Madre

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Se puede ver a un Izuku pequeño jugando en un parque, el estaba jugando en el pasa manos yendo de un lado a otro lo más rápido que podía, en una de esas debido al sudor de sus manos, y a su cansancio, Izuku cayó dando golpe seco contra el suelo.

-¡Izuku!- Inko se levantó de su asiento lo más rápido que pudo al ver como Izuku cayo -te encuentras bien?- empezando a revisarlo viendo que solo se había raspado la rodilla y algo de sangre salía de ella

-solo me raspe un poco, no es nad.. auch- Izuku dejo escapar un quejido de dolor cuando su madre tocó el raspon

-Ven, regresemos a la casa, necesitamos curarte- agarrando a Izuku y empezando a llevarlo a su apartamento

-Ya te dije que fue solo un raspon, no es nada importante- Necio a querer ir a la casa

-Tal vez para ti no sea importante, pero para mi lo es, eres mi querido hijo, mi deber es preocuparme por ti, no importa si eres quirkless o no- Inko decía en tono de regaño caminando

-Los Bakugo no piensan así- Desviando la mirada dejándose llevar por su madre

-Pero nosotros no somos los Bakugo, lo que Mitsuki y Kasumi le hacen a Katsuki esta mal, pero el aún tiene a Masaru. Desde que tu padre....se fue, solo nos tenemos a nosotros tres, tu, Izumi y yo somos la única familia que tenemos, nunca olvides eso, y tampoco olvides, que aún que parezca mal, por la familia hay que hacer sacrificios- Inko decía en tono serio recordando como veia que Mitsuki y Kasumi despreciaban a Katsuki por ser quirkless, pero siempre veía que Masaru se la pasaba con el

-Por la familia hay que hacer sacrificios......- Izuku repitió esas palabras para si mismo y se quedo pensando en ellas

Tiempo actual

Se puede ver a Izuku llegando a la casa donde ahora vivían su madre y su hermana. Desde que Izumi se convirtió en la heroína número 1, ella se había encargado de darle un lugar mejor a Inko, siempre le daba a ella una parte del dinero que ganaba, y aún que esta siempre se negaba, Izumi siempre hacía que lo aceptara. El dinero nunca fue un problema muy grave para los Midoriya, pero de todos modos Izumi siempre decía que su madre había hecho mucho por ellos, y ahora era su turno de recompensarle. Izuku tampoco se quedaba atrás, desde que volvió de su entrenamiento como asesino, empezó a pasar más tiempo con su familia, siempre que preguntaban que hizo en esos 4 años, el decía que se había ido a estudiar a otro país, que había sido recomendado a una de las mejores escuelas del mundo y que logró entrar en ella, nunca se les dijo por qué quería que fuera una sorpresa, y entre tantos estudios apenas tenía tiempo para si mismo.

Hoy su madre lo había invitado a comer, si bien en un principio pensaba negarse debido a que ya estaban cerca de Chisaki, sus compañeros fueron los que lo obligaron a ir con ella. Y ahí se encontraba, afuera de la casa de dos pisos en la que ahora vivían, según lo que dijeron, en un principio le dijeron que la casa iba a ser más grande, Inko se había negado a esa idea, diciendo que no necesitaba algo tan grande para solo 3 personas. Izuku tocó la puerta y unos segundos después Inko le abrió la puerta -Izuku, que bueno que hayas podido venir- abrazando a su hijo con fuerza

-Si, logre hacer un poco de tiempo libre, ser maestro es más difícil de lo que pensé- Izuku sonrió con calidez abrazando a su madre también -Aun que debo de admitir que también recibí ayuda de unos amigos-

-Siempre es bueno tener amistades que están ahí para ti, deberías traerlos un día a comer, me encantaría conocerlos- haciéndose a un lado para que Izuku entrara a la casa

-Me gustaría, pero uno seguramente vendría con una botella de licor, otro no dudó que intentaría ligar con Izumi, y el más normal de todos seguramente comería diez veces lo que todos comemos- riendo un poco y entrando a la casa -Izumi no se encuentra aquí?

AsesinosWhere stories live. Discover now