Copa 3.

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El sol de agosto atravesaba el parabrisas cubriéndome los brazos enfundados con una camisa de botones mangas largas, inicié viendo casas pasar, después fincas enormes que se encuentran en la entrada de la ciudad, luego todo se volvió seco, el pasto, los árboles y el cielo despejado, traté de comprender si me encontraba haciendo lo correcto, si era esto lo que debía hacer, si era esto lo que les gustaría a todos los que me acompañaron a través de mi tormentosa vida adornado irónicamente con todas esas emociones excesivas, intensas, más grandes que toda la sumas de mis partes, sintonizo una canción en la radio, cambio de emisora un par de veces pronto me encuentro con una banda llamada de rock llamada Sleeping With Sirens, tomo la botella de agua la cual compré en una gasolinera, del portavasos, quito la tapa con el cuidado de no apartar la mirada de la carretera, la atención del volante y no derramar nada, cuando al fin lo consigo doy un sorbo grande, profundo. Siento las caricias que deja la voz del vocalista en mi ser al decir que ahora es libre.

La libertad conlleva a mucha valentía. Continué viajando un par de minutos más hasta visualizar un cartel enorme que proclamaba "Furia para vivir no para herir" presiono el volante con ambas manos, un nudo nace en mi estómago, trago con fuerza, después me estaciono a un lado donde hay al menos diez vehículos más, el local tiene aspecto de ser un establo aunque sin ganado, me bajo del auto, desde esa distancia el silencio es sepulcral, rememoro aquella escena en el Código Da Vinci donde Siena se encuentra a su abuelo bajo la casa en una secta, la patética idea de que en consecuencia al mutismo estén todos desnudos rezando palabras en latín alrededor de un cuerpo cubierto de sangre con velas y al abrir me miren deseosos como si de vampiros se tratase para después culminar siendo yo su presa. Tal vez Son formaba parte de la secta por esa razón me envió a ese lugar.

El pensamiento inicia a tomar fuerza sin siquiera proponérmelo, el miedo característico que ocasionan los pensamientos intrusivos se hace presente, mascullan una y otra vez lo que no es cierto, me detengo a varios pasos de la entrada, aspiro profundamente, cierro los ojos, entonces una voz que resulta ser familiar para mí resuena a mi espalda  —Pero a quién tenemos aquí —me giro y lo veo, es el mismo hombre del supermercado, más bien, se trata de mi vecino Jung Hoseok, frunzo el ceño, recuerdo el título que yace grabado en el cartel, furia para... después rememoro la ocasión que estalló en golpes el bote de basura, me paralizo un momento posterior lo ocurrido del día pasado ilumina mi mente, el mismo hombre violento me protegió —Ya decía yo que venías necesitando ayuda para ese mal genio.

—Pero... —pasa delante de mí, guiña uno de sus ojos, seguido, entra en la fachada con aspecto de establo. Le sigo descubriendo que la puerta está abierta, procuro no echarme a correr, tiro de la puerta y la verdad sobre el lugar se revela delante de mis ojos, el piso es de madera caoba, hay sillas de madera blancas, una mesa con aperitivos a varios pasos de distancia de la rueda donde un hombre con anteojos lidera el centro, de quince sillas solamente doce son llenadas, me acomodo en una que está frente a Jung, el hombre alto con músculos y pectorales forzosamente escondidos. Ya todos congregados, los relatos inician.

—La semana pasada rompí un plato en medio de una discusión con mi esposa, en realidad no quería —se acomoda en su lugar tomando impulso, dispuesto a explicar lo ocasionado —Tenía los cubiertos en las manos, la discusión subió de nivel y ahora, pensándolo mejor me doy cuenta que fue una gilipolles, el plato se hizo mierda y... y... me enfurecí más por ello. Me asustó ver el terror en los ojos de ella.

—Libré a mi hijo de romperle la cabeza.

—Me despidieron porque golpeé a mi jefe —los hombres compartían sus experiencias vividas a lo largo de la semana hasta llegar el turno de una mujer.

—Le romí la nariz a mi mejor amiga —parecían vidas en tinieblas, oscuras, nubladas, a simple escuchar eran peor de lo que alguna vez imaginé mi propia situación.

Golpes [Hopemin] FiveShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora