Capítulo 3

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Cansada 

Los rayos de sol se adentraba dentro de la habitación, el sonido de un móvil retumbaba por todo el piso, llevaba sonando un par de veces. 

- Tía, tú móvil está sonando, apagalo o algo.- dijo Ana quien se removió en la gran cama dándole una ligera patada a Belén.

 La nueva rutina que habían formado las últimas semanas era ir al piso de Ana tomar un par de tragos más, acompañados de algunos  besos que la mayoría de veces terminaba en algo más y Belén muchas de las veces se quedaba  a desayunar. 

  - Ana solo duerme, en nada se calla.- si de algo se caracterizaba Belén era de tener el sueño pesado, algo que le había ayudado mucho cuando salía de gira.

Las horas de descanso de ambas se vieron afectadas por la gran noche que pasaron, habían llegado rozando la mañana y aunque eran cerca de la una de la tarde, aún no acababan de reponer fuerzas.  

 El móvil dejó de sonar y en menos de un minuto el sonido volvió a retumbar por toda la estancia, esta vez la persona que quisiera contactarla iba a ser insistente. 

- Belén, por favor levántate a contestar si no quieres terminar fuera de mi casa - por su parte Ana tenía el sueño ligero, las condiciones para dormir tenían que ser específicas si no quería estar de mala ostia durante el dia.

Belén se levantó a regañadientes sabiendo del temperamento de su acompañante, se obligó a abrir los ojos, había sido un error subir el volumen del tono de llamada una vez llego al piso, echó un vistazo rápido de dónde podia estar su movil, vio las sábanas revueltas y las múltiples prendas de vestir de Ana y suyas tiradas en el suelo que se contrastaba con la habitación impecable. 

A su pesar, no recordaba donde había dejado su móvil,  hizo el intento de rebuscar entre la ropa que se esparcía por el suelo, sin embargo encontró su móvil tirado cerca de la puerta, se percató que tenía 35 llamadas perdidas y 20 mensajes. Todas las llamadas eran de Miriam, le parecía raro que llamara tan insistentemente desde la noche anterior, sin embargo que llamara un sábado por la mañana lo era más, ella conocía sus hábitos, sabía que los fines de semana, en especial los sábados eran específicamente para descansar.

Entró a la app de mensajería, de los 20 mensajes 15 eran de Mimi, su ex esposa. El dolor de cabeza que hasta ese momento había estado ignorando estalló estrepitosamente. Tomó la primera camisa que encontró y salió de la habitación en busca de un vaso de agua, el dormir ahora mismo quedaba en segundo plano. 

La serie de mensajes que Mimi le había enviado la noche anterior le parecía un interrogatorio a un delincuente que ha hecho algo malo, no entendía mucho a Mimi y francamente estaba cansada de que siempre fuera la misma situación,  estaba cansada que tener que seguir dando explicaciones de todo lo que hacía, cuando, por que lo hacía y con quien.

Se limitó a terminar de leer y releer los mensajes mientras ponía un poco de café y preparar unas tosta simples para ella y Ana. En realidad si lo pensaba un poco estaba siendo injusta con Mimi, entendía que era importante la comunicación entre las dos, después de todo, pero estaba cansada de vivir como siempre lo había hecho,  siempre rindiendo cuentas de lo que hacía,  siempre pensando que lo que hacía era por un bien mayor y esa si que no era culpa de su ex, el culpable fue su padre.

***

- Entonces no tienes ni puñetera idea de qué vas a hacer-

Ahí estaba una vez más, enfrente de mi padre, odiaba de sobre manera que se comportara así conmigo, que me tratara igual que a sus empleados, su mirada fría en contacto con la mía, era tan común para él que me hiciera sentir tan pequeña.  

- Que no, que lo juro que lo tengo clarísimo.-pensé lo siguiente que tendría que decir, los planes que tenía no estaban saliendo como lo esperaba pero era mi oportunidad para conseguir mi sueño. - He conseguido que Alex me reciba mañana en el teatro para la última audición- 

-Y eres tan tonta para creer que te cogerán, es acaso que no te enseñe nada, hija, no puedo creer que no puedas arreglar tú las cosas, es tu vida y deberías de tener más carácter  si es que quieres llegar lejos.- dio un suspiro - Mañana tendrá que ir tu hermano a hablar con Alex, espero que le agradezcas luego. 

- No es necesario, tengo todo en orden- era demasiado molesto que siempre sacará a flote a mi hermano, desde siempre me había comparado con él, el hombre de la familia, el ejemplo a seguir, el que había escogido el negocio de la familia y no solo "perder el tiempo en el piano". 

- Es lo que se hará y no se discute-  el grito autoritario que dio me caló en los huesos, estaba cansada de que fuera una carga para la familia, que me vieran como la débil, cuando claramente no lo era. -Ahora quiero que me dejes solo, ve a practicar o algo, porque  te lo advierto un solo fallo  y te despides de la música para siempre, no voy a dejar que tus tonterías manchen la imagen de la familia, que mucho nos ha costado tener. 

***

Se había pasado la vida entera haciendo las cosas porque las tenia que hacer, por que a su padre no se le llevaba la contra, cualquiera podría pensar que su carrera era gracias a las influencias de su padre y aunque sí le debía  el apoyo de un principio, fue ella quien se lo había  currado, fue ella la que sacrificó su vida para ser lo que en este momento era. Pero no era una buena manera de vivir, estaba cansada de siempre querer tener el control de todo, la presion que sentia en todo momento le hacían perder la cabeza. Pero cuando conoció a Mimi una parte de ella perdió ese control que nunca le gusto. Con ella simplemente dejaba que las cosas fluyeran ese el efecto de Mimi en su vida, solo era diversión, solo era vivir, era la forma perfecta de salir del mundo tan cuadrado que estaba viviendo.

Pero las cosas y la misma vida no puede estar estática, el mundo es dinámico por naturaleza, son indispensables los cambio y  en el momento que se dio cuenta que el cuento de hadas que vivía con Mimi cambió drásticamente le dio miedo. Miedo por que la queria de verdad, miedo de formar una familia y ahora sería ella la que tendría reglas en sus casa, ahora sería ella la que tendría que decidir cosas importantes. No se arrepentía de hacerlo, Mimi era y seguirá siendo una parte importante en sus vida, pero consideraba que era mejor encontrar el papel que quería vivir, decidir por ella misma lo que haría de una vez por todas. 

El sonido de la puerta del dormitorio la sacó de sus pensamientos, Ana aun sobada salía de la habitación. 

- Tía, por qué no regresaste a dormir- dijo pegándose en un abrazo a Belén. 

- Pues nada, el dolor de cabeza no me deja, te apetece comer ahora o prefieres dormir más. 

Ana iba a contestar cuando él movil de Belén volvió a sonar, en la pantalla se podia apreciar "La leona". Prefirió que era momento de saber el entusiasmo de Miriam con querer encontrarla que contestó. 

-Por dios hasta que te dignas a contestar, mujer, que casi pongo pancartas en las calles para buscarte.- el saludo de Miriam le hizo gracia. 

- Vaya, petarda que eres, que ya hay pancartas en la calle con mi cara - estaba dispuesta de seguirle la broma cuando Miriam la corto.

- Belén pará que es importante, es Luna...








No, tú no || Miriam2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora