MAWKA KAWSAY

Coya

- es un gusto volver a verlo mi señor,

-¿crees que podrás derrotarme tan fácilmente Wamanyana?

-no lo creo, lo hare, por ello estoy aquí. Wamanyana dejo de hablar abalanzándose a atacar al Inca, quien sostuvo su lanza con firmeza para poder defenderse, pero un inmenso puma blanco apareció rugiendo, lanzándose hacia él.

-tu…

-le sorprende  eso mi señor, Wamanyana sonrió con superioridad, pero esa sonrisa rápidamente desapareció al ver que el Inca volvió a mostrarse mas tranquilo, el puma que se había lanzado a atacar al Inca, fue bloqueo por otro de color negro.

-por tu mirada puedo entender que apenas y sabes de esto.

-¿a que se refiere?, la voz de Wamanyana tenia cierta molestia.

-las habilidades que acabas de obtener, es algo que solo la familia real y algunos nobles son capaces de controlar, pero que tu puedas generar ese tipo de poder, quiere decir que hay algunas personas que al parecer también conocen de esto.

-mi señor, se dice que es un gobernante justo, pero al final esconde algo como esto a su imperio.

-tu no comprendes, esto no es privilegio para nosotros, si la población en general conoce esto solo causaría caos total, personas que ambicionan tal poder empezaran a surgir.

-quiere que crea esas palabras, mi señor.

-lo creas o no es asunto tuyo, al final este poder es solo un lazo de venganzas y rencores que la familia real debe cargar, fue lo que susurro el Inca mirando hacia Wamanyana, el Inca detallo al joven frente a el notando que su aspecto no había sufrido ningún cambio, había pasado ya varios años desde el ataque, pero aun así el joven ante el seguía luciendo igual.

-muchos años ya han pasado mi señor, ¿no lo cree?

Ante ese comentario, el Inca supuso que Wamanyana ya sabía lo que pensaba.

-así es, pero en cierta manera puedo comprender lo que sucede,
Wamanyana no respondió, el puma junto a el volvió a rugir, el viento se elevo mientras la figura del puma cambiaba mostrando a un cóndor que nuevamente volvió al ataque.
La mirada de Wamanyana por unos segundos se desvió ante el inmenso paisaje, notando una figura a la cual deseo detener, al dar un paso, el rugido del puma lo hiso detenerse y poner atención a su alrededor. -“nuevamente la sensación de anhelo”, no lo comprendía pero desde hace ocho años, que imágenes, se mostraban frente a el, y en su corazón comenzó a envergarlo un inmenso anhelo por alguien, no sabia cuando comenzó, o si siempre estuvo allí, la necesidad de acabar con ese imperio, es solo obtener poder o había algo mas.

-¿se encuentra bien mi señor? Aquella voz, mas el escudo de agua que bloqueaba un ataque de fuego, no sorprendió en nada a Wamanyana.

-¿que haces aquí Yanamayu?,

-me percate que Hakampuma del Chinchaysuyu se dirigía hacia aquí y se disponían atacar, el joven miro hacia el Inca. - jamás creí que el Inti Churin necesitara de sus sirvientes para poder enfrentarse a su oponente.

-Yanamayu, será mejor que no te entrometas en esto.
-pero mi señor…

-Hakampuma, el Inca miro a la persona parada frente a el.

-¿ quien es el que necesita a sus sirvientes para poder luchar?, dímelo Yanamuyu.

-¡¿no es cierto lo que dije?!.
Hakampuma apretó sus manos, si no llegase antes hubiese sido el inca quien seria herido por el ataque oculto de su oponente.

-Yanamayu, la voz fría volvió a sonar logrando que el cuerpo del joven se tensara. –no te entrometas.

-usted…