Capítulo Cuatro

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Reki jadeo sorprendido cuando su espalda reboto contra el colchón, las manos firmes de Langa a cada lado de su cabeza lo aprisionaron peligrosamente

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Reki jadeo sorprendido cuando su espalda reboto contra el colchón, las manos firmes de Langa a cada lado de su cabeza lo aprisionaron peligrosamente.

—¿L-Langa?—preguntó aturdido.

Sin embargo, la mirada azulada lo dejo mudo. Peligrosamente brillante y profunda, sus cejas fruncidas con la boca jadeante fueron una imagen que Reki estuvo seguro nunca olvidaría.

—¿Puedo tocarte todo lo que yo quiera.. ?—dijo, su voz saliendo inusualmente grave.

Oh, dios.

No pudo evitar que sus manos temblaran nerviosas. Esa actitud atrevida no era a lo Reki estaba acostumbrado, para nada. Langa era la mayoria del tiempo un chico tranquilo y algo distraído de su propia realidad. Alguien que posiblemente te hace pensar que no sufre de la necesidad sexual de un adolescente en plena floresion. Y ese mismo pensamiento recae como un balde de agua fría.

La idea de ser el primero en poner en ese estado a Langa era increíblemente satisfactoria.

Con el pulso al máximo, sujeta entre sus palmas el rostro del canadiense. Langa lo mira, esperando su aprobación y siente sus mejillas volverse cada vez más calientes.

Lo quiere, el deseo egoísta de que esos ojos azules lo miren por la eternidad lo envenena. Porque desde que sus caminos se cruzaron, Reki supo que Langa había rodado su corazón.

—Todo lo que quieras—susurró, acercando sus rostros, tanto que sus pestañas parecían danzar—Hasta que estés satisfecho—Y con eso, lo beso.

Langa suspiro pesadamente, dejándose llevar por el ritmo suave de Reki. Jamás había estado en este tipo de situaciones hasta que su relación con Reki tuvo más confianza, y realmente fue vergonzoso, la poca experiencia lo ponía inseguro y Reki a pesar de estar igual siempre era el que tomaba la iniciativa.

Pero ahora, Langa sentía que no era suficiente. No cuando Reki se entregaba entre sus brazos con tanta confianza y su cuerpo temblaba bajo el suyo. Aventurado, rozo con la punta de su lengua los labios hinchados. Reki jadeo, pero tentado busco el contacto nuevamente y Langa al ver la repuesta positiva, aprovecho para invadir la cavidad bucal.

Sus lenguas se entrelazaron curiosas, dando paso a un ritmo lujurioso. Pronto las manos de Reki terminaron bajo el fuerte agarre de Langa, inmovilizandolo cuando sus besos descendieron sobre la extensión de su cuello. Ansioso, Langa repartió suaves besos, que pronto se convirtieron el succiones y mordidas.

Reki suspiraba, dejándose marcar sumisamente por su novio. Aunque no estaba seguro de como ocultaria las marcas después, la acción posesiva le encantaba.

—Mhg, Langa—gimió dulcemente, sus pezones siendo atacados.

Langa memorizo el dulce sonido, agradecía que Reki no tuviera puesta la camisa cuando entro al cuarto, pues de esa manera sus labios podían acariciar toda la piel expuesta. Sin embargo, sus manos picaban por sentir la suavidad y el tener a Reki sujetado era un impedimento.

𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆 | Lanki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora