Pulsera de la amistad

Sí, otra vez

Kara supo antes de que el suave golpe tocara su puerta, antes de que esa hermosa voz se escuchara desde abajo, antes de que Lena incluso entrara en la casa, que estaba desecha. La bendición de su audición fue saber siempre más sobre lo que sucedía a su alrededor que los demás y saberlo primero. También fue la maldición de su oído.

"Kara", dijo Lena con más fuerza y aunque quería esconderse de eso como una niña que se niega a mirar por debajo de las sábanas, Kara se volteó.

Lena estaba impresionante. Incluso ahora, vestida con pantalones de yoga, una sudadera con capucha de Kara y líneas de confusión grabadas en su rostro era lo más hermoso que Kara había visto en su vida. Ese sentimiento no era diferente al de la primera vez que miró a Lena a los ojos, pero la desesperación que la acompañaba era nueva.

"Lena, yo..." Comenzó a murmurar avergonzada.

"Eres una tonta"

Kara no podía discutir eso. No podía discutir con Lena en un buen día, y hoy mucho menos. Era joven y todavía bastante nueva en este planeta cuando conoció a Lena, cuando se vio absorbida por la gravedad del ambiente y la gracia de Lena y se convirtió en poco más que un orbital en presencia de ella. Sin embargo, eso no excusó los años que siguieron cuando la autonomía de Kara creció y vio a Lena como una igual, como una compañera.

Introspectivamente, había muchos indicios de que la relación de Kara con Lena no era lo que había imaginado. Todos los letreros estaban allí, y aunque no era su lengua materna, Kara había aprendido a leer las señales sociales. Todos le dijeron algo que ella no quería escuchar. Lena Luthor era su amiga y nada más.

Así que Kara los ignoró, prefiriendo el error infantil que había construido en una elaborada ilusión, un espejismo en el que no era la única sobreviviente de una raza muerta, la única custodia de una cultura ahora perdida por el polvo de estrellas, sino parte de algo nuevo y maravilloso. Rechazar este comienzo fue un paso atrás en su miseria anterior, y aunque Kara era lo suficientemente fuerte como para lanzar un autobús escolar, había algo de peso que no podía soportar. Incluso una niña nacida de la destrucción entre las estrellas tenía sus límites.

"Tu hermana me lo contó todo".

Kara lo sabía. No se le ocultaba ninguna conversación en esta casa a menos que Kara decidiera ocultarla. Y aunque había estado profundamente tentada a hacerlo, para evitar esto incluso por cinco minutos más, dejar pasar la oportunidad de escuchar cada vocal formada, cada palabra formada por la mujer que amaba no era algo que pudiera hacer cuando podría ser la última.

"Lo sé, yo... no estoy segura de qué decir, Lena. Tú significas el mundo para mí y nunca quise darte por sentado o asumir cosas que no estaban allí. Solo te quería, nosotros. Quería todo lo que teníamos y todo lo que pensé que podríamos tener. Quería todo contigo, lo siento".

Lena no respondió y el silencio ensordecedor lo decía todo.

"Lena, por favor, di algo. Grítame si quieres, pero di algo, lo que sea. Solo dime que no saldrás de mi vida para siempre".

Lena cruzó la distancia entre ellas colocándose tentadoramente cerca de la cama y suspiró largamente antes de pronunciar. "Estoy enamorada de ti".

Lo que sea que Kara esperaba que Lena dijera, no era eso. En su mente, estaba en duda si su amistad podría salvarse o no, mientras que la esperanza de que alguna vez tuvieran más que amistad no lo estaba. Aunque debería haber sido una celebración ligera en el ambiente, Kara había pasado tanto tiempo mintiéndose así misma que incluso una declaración tan clara, la dejaba en duda.

"¿Qué dijiste?"

"Dije que estoy enamorada de ti, tonta. Bueno, deja la parte de tonta fuera, pero hasta que te informe lo contrario, puedes asumir que está implícita cada vez que hable de ti"