Pensé que lo había dicho

2.1K 171 70
                                    


Kara había conocido a Lena un martes, ella lo recordaba claramente porque los martes ella y el resto de su clase de cuarto grado iban al salón de clases de la Sra. Duffy para biología. La Sra. Duffy había criado pericos a partir de huevos. La clase de Kara había visto cómo uno de ellos picoteaba su camino fuera del caparazón luciendo más como una cena de pollo mal cocida que como un pájaro. Durante las siguientes semanas, eso cambió y a los pericos les crecieron las plumas lo suficiente como para tomar vuelo. Revoloteaban alrededor de su jaula, todos adultos, y eso a Kara le provocó una pregunta.

"¿Si, Kara?" Preguntó la Sra. Duffy, mientras Kara levantaba la mano en el aire y la movía con cierta urgencia.

"Señora Duffy" Kara se puso de pie lentamente mientras hablaba "¿Cuándo pueden los pericos salir y ser libres?"

El resto de la clase se rió. Hacían mucho eso cuando Kara hacia preguntas, pero la Sra. Duffy sonrió y dijo: "Esa es una buena pregunta, Kara". Ella decía eso mucho cuando otros niños se reían de ella. "Desafortunadamente, no lo harán, los pericos no son nativos de aquí y no vivirían mucho tiempo afuera. Hay demasiados depredadores, así que permanecen en sus jaulas donde están seguros y cuidados."

Ese fue el final de la discusión, pero cuando se sentó y su mirada se posó en los pájaros al interior de la jaula dorada, el corazón de Kara se hundió. Ella sintió por ellos, lo mismo que sintió el día que Jeremiah le dijo que debía mezclarse con los humanos y que nunca podría volar.

"Es más seguro." Había dicho "Y mi trabajo es mantenerte a salvo pase lo que pase". Ella entendía sus intenciones, pero también sabía quién era ella. Era un pájaro colorido y estaba hecha para volar libremente.

Se acercaba el final del año, cuando alguien increíblemente importante entró en ese mismo salón de clases, y por lo tanto en la vida de Kara. Mientras se sentaba en la parte de atrás tratando de ignorar a Mike que le hablaba de fútbol cuando ella intentaba leer sobre invertebrados, la Sra. Duffy llamó su atención hacia el frente del salón.

"Clase, tenemos una nueva estudiante. Su nombre es Lena, espero que todos la hagan sentir bienvenida".

Lena era baja, Petite era la palabra que utilizaba Eliza; mientras que Kara era desgarbada como un potrillo cuyo cuerpo aún no había crecido en sus piernas, Lena era delicada. Su piel era pálida, a diferencia del bronceado que lucía Kara, su cabello largo y negro le caía por la espalda en marcada diferencia con los rizos rubios de Kara. Mientras la chica se dirigía al asiento vacío al otro lado de Kara, el lado no ocupado por Mike y sus murmullos, Kara la miró con atención.

"¿Este asiento está disponible?" Preguntó Lena.

Era la voz de un niño con inflexiones adultas, pero Kara apenas se dio cuenta de eso. Fue capturada por los ojos del verde más claro que había visto en su tiempo en la tierra. Le recordó a las montañas de cristal en Krypton, de un color que no era ni azul ni verde, un punto en el espectro que no creía que fuera visible bajo la atmósfera de la tierra.

"Tienes los mejores ojos que he visto en todo este mundo" Dejó escapar Kara a modo de respuesta "¿De qué color son?"

Las risas volvieron a escucharse, aunque las burlas esta vez se limitaron solo a Mike. "Son verdes, tonta, tú haces las preguntas más tontas."

Cuando Kara se hundió en su asiento, Lena se incorporó en toda su altura -que no era mucha- y dijo "Tonterías, no hay preguntas tontas, pero hay gente tonta." Le lanzó a Mike una mirada con esa declaración que Kara estaba segura de que pasó por encima de la cabeza de Mike, pero dejó a la kryptoniana con una sonrisa tímida.

Pulsera de la amistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora