Gabriel Agreste

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-¿Y quién es Adrien Agreste?
-¡¿No sabes quién es Adrien Agreste?! Es un modelo súper famoso.
-Ah, claro, ¿qué no es el chico de aquella fragancia que anuncian?
-Así es, ese mismo. Y yo soy su mayor fan. Incluso me dio su autógrafo, me hice pasar por él para que el gorila no lo lastimara.
-Eso fue muy valiente de tu parte, has sido un héroe. ¿Pero por qué el gorila lo buscaba?
-Es que él es su guardaespaldas, fue akumatizado porque Adrien escapó de él para poder divertirse. Adrien no le hacía daño a nadie, pero su padre no lo deja salir sin su guardaespaldas. Y no es para menos, pues es el hijo del mismísimo Gabriel Agreste.
-Y, ¿qui...
-No me digas que no sabes quién es Gabriel Agreste -Me interrumpe.
-Ah, sí, por supuesto. He escuchado su nombre un par de veces.
-Se nota que no has pasado tanto tiempo en París -Sonríe.

Ambos reímos.

Al día siguiente me dirijo de nuevo al trabajo, todo va bien. En ese momento, llega una chica muy amigable al lugar.

-Hola, vengo a entregar la orden de pasteles para esta panadería, que pidió el dueño, para vender. -Sonríe y casi tropieza.
-Gracias, señorita, puedes dejarlo aquí, yo me haré cargo.
-No trabajabas aquí, ¿cierto? -Intenta disimular su torpe entrada iniciando una conversación.
-No, apenas inicié hace unos días.
-Pues mucho gusto, yo soy Marinette Dupain Cheng, y soy la repartidora oficial de pasteles. Bueno, solo cuando me necesitan, mis padres son los proveedores -Ríe nerviosamente.
-Mucho gusto, Marinette, yo soy______...

En ese momento, los gritos de miedo de la gente interrumpen la conversación.

-Tengo que irme, iré a ponerme en un lugar seguro, y tú deberías hacer lo mismo.
-Claro, Marinette, nos vemos luego.

Entonces ella se va a toda prisa y yo también escapo del lugar.

Regreso a casa tranquilamente, con el pretexto de que tuve que escapar del trabajo por mi seguridad, pero con la confianza de que Ladybug y Cat Noir nos salvarán a todos.

Toco la puerta de la habitación de Wayhem para saber si él está bien y me invita a pasar, nunca había entrado a su habitación, tiene muchos pósters y fotografías de Adrien Agreste pero una me llama la atención en particular.

-¿Quién es él? -Exclamo con asombro.
-¿No sabes? Ya te había dicho, es Adrien Agreste, el chico modelo.
-No, hablo de el hombre que está a su lado.
-¿Hablas en serio? Es el famoso diseñador de modas, Gabriel Agreste.
-Luce tan... -No puedo soltar una sola palabra-. Tan imponente y con gran porte.
-Así es él, un hombre muy importante.
-De acuerdo, Wayhem -digo con voz nerviosa y me acerco a la puerta-, me alegro de que estés bien, debería volver al trabajo ahora que Ladybug y Cat Noir han arreglado todo, nos vemos luego.

Salgo de la habitación a toda prisa y respiro profundo.

-Nunca había sentido algo como esto -digo en voz baja y suspiro-, ojalá pudiera tener a un hombre como él en mi vida.

Tomo el transporte de nuevo al trabajo y me encuentro nuevamente a Marinette, olvidó cobrar lo que restaba del pedido, así que le pagué y continuamos la conversación que dejamos a medias. Resulta que es una chica muy agradable, un poco torpe, pero muy servicial y amigable.

Al final del turno vuelvo a casa e invito la cena, Wayhem y yo nos sentamos a comer mientras intento llevar la conversación sutilmente al tema que me incumbe.

-Oye, Wayhem, ¿en serio sabes tanto sobre ese chico, Adrien Agreste?
-Bueno, es muy famoso, todos saben sobre él, pero no tanto como yo, pues te encuentras frente a su fan número uno.
-Entonces supongo que sabes todo sobre él, después de todo, casi le has salvado la vida.
-Por supuesto, desde entonces somos muy buenos amigos. Estudia en el colegio Françoise Dupont desde hace algunos meses, es la primera vez que va a una escuela con otros estudiantes, pues su padre lo sobreprotege.
-Es increíble, ¿cómo sabes todo eso?
-Ya te lo he dicho, somos buenos amigos y soy su mayor admirador.
-No te creo, ¿entonces también conoces a su familia?
-Yo sé todo sobre él, vive solo con su padre y siempre van acompañados de su guardaespaldas y su asistente. La madre de Adrien murió hace tiempo y, desde entonces, Gabriel Agreste no ha vuelto a salir en público.
-Ha de estar muy deprimido por la muerte de su esposa, qué pena por él.
-Quizá por eso mismo es muy protector con su hijo.
-Alguien debería ayudarlo, consolarlo y abrir sus alas al mundo de nuevo.
-Claro, ¿y quién hará eso? ¿Tú? -dice en un tono burlesco.
-¿Por qué no? -respondo sin saber que decir y río-. Estoy bromeando.
-Te has enamorado de Gabriel Agreste -exclama con entusiasmo y ríe amigablemente.
-¿Y quién no? Cualquiera siente un amor platónico por los famosos, ¿no crees? -sonrío nerviosamente.

Terminamos de cenar, me retiro de la mesa y me dirijo a mi habitación, entonces me acuesto y no puedo dejar de pensar en eso.

-¿Acaso me he obsesionado con una celebridad? -me digo a mí mismo(a)-. Estoy enloqueciendo, es algo muy normal, ya se me pasará.

A la mañana siguiente, mientras desayuno, Wayhem se acerca.

-Tengo algo para ti.
-¿Qué es?

Wayhem se acerca con un rollo y lo abre frente a mis ojos, es un póster de Gabriel Agreste.

-¡Guau! Gracias, Wayhem -sonrío y actuó como si fingiera que no me importa-, era todo lo que necesitaba.
-Sabía que te gustaría -sonríe.
-Oye, por cierto, me quedé con la duda. Si Gabriel Agreste ya no se presenta en público, ¿entonces cómo le hace para encargarse de sus asuntos de moda? ¿Acaso manda a su asistente?
-Algo así, de hecho...
-Pero su asistente no puede encargarse de todo, ¿o sí?
-No me dejaste terminar, su asistente lo mantiene comunicado todo el tiempo en vivo mediante videollamadas, te voy a mostrar.

Wayhem me enseña algunas apariciones de Gabriel Agreste en público mediante su asistente personal y en cuanto escucho su voz, no puedo resistirlo.

Me paralizo.

-Esa voz, esa... voz -susurro para mí-, me suena tan familiar.
-¡Qué cosas dices! Es Gabriel Agreste, seguramente lo has escuchado en otro lugar y no te habías percatado de ello.
-¡No! Tú no entiendes, me refiero a... ¡Oh! Cierto, tienes razón -contesto nerviosamente.
-Oye, _______, ¿estás bien?
-Sí, no te preocupes. Solo me recordó a un familiar, eso es todo.
-De acuerdo, creo que es hora de que vayas a trabajar, o se te hará tarde.
-Tienes razón, nos vemos más tarde.

De camino al trabajo, no puedo dejar de pensar en eso. No es posible, jamás había escuchado la voz de Gabriel Agreste, pero tengo la seguridad de que me suena muy familiar, no tengo duda. ¿Pero dónde la he escuchado? ¿Dónde?

Basta, debo enfocarme en mí y dejar de pensar en tonterías.

En cada esquina que paso, observo diferentes anuncios de Adrien, la fragancia, no puedo dejar de pensar en Gabriel, me estoy obsesionando, esa mirada imponente, ese gran porte, esa... Voz.

Hawk Moth Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora