lo vi, llegó de la nada, nos vimos fijamente a los ojos; fue de esos momentos de película en los cuales se paraliza el tiempo, con un Buenos días ambos Tratamos de romper el hielo, extendí mi mano con el objetivo de saludarlo, para ser honesta sólo quería que tuviéramos contacto, conforme transcurría el día nos miramos en repetidas ocasiones; Y es que, cada que ponía su mirada en mí, me hacía sentir que miraba las estrellas, me gustó lo que su mirada quería expresar, me comunicaba sensatez Paz confianza y tranquilidad, solo con postrar su mirada en mí, esas grandes perlas que parecían ser recién sacadas del mar, lograron transmitir y se estacionaron por varios minutos en lo más profundo de mis pensamientos.
Si bien es cierto que los ojos son las ventanas del alma, sólo podía indagar y poner en duda lo que él de mí pensaba, así que me pregunté, ¿estaré linda? ¿Sentirá lo mismo? ¿Me verá de la misma manera? Un sin número de preguntas sin respuesta, lograron tomar el control de mi sentir, me sentí incómoda y la inseguridad se apoderó de mi por completo.De esta manera llegó la noche, con su cambio de clima y la compañía de las estrellas; la estridente luz de las farolas se hizo notar, mientras el tiempo transcurría pasos de tortuga tuvimos momentos para hablar de cosas importantes y otras no tan importantes, por más de que tuvimos momentos de silencio en repetidas ocasiones, Ahí estaba el, escuchando mis sueños y mostrando interés en cada uno de ellos. Expusimos nuestros mundos, muy opuestos por cierto, pero con algo en común, éramos dos personas sumergidas en la monotonía entre tareas y responsabilidades, sin embargo, ahí estábamos el uno para el otro olvidándonos del lugar, la circunstancia o el entorno, por más de que una cierta cantidad de personas nos rodeaban, nos encontrábamos juntos disfrutando de nuestra compañía.
Después de algunas horas pasó la noche e hizo su acto de presencia el velo frío de la madrugada en compañía de una lluvia suave, tranquila y serena, que nos abrazo por contados minutos haciendo visible el romanticismo en la escena.
Momentos después postró su cabeza Sobre mi hombro y en total silencio, alzamos nuestras miradas para contemplar la belleza de un amanecer en completa fragancia y timidez, fue sin duda un momento “Perfecto” y es sugestivo para mí saber, que para esto sólo bastó un día, en el que mi ser decidió sentir. Sentir que por primera vez fue correspondida y pensar, que eso que no buscaba, pero esperaba con ansias en algunas ocasiones, por fin tocaba a su puerta.
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UN AMOR FUGAZ
DragosteLa escritora busca transportar al lector a una historia basada en hechos reales donde se evidencia lo contundente que puede ser el amor Incluso en momentos tan fugaces.