Prólogo.

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El universo.. un lugar tan vasto e inmenso, con múltiples planetas, planetas que cuentan con seres que tienen millones de historias que contar, sin embargo nos centraremos en uno de esos tantos relatos, uno que está sucediendo ahora mismo en un pequeño rincón de la inmensidad de la existencia.. un planeta llamado tierra.

En este planeta recién nacido se encontraban 2 existencias.. una de ellas era Apocalipto, un ser divino de poderosa presencia y un aura que destrozaría a cualquier ser cuya existencia se encuentre por debajo de la suya, por otro lado, se encontraba Gaia esta diosa lo que transmitía era paz, aunque su presencia era igualmente poderosa. Ella se encargaba de la tierra, un planeta al que le tenía bastante apego.

Gaia amaba la tierra, amaba ver a los seres vivos coexistir, amaba ver como evolucionaban, amaba tomar forma y bajar al mundo terrenal, ella realmente se encontraba encantada.

Apocalipto y Gaia habían llegado a un acuerdo, ellos crearían seres cuya existencia también sea divina, pero no sería tan poderosa como la de aquellos 2 seres de inmensa presencia.

Fue entonces que crearon el Tenkai, un lugar donde los dioses vivirían, después de eso procedieron a dar lugar a los nuevos seres divinos, entre ellos nacían algunos que contaban con habilidades innatas, debido a esto se comenzaron a crear algunas jerarquías en el Tenkai, fue entonces que los 2 dioses mayores (así llamaré a Apocalipto y Gaia) decidieron impedir que los dioses menores puedan crear vida, ya sea procreando o simplemente creandola como hicieron ellos, ya que al tener más dioses la palabra "divino" perdería su significado y habría un desbalance de poder.

Siglos después tanto los dioses mayores como los menores fueron testigos de un suceso que iba a ser muy relevante en el destino de el planeta tierra.. la aparición de los seres a los que los mismos dioses llamaron humanos.

Estos seres poseían una gran inteligencia la cual superaba a la de las demás especies, Gaia se encontraba encantada al igual que los dioses menores, Apocalipto sólo observaba y callaba ya que se dio cuenta del gran potencial que tenían estos seres y sentía algo de inquietud con esto, no por el poder, eso le importaba poco, después de todo Apocalipto es capaz de llevar el Apocalipsis a cualquier rival, tenga la fuerza que tenga, nadie podría vencerlo, lo que realmente lo mantenía alerta era Gaia, ya que ella creía que el ser humano era perfecto... grave error.

Gaia estaba casi extasiada al ver a aquellos seres prosperar, ella los había idealizado como la máquina perfecta, aquella raza que llevará a al mundo a un nuevo nivel, pero esta ilusión poco a poco se acababa al ver cómo el ser humano empezaba a tomar bastante jerarquía en la cadena alimenticia de la tierra.

Los seres humanos ya no eran los mismos. Ellos habían desarrollado formas para acabar a los demás seres, habían comenzado el camino hacia el futuro, sin embargo, para disgusto de Gaia, este futuro solo contemplaba a la raza humana, este futuro los ponía como los amos de todo lo que contenía la tierra.

Fue entonces que Gaia comenzó a tener pensamientos algo hostiles hacia el ser humano, ellos querían tomar el mundo que ella tanto amó para si mismos..

Gaia: ¿dónde quedó todo el esfuerzo que puse? ¿acaso el ser humano quiere todo para él? ¿por qué no tienen contemplación con los demás seres vivos, por qué los matan así?.

Fue entonces que Apocalipto decidió hacer presencia.

Apocalipto: Gaia... el ser humano es egoísta por naturaleza, eso lo deberías entender, pero dedicaste todo ese tiempo a creer que ellos eran perfectos y bondadosos cuando ni siquiera nosotros lo somos, ¿por qué ellos habrían de serlo? así que ahora no te enojes, es nuestro deber hacer que todo fluya como tenga que hacerlo y que pase lo que tenga que pasar, nuestro poder es superior al de ellos, pero no por eso nuestra moral lo es.

Una inquebrantable determinación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora