Capítulo 2. Héroe y Heraldos

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Estando sumergido en aquella oscuridad provocada por la habilidad de Franz, Asarot poco a poco fue capaz de comenzar a divisar un cierto lugar.

Estamos de vuelta.

Tal como había pensado para sí mismo, Asarot se encontraba de regreso en el bosque espeso cubierto con una ligera capa de neblina. Viendo desaparecer el humo negro de su cuerpo, Asarot centró su mirada tanto en Alissa y Franz, aquellos que de ahora en adelante serían sus compañeros.

—¿Ocurre algo malo, Asarot? —cuestionó Alissa al intercambiar miradas con él—.

—¿Eh?

Mirando directamente a Alissa, el recuero de haber sido besado por ella repentinamente asaltó la mente de Asarot, quien, a pesar de mostrar una mirada seria en su rostro, se sonrojó ligeramente mientras desviaba la mirada.

—No.... No es nada.

Pero, viendo el actuar de este, Alissa mostró una amplia sonrisa de victoria en su rostro mientras acercaba su rostro al de Asarot, quedando frente a frente.

—Oye, Asarot.

—¿Q-qué ocurre? —preguntó al mirarla—.

—¿Podrá ser que recordaste nuestro lindo beso de hace poco?

Tensándose ligeramente al recordar de nuevo aquel beso, Asarot volvió a desviar ligeramente su seria mirada por lo que Alissa se mostró más feliz que antes.

—Realmente te gustó, ¿no es así?

—Eso...

De un momento a otro, como si todo hubiera sido fingido antes, Asarot volvió a mostrarse serio y sin muchas emociones mientras encaraba a Alissa.

—Solo podría decirse que me tomaste por sorpresa, eso es todo, Alissa.

—Ya veo, ya veo, conque es así —respondió con una apariencia reflexiva en su rostro—. Pero, Asarot...

—¿Qué ocurre?

Actuando repentinamente, Alissa acercó su rostro al oído derecho de Asarot, susurrando entonces en su oído.

—Si quieres hacerlo de nuevo, eres libre de pedírmelo.

Reaccionando al suave susurro de ella, Asarot se tensó ligeramente mientras que Alissa volvía a ponerse delante suyo con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Oye, oye.

Tras haber sido mantenido excluido hasta el momento de todo, Franz intervino dándole un ligero golpe en la cabeza a Alissa, quien reaccionó cubriendo y sobando la zona donde fue golpeada.

—Eso dolió, Franz, ¿por qué lo hiciste? —replicó a modo de queja—.

—Para que dejes de jugar con él, Alissa.

—No es un juego, realmente me gusta.

Escuchando las palabras de Alissa, Asarot una vez más sintió cómo su cuerpo se tensaba ligeramente, algo que fue ignorado por Franz y Alissa.

—Claro, claro, lo que digas. Oye, Asarot.

—Sí, ¿qué ocurre? —respondió con sus serias palabras—.

—Ella y yo nos encargaremos de recoger nuestras cosas de la cueva y de eliminar la evidencia de que estuvimos aquí, tú deberías ir a quitarte la sangre que hay en tus manos.

—Es verdad —respondió mirando sus manos—.

—No creo que sea muy grato dejar toda esa sangre, así que ve a lavarte al río mientras hacemos lo nuestro.

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2021 ⏰

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