Ohm, el temido líder de la mafia Rosa Roja, es un hombre serio, frío y despiadado, cuya autoridad no tiene rival. Poseedor de un poder y una riqueza que muchos envidian, vive atrapado en una jaula de oro, cargando con una profunda infelicidad y una...
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Apenas se había alejado unos pasos de nosotros cuando él, con voz cargada de ironía, habló:
-Mira nada más a quiénes tenemos aquí.
Joss dirigió una mirada llena de odio hacia Ohm, quien, lejos de inmutarse, parecía disfrutar de la escena.
-Dejémonos de tonterías. Quiero saber: ¿dónde está la carga? -Ohm observó a todos los agentes de la DEA con una arrogancia imperturbable.
-Está en esas tres camionetas - respondió Joss, derrotado, sin otra opción que revelar la ubicación de la mercancía.
-¡Empiecen a descargar la carga de las tres camionetas de la derecha! - ordenó Ohm a su gente con firmeza. Con Fluke
Fluke observaba todo desde la distancia, analizando cómo Ohm y sus hombres aseguraban la carga. Estaba tan concentrado en él que no se dio cuenta de que tres miembros de la DEA habían escapado. Tampoco notó cuando Joss, Dilan y otro agente aprovecharon el caos para inspeccionar las camionetas, buscando una salida.
Ohm, absorto en supervisar cada movimiento, no percibió el peligro que se cernía sobre él. Fue Fluke quien, al notar un movimiento sospechoso, reaccionó. Desde su posición, vio a uno de los agentes de la DEA sacar un arma sigilosamente.
Sin pensarlo dos veces, Fluke desenfundó la pistola que Ohm le había dado y apuntó al hombre. Jimmy y Tommy, observando la situación, se quedaron inmóviles, llenos de dudas, pero sin interrumpirlo.
El instante se congeló cuando el agente posicionó su arma para disparar a Ohm.
Sin dudarlo, Fluke jaló el gatillo.
El sonido del disparo resonó en el lugar.
El Silencio Roto
Todos giraron al unísono, buscando la fuente del disparo. En el suelo, un agente de la DEA yacía inmóvil, su uniforme manchado de sangre.
-¡Manténganse donde están si no quieren morir! -advirtió Ohm con una
frialdad que heló el aire.
Con su semblante serio, sacó el comunicador y contactó a Fluke.
-¿Qué pasó?
-|Intentaron aprovechar la oportunidad para matarte -respondió Fluke, firme.
Una sonrisa apenas perceptible se formó bajo la máscara de Ohm.
-Gracias.
Sin más palabras, volvió a supervisar el operativo.
Después de terminar su conversación, Fluke se giró hacia Jimmy y Tommy, quienes lo miraban con incredulidad.
-Buena puntería -comentó Tommy con una mezcla de asombro y respeto.
-Me lo dicen seguido -respondió Fluke sin perder la concentración.
Todo parecía bajo control, hasta que un ruido extraño rompió la calma. Antes de que Fluke pudiera reaccionar, alguien lo empujó con fuerza.
Rodó hacia un costado, evitando apenas un golpe directo. Su atacante, un hombre robusto, intentaba someterlo. Fluke respondió con rapidez, desarmando a su oponente tras una lucha feroz. En el proceso, los disparos accidentales resonaron en el lugar, aumentando la tensión.
Cuando finalmente logró dominarlo, levantó la mirada y lo reconoció. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, una oleada de recuerdos dolorosos lo abrumó.
Flashback
-Desde este momento ya no somos nada. No puedo estar con un asesino.
Las palabras de Joss resonaron en su mente como un eco interminable.
-¿Por qué? ¡Yo te amaba! -Fluke lloraba, desesperado.
-No me interesa. Esto se acabó. - Joss lo empujó a una habitación, cerrando la puerta sin mirar atrás.
Fin del flashback
Fluke parpadeó, luchando por contener las lágrimas. No era el momento para quebrarse.
Ohm llegó corriendo, alarmado por los disparos. Al ver a Fluke ileso, suspiró aliviado.
-¿Estás bien? -preguntó, revisándolo con ojos llenos de preocupación.
-SÍí, estoy bien -respondió Fluke, con la voz apenas audible.
Ohm lo abrazó, y por un instante, el caos alrededor desapareció.
-¿Los eliminamos ahora, jefe? - preguntó Kao al acercarse.
Ohm asintió con frialdad. -Sí. No quiero más entrometidos.
Pero antes de que pudieran actuar, el sonido de vehículos acercándose los interrumpió.
-Tenemos que irnos. Ya están aquí los refuerzos -advirtió Fluke, justo cuando Sammy confirmó la llegada de más agentes de la DEA por radio.
-¡Retirada! -ordenó Ohm, con rabia contenida.
Mientras escapaban bajo una lluvia de disparos, Fluke no podía apartar un pensamiento de su mente: "¿Por qué tenía que aparecer ahora? Ohm debe saberlo."
Con el corazón dividido entre la lealtad y el dolor, Fluke se preparaba para enfrentar lo inevitable.
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