(The Little Dinosaur)
"Adiós Elena" — Dijo el pequeño príncipe mientras agitaba su bracito enérgicamente.
"Adiós Noct, mañana a la misma hora" — Le respondió mientras terminaba de guardar sus cosas.
Este asintió contento antes de comenzar su marcha junto a Ignis por el castillo, su padre le había regalado juguetes nuevos y estaba deseando estrenarlos junto a su amigo, por una vez había conseguido que este dejase de lado sus obligaciones. No todos los días podía permitirse el lujo de jugar con él.
"Ya verás Ignis, te van a encantar" — Le decía el pequeño pelinegro mientras correteaba de un lado a otro, emocionado, contándole cuales eras todos y cada uno de sus juguetes nuevos, así como el mundo de posibilidades que tenían.
A lo que su fiel siervo siempre le respondía con que «era todo un horno ser invitado a tal acto»
En un momento dado, cerca de su posición estos vieron pasar a una desordenada cabellera castaña a toda velocidad por uno de los pasillos contiguos, ambos se quedaron mirando por un momento. Ya sabían de quien se trataba.
"Su alteza ¿no ha invitado a la señorita Lain a jugar con usted?"
"¡¿Qué?!" — El pelinegro se puso completamente rojo ante lo dicho por su amigo. Lo habían pillado con la guardia baja. Rápidamente negó.
No era que jamás lo hubiese pensado, en verdad lo deseaba, pero casi en el año que ambos habían vivido bajo el mismo techo las veces que habían cruzado alguna palabra eran escasas.
Al principio de todo este pensó que ella le robaría toda la atención de su tutora, pero sorprendentemente no era así, la atención que le prestaba Elena nunca se vio afectada por lo que dejo de verla como una rival. En cambio, el pequeño comenzó a verla con otros ojos.
Aquella niña era tan diferente, algo que no se podía explicar con palabras, pero cuando coincidían era incapaz de apartar sus ojos de esta, ella tenía algo que lo capturaba, era quizás lo libre que se veía. A pesar de estar en un castillo rodeada de personas importantes esta jamás dejo que aquello la amedrentara, siempre se comportaba como era ella misma; curiosa, aventurera, constantemente en metida en su mundo, indiferente de lo que pasaba a su alrededor.
Incluidas las personas.
Y como no, todo aquello sólo logro aumentar más y más la curiosidad que tenía el joven príncipe ante ella, por lo que durante todo aquel tiempo este hacía todo lo posible para que en sus encuentros Lena fuera capaz de prestarle, aunque fuera un segundo de su atención. Sin embargo, aquello jamás llegó a dar sus frutos, todos sus intentos se vieron completamente fallidos y la frustración del príncipe sólo hacía más que aumentar.
¿Por qué él era el único a la que la chica lo trataba de forma indiferente? Al principio creyó que era por igual... pero no, para nada, con su padre se hablaba, haciendo que le contase historias del reino; con el personal del castillo también más de lo mismo. Pero con él no.
El único en aquel castillo que no existía para ella era él.
"Que va Ignis, ella dirá que no"
"¿Cómo está tan seguro de ello su alteza?"
"Porque constantemente me está ignorando, por mucho que intente llamar su atención siempre acaba igual, ella pasando completamente de mí... seguro que me odia" — Liberó así toda la frustración que tenía guardada.
"¿La señorita Lain? Pero si para nada es así, ¿ha intentado hablar con ella directamente?"
Al instante este se puso rojo de la vergüenza, en casi todo aquel año de intentos frustrados jamás había tenido el valor de acercarse a ella y hablar. Por lo que acabo agachando la cabeza ante la mirada divertida de su amigo, para así negar.
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Meet me, in the Afterglow
RomanceBajo un cielo de brillante naranja, azul y violeta, dos corazones quedarían unidos bajo el lazo del destino, no importaba las veces que estos se separan, los infortunios que tuviesen que atravesar. Sus caminos siempre los llevarían a encontrase bajo...