Si estás acá es obligatorio que hayas pasado por un curso de historia universal ya sea por obligación escolar e incluso gusto propio de adentrarte en los placeres de conocer el pasado.
Esto es importante para plantear escenario, pero aún así, en este caso. ¿Qué persona - no personita- no conoce atroz periodo que tomó de 1939 a 1945?Oh, sí, estás en una historia de países humanizados, así que, disfruta la ficción que realmente pudo haber existido no necesariamente con países con piernas.
...
- Puedes dejar.. De jugar a esto... - Sugirió la Unión Soviética a una de sus aliadas, específicamente una nortemericana.
Había perdido la cuenta ya de las veces que la estadounidense le hacía algún tipo de jugarretas. Desde que se habían empezado a reunir en esas oficinas contruidas en su territorio junto con los demás aliados, la estadounidense se había dedicado a hacerle alguna broma – de mal gusto, según la soviética –al menos una vez al día, y esa mañana desde luego no iba a ser una excepción, quizá era algún ritual matutino.
Tal vez siempre fue un secreto que a USA le encantaba ver la cara de la URSS con algún color llamativo además de su palidez usual.
Justo la castaña la acorraló en el pasillo que terminada en su oficina – principal, por cierto –, la Unión trató de evitar contacto visual con el azúl de los ojos de la más baja, esto era gracioso para ambas; pues la Unión era muy alta, – una mujer que a todos miraban cómo una clave esencial por la rudeza que aparentemente habitaba en ella, aunque la estadounidense descubrió cómo retirar esa máscara de amargura y ver facciones tímidas y nerviosas, tengo que mencionar, no te quejes –y América también, – ya conocida y exitosa, aparentemente confiada, con más máscaras – pero aún así tenía que levantar su mentón para cruzarse con los iris grisáceos de la USSR, aunque también debía de cooperar un poco.
- Oh, ¿De verdad quieres que pare? Llevamos años así - se notó la enfasis en cuanto a mención de tiempo. El rojo subió ligeramente a las mejillas de la rubia mientras la castaña sonreía victoriosa. Había sido un encuentro perfectamente casual, Unión venía de la azotea y América de la recepción del edificio.
USA se alejó suavemente y mostró unos sobres. - Te traje un par de cartas - USSR alzó una ceja. - ¿Por qué no me las trajo mi secretaria? - USA sonrió nerviosamente divertida y se encogió en hombros, a lo que ahora la blonda le miró con notable sospecha, pero no le importaba mucho, a lo que suspiró y caminó a su oficina.
Se detuvo en la puerta y miró a USA quieta observándola al casi la inicio del pasillo. Cruzaron miradas a la distancia y USA ladeó ligeramente la cabeza. - Ты тупой? - Cuestionó a la castaña, con el sentimiento de frustración manifestándose en su rostro, más no podía hacer.
Se escuchó cómo la de iris azules entonó un perfecto "Ah", cómo si el espíritu santo le hubiese iluminado y caminó rápido a la oficina con las cartas, entrando y cerrando detrás de ella mientras la Unión se acomodaba en su asiento.
- La primera carta es de- ¿De verdad? - preguntó la estadounidense. -
-Америка, dame mis cartas - pidió en seco Unión.
- ¿Estás jugando ajedrez por correo?¿En plena Guerra?... Oh, y.. Mucho gusto, Dima - Se notó la molestia en la facción de la URSS. - Te felicito por tu creatividad, deberías probar con más apellidos con los que no estés ya registrada. - Mencionó USA borrando su sonrisa instantánea provocada por la burla que estaba a punto de hacerle a la mujer rubia, a quién le entregó sus cartas.
