de mal gusto, eso de que Belén saliera justo hoy me parecia increible de creer, se había olvidado que tenía que cuidar a Luna. Trate de llamarla algunas veces y no me atendía.

Di un suspiro bastante grande, jamas habia pensado que mi dia terminara de aquella manera, tendría que ser la canguro de Luna por esta noche, tampoco seria tan dificil.  


No, tú no || Miriam2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora