Ahora Bell estaba realmente desilusionado, su vida iba a acabar así, sin gloria, sin sentido, sin nada por hacer, era decepcionante por decir poco... entonces unos cabellos dorados como el más fino oro se balancearon con elegancia y devolvieron a Bell algo que jamás se debe perder: la esperanza.
Bell entonces volteó a ver a la persona que había salvado su vida y le había devuelto la ilusión y la determinación de seguir adelante, cuando la vio sintió un sentimiento indescriptible, una presión en su pecho y calor en su rostro, una infinita admiración al ver a aquella chica balancear su espada con elegancia y precisión, claro que su campo de visión era manchado por la sangre que brotó del minotauro que tuvo la mala suerte de ser encontrado por nadie más que la famosa princesa de la espada.
POV Bell
Era ella, yo ya había oído hablar sobre la princesa de la espada en muchas partes, decían que era bella, que era una muñeca viviente, que aquel que la veía caía enamorado por su aspecto que rivalizaba al de una diosa, pero a decir verdad esas eran ridiculeces, ¿bella? eso es faltarle al respeto a su inconmensurable belleza, ¿una muñeca? ni el mejor diseñador de la historia podría plasmar el arte que eran las facciones de la chica que me acaba de salvar ¿enamorado? maldita sea, eso es muy poco, el amor queda corto para describir esto... ¿entonces qué es esto que siento? no puedo describirlo, jamás podría encontrar palabras que puedan hacer sentir lo que yo siento a quien las escuche, podría tener 10000 amores por 10000 años y juntarlos todos pero jamás se igualarían a lo que estoy sintiendo ahora mismo.
Fin POV
Princesa de la espada: ¿Estás bien?
Bell no podía articular ni una sola palabra, simplemente tomó valor suficiente para agradecer que la princesa de la espada salvara su vida.
Bell: Sí, estoy bien, muchas gracias por salvarme, por favor si necesitas algo a cambio dímelo
Princesa de la espada: Oh, no, así está bien, esto fue en parte nuestra culpa después de todo.
Bell: ¿Huh? su... ¿culpa?
Princesa de la espada: Bueno, ese minotauro se nos escapó y subió hasta este piso.
Bell entonces sintió algo de enojo al oír esto, ¿por qué? bueno, había un detalle en aquel minotauro que atacó a Bell y es que ya venía con sus cuernos llenos de sangre, sangre que seguramente pertenecía a algún pobre aventurero que estuvo en el camino, sin embargo ¿quién era él para enojarse? después de todo ella le salvó la vida, aunque le molestaba lo hipócrita que sonaba eso, pues él, que aspiraba a ser un héroe, ahora mismo estaba pensando en si mismo e ignorando el hecho de que se perdieron algunas vidas por culpa de la familia Loki, era imposible no conocerlos y también a sus integrantes más fuertes, después de todo son una familia con un enorme prestigio en la ciudad de Orario, pero esto no significaba que fueran perfectos, así que no molestaría intentando hacerlos sentir mal por algo que ya está hecho.
Bell: Oh, ¿vaya mala suerte no? bueno, yo me retiro, gracias de nuevo y adiós.
Princesa de la espada: Espera, ¿me podrías decir tu nombre?
Bell: mi nombre es Bell Cranel, ¿me podrías decir el tuyo por favor?
Aiz: Aiz Wallenstein, un gusto.
Bell: Oh igualmente señorita Wallenstein, ahora sí me retiro, hasta luego.
Bell se alejó del piso 5 con un sentimiento agridulce, por una parte contento y emocionado por conocer más acerca de la persona que en un sólo momento entró a su corazón como si de su casa se tratase, por otra parte triste y frustrado por que sabe que otra vez su falta de fuerza y velocidad evitaron que pudiera salvar a aquella persona que ahora ya no vivía más.
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Una inquebrantable determinación
AventuraMi nombre es Bell, Bell Cranel, yo.. yo quiero ser un héroe, quiero ser el más grande héroe de toda la historia y no importa el método.. lo voy a conseguir.