L O S I N G Y O U ©

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Hoy te notaba bastante tenso, demasiado nervioso. Parecías que romperias en llanto en cualquier momento, varios doctores entraron a la habitación, me pidieron que me retirará. No entendía que sucedía.

No me dejaban entrar a la habitación, tan solo tenía permitido estar en el pasillo. No había podido estar tranquilo, me la pasaba dando vueltas alrededor mientras miraba el reloj de la oficina.

Decidí caminar por un poco de aire, había subido a la azotea. El cielo estaba nublado y había una leve brisa, el clima se había vuelto frío y la gran autopista a unos cuantos metros se encontraba solitaria.

Escuche la puerta se azotada con fuerza, seguido de unos pasos, antes de girarme por completo unas manos se aferraron a mí con fuerza.

"Taru?". Lo llame, sin embargo no obtuve respuesta. "Taru, ¿Está to...?". Sentí mi hombro húmedo, seguido de sus sollozos.

Se aferraba a mi como si su vida dependiera de ello, su cuerpo temblaba y lágrimas tibias se deslizaban sin parar.

Estoy aquí, Taru aferrate a mi todo lo que quieras, pero por favor no te rompas.