CAPÍTULO 6: Primer día de instituto

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Lo poco que quedaba de verano se pasó casi volando, la mayor parte del tiempo me la pasaba sobre todo en el restaurante con la tía Lucy y con mi primo Alex, ayudándoles siendo la camarera.

El restaurante es un negocio familiar desde hace generaciones, no sé que componente de la familia construyó el restaurante, supongo que un tatara no se qué abuelo Stone.

La familia Stone es muy antigua, el apellido perduró generaciones ya que todas las parejas tenían siempre un varón el cuál conservaría el apellido Stone hasta la generación siguiente, y eso hasta la actualidad, supongo que mi padre ha "roto" esa "tradición" al solo tener un hijo, en este caso una hija... yo, la cuál el apellido se perderá al tener hijos y esos hijos sus hijos. Pero por otro lado está mi primo Alexander Stone, un chico de 21 años y un tanto descerebrado. Se supone que los hijos heredan el apellido de los padres y no el de las madres, pero tía Lucy fue y es madre soltera, el padre biológico de Alex lo abandonó a él y a Lucy cuando supo que ella estaba embarazada, por eso, tía Lucy le implantó su apellido; el apellido Stone a Alex. 
Supongo que con Alex el apellido Stone perdurará otra generación.

Alex: ¡No quiero llevarla! ¡Quiero seguir durmiendo!

Podía escuchar perfectamente las quejas de Alex hacia la tía Lucy, la cual estaba cada vez más cerca de cometer un asesinato.

Lucy: Me da igual lo que quieras, llevarás a tu prima al instituto.

Lucy dio por terminada la discusión, y Alex como todo un adulto... comenzó a hacer un berrinche pataleado el suelo. Yo sentada en el comedor desayunando pude ver con claridad su "madurez" lo que me provocó que rodara los ojos. 

Alex: Tienes piernas para caminar.
Ashley: Y tú un vehículo para llevarme.
Alex: El instituto no está tan lejos.
Ashley: ¿Qué te cuesta tanto llevarme?
Alex: No quiero madrugar.

Yo rodé los ojos y seguí desayunando.
Hoy empezaba el instituto, y eso me tenía aterrada. Aquí no conocía prácticamente a nadie, no tenía amigos por lo cual muy seguramente estaría sola, además de que al ser la nueva toda la atención y los cotilleos se centrarían en mí, cosa... que no me gusta.

Alex: ¡Mamá! ¡A Ashley le está dando un chungo!
Ashley: ¿Qué?
Alex: Estás pálida y has empezado a sudar.
Ashley: Oh, no es nada, tranquilo.
Lucy: ¿Qué pasa?

Lucy bajó las escaleras y me miró preocupada examinándome con la mirada para ver que me pasaba.

Ashley: Nada, solo... estoy un poco nerviosa por el instituto.
Lucy: Cariño, no tienes que estar nerviosa, lo pasarás bien y ya verás como haces amigos.
Ashley: No creo que eso llegue a pasar.
Alex: Dios... se la van a comer viva en el insti.

Lucy le miró mal, supongo que para que Alex se calle y no me ponga más nerviosa de lo que estoy ya.

Alex: ¡¿Qué?! Solo... ¡mírala! Es como meter un conejito débil e indefenso en una jaula con lobos hambrientos y salvajes. 
Ashley: Gracias Alex, eres único tranquilizándome.

Alex chasqueó la lengua y vino hacia mí y se sentó en la silla de al lado.

Alex: No te va a pasar nada primita, tú solo se amable e intenta hacer una amiga, si puede ser que sea igual de antisocial y marginada que tú.
Ashley: ¿Por qué?
Alex: Porque esa persona tampoco tendrá amigos y os hablareis aunque sea por pura necesidad.
Ashley: ¿Y qué pasa si no lo consigo? ¿Y si no les caigo bien y empiezan a lanzarme o a decirme cosas?
Alex: Si llega a pasar... los atropellaré con el coche.

Se encoge de hombros mientras que me sonríe, como si atropellar a la gente fuera su pasatiempo favorito.
Lucy se va a alguna parte de la casa, mientras que Alex va al salón a ver la TV y yo termino de desayunar para después empezar a vestirme y preparar las cosas que debo de llevar para el instituto.
Cuando terminé, le avisé a Alex y él no muy alegre caminó hacia el coche donde se subió en el asiento del conductor mientras que yo me estaba despidiendo de tía Lucy.

La chica del restauranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora