Estoy escribiendo aún con las manos manchadas de sangre, después de haber terminado de escribir anoche y por fin abrir la carta de Agathe comenzaron a disparar contra nuestra posición, todos nos levantamos inmediatamente para ver de dónde venían los disparos pero la lluvia y la oscura noche no ayudaba mucho así que solo disparabamos a los destellos de las armas de los franceses.
De repente dejaron de hacerlo y solo se escuchó un disparo, todos nos cubrimos inmediatamente con lo que pudimos por qué reconociamos ese sonido era de un rifle de francotirador, yo me cubrir detrás de un auto que estaba sin llantas, una y otra ves el maldito francotirador disparaba dando la sensación de que la próxima vez que disparaba fuera contra cualquiera de nosotros.
El sargento grito "no se muevan esperen en cualquier momento cometerá un error y será nuestro", los minutos ya parecían horas y más estando bajo la lluvia, "señor ya se fue?" Decía el novato que cada vez estaba menos paciente, repetía "señor creo que ya se fue deberíamos seguir al enemigo" "cállate niño cuando sea el momento nos moveremos" le dije ya con gran rabia pero a los minutos volvió a gritar "señor ya creo que se fueron" habían pasado minutos y el francotirador dejo de disparar pero sabíamos que podía ser una trampa pero el novato se levantó y salió de su cobertura.
Solo se escuchó un disparo y el cuerpo del novato cayó al suelo con un agujero en la cabeza justamente en el ojo había muerto en cuestión de segundos, uno de nuestros compañeros disparo matando al francotirador y luego fuimos a ver al chico pero ya sabíamos que era tarde, su sangre era llevada por el agua, el sargento le quitó su placa y ordenó que lo pusieramos dentro del establo para que en la mañana fuera llevado a la ciudad.
El quería luchar pero lamentablemente encontró su muerte más rápido de lo esperado, dicen que las balas tienen nuestros nombres si es así espero no encontrar la mía aún.
Aton Bauer 1940
