La luna de miel fue todo lo que se pudieron imaginar, nada más llegar al Resort que había reservado Ohm se fueron a su habitación en donde se entregaron con pasión, como si nunca hubiesen hecho el amor antes, nada más recordarlo hacia que Fluke se sonrrojara esas tres semanas que pasaron juntos alejados de todos, las disfrutaron al máximo.
Y no es es que se la pasaron metidos en su habitación, sino que también se dieron el tiempo de conocer el paraíso en el que se encontraban pasaron hermosos momentos en aquella playa paradisíaca disfrutando los atardeceres antes de perderse en el otro cuando los atacaba la pasión.
Desgustaron deliciosos platos de comida en los restaurantes que visitaron y compraron muchos recuerdos para sus familiares quienes los recibieron con los brazos abiertos en el aeropuerto, se habían reunido para darles la bienvenida, con la sorpresa de que los señores Natouch con ayuda de los Thitiwat se habían mudado a la ciudad no queriendo estar lejos de sus hijos.
Habían vendido su casa de toda la vida y con el dinero habían comprado una pequeña casa cerca del vecindario donde vivían sus nuevos amigos, lo cual aliviaba mucho al castaño porque ahora los podría ver con mucha más frecuencia, al igual que se le hacia más fácil a su hermana para pasar los fines de semana junto a ellos, menos camino que rerrorrer desde su universidad hasta la nueva casa.
Las cosas se habían acentado para todos ellos, Fluke seguía siendo el recepcionista de Ohm aunque este lo había animado a emprender un negocio de repostería, esa idea no le disgustaba pero sentía que no quería pasar todo el día en una cocina, quizás más adelante lo reconsiderara pero en esos momentos el era feliz estando al lado de su esposo.
Sobre todo cuando el estatus como hombre casado de Ohm no había hecho que las mujeres se alejaran del todo y una que otra vez aparecía una intentando conquistar a su hombre, y es que desde que estaba al lado del pelinegro habia visto cada cosa desde su puesto de la recepción que lo hacia pensar a veces, que la gente estaba un poco loca.
En ese tiempo su paciente estrella Mew Suppasit no había perdido su andar impaciente cada vez que iba a una consulta, pero si lo enternecio verlo tan preocupado la vez que llevo a su novio Gulf, menos mal que aquel entonces solo tuvo una pequeña anemia y se curo rápidamente.
Pero todo se derrumbó para aquel joven cuando su esposo tuvo un accidente y casi se murió, él y Ohm se hicieron cargo de los cuidados posteriores del pelinegro y gracias a eso conocieron la fundación que esté dirigía junto a la señora Suppasit, involucrandolo en muchas de las actividades.
Y por eso, hoy se encontraban allí muy nerviosos por el paso que iban a dar, había llegado el momento de terminar de formar su familia añadiéndole un nuevo integrante a ella.
-¿Estás nervioso?- pregunto Ohm mientras lo tomaba de la mano sentados a las afuera de una oficina esperando que se hiciera oficial lo que habían estado anhelando desde hace unos meses.
-Algo, solo que no se que esperar... una cosa es tratar con ella aquí en la fundación y otra es cuando la tengamos con nosotros en casa... espero ser un buen padre...
-Lo serás amor, Ingfah tendrá el mejor papi que pueda llegar a desear, esa niña ya te adora, esto de ahora es solo legalizar lo que tú y yo ya sabemos.
-Ohm, ¿Porque siempre sabes que decir para tranquilizarme?
-Soy tu esposo, y te conozco bien así que se lo que te molesta, tus preocupaciones y todo las emociones que pueden pasar por esa cabecita tuya- le respondió el pelinegro para luego darle un tierno beso en los labios terminando de tranquilizarlo.
Porque si ese día iban a legalizar la adopción de una hermosa niña de 4 años que había quedado huérfana después de que su madre muriera de cáncer, la mujer nunca revelo quien era el padre, y muchos sospechaban que ni siquiera sabía quién era.
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El Amor Esta En El Aire
FanfictionOhm Thirtiwat un joven medico que asume el control del consultorio privado de su padre queda prendado de la sonrisa de un extraño que solo vio pasar una vez, cautivandolo con su hermosa sonrisa. La cual no espero volver a ver, y que guardo como un h...