━ 𝗬𝗢𝗨 𝗡𝗘𝗩𝗘𝗥 𝗞𝗡𝗢𝗪 ᴛʀᴜᴇ Bᴇᴀᴜᴛʏ

18.

 
 

A lo lejos una chica pelinegra y baja caminaba alegremente hasta Lia. Esta la miró a través de las personas que caminaban esperando a que finalmente llegase a su lado.

—Gowon, ¿qué tal?— Preguntó alegremente Lia.

—Todo bien, pero quería hablar contigo y con Jukyeong.— Respondió.

—Oh, ella aún no llega.—

—Está bien. Quería invitarlas a comer a un restaurante que está cerca, la comida es demasiado rica. Ya sabes... por todo lo que hicieron por mi.— Lia sonrió, inevitablemente estar con la menor de la familia Han la hacía feliz.

—Está bien, estoy segura de que Jukyeong querrá. ¿Te parece si nos vemos después de clases?— Preguntó animada y la pelinegra asintió.

—Ok, entonces nos vemos luego.— Se despidió. Lia la vió alejarse por el mismo camino por él que había venido mientras se adentraba a su aula con su helado de chocolate en su mano.

—Hey, Soojin.— Exclamó levemente saludando a su compañera, quién le regresó el saludo y siguió en lo suyo. Mientras caminaba comía algo de el helado que había comprado afuera de la escuela y trataba de quitar su mochila cuidadosamente para sentarse en su lugar.

Cuando estaba sentada para poder disfrutar de su helado tranquilamente una mano más grande que la suya tomaba el pequeño vaso y Lia, perpleja, observaba como Han Seojun se lo llevaba a la boca.

—Yah, Han Seojun.— Se quejó, pero como era costumbre a el chico no le importó. Con una sonrisa en su rostro se sentó en el asiento vacío de SooAh mientras miraba hacía atrás.

—El helado de chocolate es mi favorito, ¿cómo lo sabías?— Se burló.

—No lo sabía...— Volvió a quejarse la chica mientras esta vez el pelinegro se sentaba hasta el fondo, en su asiento, y el profesor junto a los estudiantes restantes entraban a el aula.

—Imju.— La castaña volteó a verla.— Gowon nos invitó a comer con ella después de clases.

—Oh, genial.— Sonrió.
  
  
  
 

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Lia le daba el último trago a su jugo de manzana mientras escuchaba atentamente a Gowon. Habían terminado de comer y Gowon no mentía, la comida de aquel lugar era demasiado buena.

—Creo que ahora aprecio más a mi rostro al natural, sé que no es perfecto pero siguo siendo yo. Aún así me gustaría aprender a maquillarme, en estos días compré algunos productos de maquillaje que tenían muy buenas reseñas, pero no sé cómo usarlos.— Comentó avergonzada.

—Oh, Jukyeong es muy buena. Ella podría enseñarte.—

—Yah, no soy tan buena.— Excusó nerviosa.— Pero puedo enseñarte lo que sé.— Ofreció.

—Oh, ¿de verdad? Podemos ir a mi casa hoy.— Agregó Gowon emocionada. Ambas amigas se miraron y asintieron.

—No se preocupen, estaremos solas. Mi madre y mi hermano saldrán hoy.— Explicó. Y tal como lo planearon comenzaron a dirigirse a la casa de la chica.
Era en un barrio tranquilo, la casa era pequeña pero acogedora y era más que suficiente para una familia pequeña como los Han.