Chapter 3.

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(The Deal)

Las palabras de Regis se repetían como un eco de fondo en su cabeza «Prompto» todavía se sorprendía de que su majestad supiese de su nombre «¿Tienes algo que añadir?» aquello retumbaba en su cabeza como una especie de psicofonía de las profundidades.

Sabía que toda la sala lo estaba observando, a él, un simple plebeyo, tantos pares de ojos puestos sobre su figura lo hacían sentirse pequeño y menudo, insignificante. Sabía que debía actuar con rapidez o sino quedaría completamente en ridículo delante de todo el gobierno del país.

"Pu-pues" –Desgraciadamente la forma en la que consiguió liberarse del nudo de su garganta no fue precisamente alentadora, ni mucho menos la manera con la que pretendía dirigirse. Estaba dejando por los suelos el aún caliente cargo que le habían dado.

Prompto sintió como su cara rápidamente se iba enrojeciendo, aquello estaba siendo demasiado para él y el tipo de miradas que le habían regalado algunos de los presentes no ayudada en nada. Sin embargo, decidió enfocarse en la gentil mirada de Su Majestad, aquellos orbes azules llenos de bondad y cariño lo ayudaban a seguir adelante.

"Yo conozco a alguien que puede traducir estas escrituras" –Respondió finalmente.

Entonces el silencio que había en la sala se intensifico, nadie se esperaba que alguien como él dijese eso. No había movimiento alguno y Prompto lo único que hacía era observar a su majestad, suplicando porque la respuesta que le había dado fuese de su agrado.

"¿De veras?" –Preguntó el rey ciertamente interesado.

"Sí su majestad" –Acabo agachando la mirada. Ya no podía aguantar más aquello.

"¿A quién?" –Cuestionó alguien más en la sala que este no conocía.

Entonces fue cuando el joven fotógrafo se percató de la metedura de pata que había cometido, por un momento le vino a la mente la imagen de su amiga, sujetando la diabólica sartén de la otra noche y con una cara para nada agradable. Obviando el cierto miedo que le tenía a Lena, Prompto no podía traicionar la confianza que ella había depositado en él, pero tenía que ser consecuente con lo que había dicho. Toda acción tiene una secuela. Y el rubio lo único que podía hacer ahora era aceptar su error y salir de ahí lo mejor parado que pudiese.

"Una amiga" –Dijo evasivamente, entonces se fijó en la cara Noctis, la curiosidad que reflejaba, aquello sólo empeoro más las cosas.

Observó las diversas expresiones que ponían los miembros del consejo, tan diferentes unas de otras, sin embargo, todas coincidían en algo, y era decepción. Seguramente todos pensaban que era una pérdida de tiempo, que aquel inmaduro chiquillo no merecía estar en esa sala y menos aún permitirle habar cuando había asuntos más cruciales que resolver. Aquello le molesto en cierta forma. Él sabía que no sería el más indicado en la sala para hablar, le faltaba algo tan valioso como era la experiencia que te da la vida, sin embargo, sólo demandaba una cosa y era una oportunidad.

"Es arqueóloga y dejadme deciros que es bastante buena, si hay alguien tiene los conocimientos y experiencia suficiente como para leer esas escrituras, esa es ella" – Habló más alto, sacando de la nada el valor de donde no lo tenía. Cuando se percató de que todos los ojos volvían a estar sobre él, su coraje disminuyo.

¿Y dónde se encuentra esa persona de la que nos hablas?" –Le preguntó ahora Ignis.

"Vive en Altissia"

"El centro arqueológico y antropológico de Altissia no sólo es el mejor de todo Accordo, sino también a nivel mundial, por no decir el mejor de todo Eos" –Comentó uno de los consejeros. – "Contar con su ayuda sería altamente beneficioso"

Meet me, in the AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora