Capitulo 9

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Todo lo bueno tiene que acabar, por eso después de estar un rato abrazados inpregnandose del aroma del otro, se separaron sin muchas ganas, tenían que hablar, debían colocar en palabras los que su abrazo y miradas ya habían dicho.

Tenían que dejar en claro cual era el terreno que estaban pisando, porque después de esas muestras de afecto tenían que dejar las cosas claras entre ellos; ambos dudaban que las cosas pudieran volver a lo que eran antes, un trato de jefe y empleado habían terminado de romper la última barrera que quedaba y ya no había vuelta atrás.

-Fluke debemos hablar de lo que sucedió hoy aquí.

-Estoy de acuerdo- contesto el Fluke aún sonrojado.

-¿Te parece si vamos a mi departamento? O ¿Prefieres que vayamos al tuyo?, Lo cierto es que necesitamos un lugar tranquilo dónde podamos hablar.

El castaño nada más imaginar a Ohm en su pequeño departamento hizo que muchas cosas se devolvieran en su interior y en consecuencia aumentara su rubor, preocupando al otro que se acerco rápidamente hacia él y lo toco a ver si tenía fiebre, provocandole aún más vergüenza.

-Mmmm creo que deberíamos ir a tu departamento, en donde yo vivo a veces los vecinos son muy ruidosos y quizás no podamos hablar tranquilamente- respondió por fin el muchacho excusándose para no llevarlo a su hogar.

-Me parece bien, pero antes debemos pasar por la oficina del director de la clínica y reportar lo que sucedió, esas mujeres no pueden quedarse sin castigo dos de ellas forman parte del personal de la institución y en el caso de la recepcionista hay que poner sobre aviso a su jefe, ese comportamiento no puede ser tolerado en este lugar.

Así lo hicieron tomaron sus cosas y se fueron a las oficinas del director de la clínica, quien los recibió con una gran sonrisa que se borró cuando lo pusieron al tanto de la situación, y le reporcho a Ohm por no haberle avisado antes del acoso que estaba recibiendo del personal.

Esa no era la forma en que se desempeñaban las cosas en su institución y por eso iban haber graves sanciones para las enfermeras, ninguno de ellos sabían en esos momentos  quién era la otra mujer recepcionista, pero ya lo averiguarían y pondrían al tanto al médico para el cual trabajaba.

Se despidieron del hombre un poco más aliviados de que este se iba hacer cargo de los castigos, aunque Fluke pensaba que ninguna de las mujeres se iba a quedar con los brazos cruzados y podria traer algunas consecuencias desagradables para él, solo esperaba salir bien librado de lo que sea que se les ocurriera porque el no estaba dejando su puesto al lado de Ohm.

El recorrido en el auto hacia al departamento del pelinegro lo hicieron en completo silenció, ninguno de los dos tenia algo que decir, además de estar algo nerviosos por lo que tenian que hablar, por fin iban a dejar al descubierto sus sentimientos, desnudando ante al otro todo lo que se había estado produciendo en sus corazones desde el momento que vieron a la otra persona por primera vez.

Ingresaron al departamento aun si mencionar ninguna palabra solo se podía observar el intenso sonrojo de Fluke y lo nervioso que estaba Ohm por lo qué iba a pasar a continuación: -¿Quieres algo de tomar?- rompió el silencio el pelinegro.

-Un vaso de agua estaría bien.

-Ok puedes sentarte en la sala, yo voy por el agua y de paso voy a pedir algo de comer porque me muero del hambre hoy no almorcé.

-¿Puedes pedir algo para mí también?, No termine tampoco mi almuerzo en igual que tú tengo hambre, te daré mi parte del dinero de lo que pidas.

-No tienes que pagarme nada, yo invito, ¿o es que aún no te ha quedado claro de las veces que hemos ido a comer juntos?- le respondió el pelinegro jocosamente mientras se iba a la cocina para no permitirle replicar.

El Amor Esta En El AireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora