Extraños deseos

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Itadori Yuuji tiene un problema, y es que recientemente descubrió que tiene un fetiche algo insano. Le gusta ver a su novio enojado, aunque más que verlo enojado le gusta que este dañe su cuerpo. 

Tal vez eso sea extraño o desagradable de pensar e incluso eso lo convierta en una persona rara o poco cuerda ya que, le encantan las veces en las que Gojo Satoru es agresivo con él.

Por algún motivo ser agredido físicamente por ese hombre lo encuentra agradable, y no lo malinterpreten no le gustaría tener ningún tipo de relación tóxica o sufrir de violencia de pareja, es solo que tal vez es un poco masoquista.

Porque le prende que de vez en cuando su Sensei lo tome de forma salvaje y sin piedad. Aunque eso no quita el hecho de que también le gusta cuando es lindo y delicado con él. Solo que de vez en cuando no está mal recibir su merecido, porque de alguna manera encuentra placer en el dolor.

Como se dio cuenta de eso? Fácil, un día como cualquier otro en la escuela Yuuji fue al cubículo de Satoru para encontrarse con él a solas como solía hacer con bastante frecuencia, pero parecía que su novio no había tenido un buen día.

Pues este acababa de tener una reunión con el consejo de hechiceros, después con el director Yaga para escuchar sus reclamos de lo que hace mal en su vida y como si eso no fuera suficiente también tenía un montón de trabajo escrito por lo que no se encontraba del mejor ánimo o humor posible.

El pelirrosa pudo verle tenso verter su odio contra unas cuantas hojas de papel que yacían en sus manos, ahora arrugadas por la presión que el peliblanco ejercía sobre estas. Itadori solo se limitó sentarse en una silla frente al escritorio del mayor para no interrumpirlo y verlo trabajar, conforme el más chico examinaba a su novio molesto, por alguna razón le parecía ¿atractivo?

Es decir, no es que Satoru no fuera apuesto, al contrario, lo era y mucho. Solo que verle con ese semblante lleno de ira por estar estresado hacía que el corazón y el cuerpo de Yuuji se sintieran extraños, como si quisiera verlo siendo más agresivo por alguna razón, entonces escuchó una voz dentro de su cabeza.

-Que, eres masoquista acaso?- Pregunta Sukuna con un claro tono de fastidio y disgusto

-De qué hablas?- Responde el recipiente sin entender la pregunta

-Por favor, puedo sentir tu excitación crecer en tu interior. Quieres que ese estúpido hechicero dirija esa irritación hacia ti, quieres que te lastime. Eres un jodido pervertido- Recrimina de forma acusatoria la maldición

Ante esa declaración el pelirrosa se tensa en su asiento y siente que su corazón da un vuelco al imaginarse en algunas situaciones, también un ligero rubor aparece en sus mejillas por las palabras de Sukuna. 

No es que el chico lo hubiera pensado con detenimiento alguna vez pero ahora que alguien más se lo decía la maldición tenía algo de razón.

Yuuji quería experimentar un poco de la frustración de su Sensei directamente, vamos a quien engañaba? Realmente quería que Satoru se levantara de esa silla y le diera una paliza mientras se lo follaba sin piedad.

-Cielos, sí que estás enfermo- Vuelve a escucharse la molesta voz dentro de su cabeza

-Si solo vas a molestar vete- Responde un poco frustrado el chico

-Sabes que mi único propósito en la vida es joder la tuya mocoso, pero me aburro aquí dentro, así que porque no me dejas echarte una mano con tus estúpidas ideas pervertidas? Seguro que la pasas bien- Sugiere ahora algo animado el rey de las maldiciones

Jujutsu One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora