El amor es algo que mi hermana y yo no podemos darnos el lujo de saborear. Hay que ser cuidadosas, nuestros padres siempre quieren que experimentemos nuevas cosas, pero tener un corazón roto es lo último que quiero, ya pasé por eso y no quiero volver a sentir ese vacío, no quiero darle ese poder sobre mí a nadie.
Andres Francisco Runus, ese es su nombre, el chico que me partió el corazón sin ninguna piedad, sin dudar, sin siquiera parpadear. Me gustaría poder decir que ya está superado, pero aún duele...aún tengo sentimientos por él, sentimientos que debo ocultar.
Andres se las ingenia para molestarme, para intimidarme con esa frialdad, con ese calor, con su estúpida mirada sin emoción. Aún estando en su Reino, siempre visita el nuestro y eso me enfada bastante. Las veces que él viene yo simplemente me voy al Reino de Cristal con la excusa de que quiero mejorar en mi arte, pero en realidad quiero mantener toda la distancia que pueda de ese ser tan arrogante y yo.
Hoy, no pude escapar, estaba a punto de irme cuando mi madre me detuvo.
–Géminis, ya no puedes seguir huyendo– puedo notar un dejo de tristeza en su voz y trato de darle mi mejor sonrisa.
–Mamá solo voy a trabajar más en mi técni..–
–¡NO! POR DIOS HIJA, TODOS SABEMOS QUE ESO ES MENTIRA– me sobresaltó que ella levantara la voz de esa manera. –Géminis, le estas dando más poder del que ya tiene sobre ti, le dejas ver que te intimida, que te molesta mucho su presencia, por favor.– ella toma mis manos –quédate y muéstrate a ti misma que él no te afecta en nada, que él vea que es tu pasado y que ya no lo necesitas.–
》Es muy fácil decirlo mamá, pero él me hizo mucho daño, no creo poder verlo a la cara otra vez《
Me trago mis verdaderos sentimientos porque se que mi madre tiene toda la razón, él aún tiene cierto poder sobre mí, tanto que me hace huir ante su simple presencia, ella tiene razón. NO MÁS, NO ESTA VEZ. No dejaré que él siga teniendo poder sobre mí.
–Está bien mamá, está noche me quedaré, lo prometo– cuando hacemos promesas en mi familia, es muy importante cumplirlas, no es solo prometer y ya, es demostrar que en serio la cumplirás.
Junto con mi madre subimos en el ascensor hasta llegar a mi habitación, ella se va a la suya. Al cerrar la puerta me dirijo a mi baño, necesito sentir agua caliente por toda mi piel, necesito relajarme antes de verlo esta noche.
Bajo el agua pude sentir tanta relajación, hasta que en mi mente se plasmaron unos ojos color café muy intensos, ¡DIOS! Déjame en paz imbécil.
Mis padres y los padres de Andres son muy buenos amigos desde hace años, mucho antes de mi nacimiento o él de Andres. Y eso hizo que él y yo pasáramos mucho tiempo juntos, no como amigos, solo hablábamos por obligación, y luego cuando llegamos a los 16 años él se me declaró y todos festejaron, para muchos ya era obvio pero para mí no, lo siento soy muy ciega con las indirectas.
Salí del baño envuelta en una toalla y otra en mi cabello. Eso fue muy relajante, pero no lo suficiente como para hacerme olvidar mis estúpidos y jodidos nervios. Escuché que tocaban la puerta y ya sabía quién era, siempre la misma forma de tocar la puerta, luego de unos segundos vi como entraba Amalia en mi habitación.
–Hoy tienes que brillar ¿me escuchaste?– ella siempre tan directa.
–Ami, basta, no voy a hacer nada de lo que me digas– conociéndola me haría usar uno de esos vestidos muy elegantes, vestidos que me harían sobresalir, aunque, me pusiera lo que me pusiera siempre sobresalía por el hecho de ser una de las princesas del Reino Central.
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La Reina y el Esclavo
RomanceUna Reina sin corona. Un Rey despiadado. Un amor que no puede ser. Doce caballeros dispersos están. Doce caballeros unidos volverán a estar. Para pelear al lado de la Reina que su trono viene a reclamar. ¿Tendrán que hacer sacrificios? ¿El amor ser...