2# Mi día de suerte.

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𝘗𝘰𝘷 𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘵𝘰𝘳.

El pelirosa estaba amarrando sus agujetas con algo de brusquedad, estaba terminando de ponerse su uniforme, esta vez iría un poco más temprano a la escuela.

Tenía la mirada perdida y unas ojeras debajo de sus muertos ojos.

Había dormido poco después del sueño, y no es que fuera realmente aterrador, solo que se sintió real para Kusuo, pero a la vez increíblemente irreal, lo cual lo perturbaba.

Obviamente que Saiki estaría cansado, pero con el pasar de las horas de aquella oscura noche pudo finalmente olvidar un poco aquel sueño, o más bien, ignorar lo qué pasó ahí.

Al rededor de Kusuo, el ambiente era pesado; "gris" por así decirlo. Y esto mezclado con el frío que hacía, era suficiente.

Tomó la chaqueta turquesa, conjunto de su uniforme, y se la puso antes de salir por la puerta de su habitación.

Antes de salir hacia su instituto, el psíquico se tomaba el tiempo de desayunar junto a sus padres, pero su apetito era poco.

Ya con él bolsón en el que llevaba sus útiles escolares y libros en mano, bajó por las escaleras silenciosamente.

Apenas había bajado su madre para poder cocinar algo, y por lo que sabía, su padre aún estaba alistándose para ir al trabajo.

Kusuo solo se había dirigido a la cocina para avisarle a su madre que se iría, así que esta al notar su presencia siendo tan temprano se sorprendió un poco.

— ¡Oh, Ku-Chan! — Levantó un poco su tono la adulta — Buenos días~ — sonrió — Lo lamento, el desayuno aún no está listo, aunque puedes comer la gelatina que trajiste ayer — Esto último hizo recordar el regalo que le había dado él médium, soltó un suspiro.

No, no te preocupes. Planeaba irme justo ahora — Mencionó Kusuo, parecía algo desorientado.

— Pero Kusuo, no puedes irte sin comer aunque sea algo... — Kurumi había arqueado sus cejas mostrando preocupación, dejó lo que estaba haciendo; que por cierto, parecía estar cortando fruta, y se dirigió a el refrigerador.

Sacó una gelatina de café.

— Come — Dijo un tanto sería acercándose a su hijo quien estaba parado enfrente suyo, este la miró neutral — Está bien si quieres ir yéndote a la escuela, puedes comer esto de camino.

El pelirosa vió la gelatina por unos segundos, solo para asentir después de tomarse una pequeña pausa. Quizás no pudo resistirse.

Kusuo tomó el postre entre sus manos, por suerte dentro había una cucharilla igual de desechable que el envase.

Adiós, mamá — Dijo Kusuo fríamente, y en ese mismo instante la ya mencionada acarició una de las mejillas este.

— Nos vemos, Ku-Chan~ — Contestó risueña.

...

Kusuo dio la vuelta, dándole la espalda a Kurumi, y caminó hasta llegar a la puerta de su casa.

Al abrirla una fuerte brisa de viento pasó por su cuerpo, no le hizo tanto frío, pero hizo que tuviera una sensación espantosa en el pecho.

Y es así, como este repitió lo que hacía casi todos los días; ir a su escuela.

El camino no era relativamente largo, pero al menos se tardaba unos diez minutos en llegar, aveces más si contamos que en ocasiones llegaban sus compañeros a hablarle.

Tragó saliva, al recordar a sus compañeros pensó en Reita.

Se sentía inquieto.

Saiki miró a los lados por toda la solitaria calle por la que estaba pasando. Al no divisar a ninguna persona decidió teletransportarse directamente a su instituto.

✧ೃ 𝘿𝙚𝙟𝙖𝙫𝙪́⋰↝ •̩̩͙  {Toritsuka Reita x Saiki Kusuo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora