⧽ 𝘼𝙍𝘾𝘼𝙉𝙀
「 Si algo aprendió Neith Alden de su sensei era la perseverancia.
La importancia de un proceso que llevaba a un final extasiante. O incluso lo peligroso que son las artes marciales en las manos equivocadas.
Pero las cosas cambian d...
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Septiembre, 1984
▬ ¡Pero tienes que hacerlo! ¡Es tradición!
La pelinegra se llevó los dedos al puente de la nariz mientras exhalaba con cansancio.
▬ Dejó de serlo cuando fuimos sustituidos por Max Summers.
Mateo metió las manos en los bolsillos de su pantalón vaquero, heredado de su hermano mayor, mientras se dejaba caer con clara resignación contra la pared de la librería donde se encontraban.
▬ ¿Ha pasado todo el verano sin hablarnos y ahora de repente quiere que vayamos a su fiesta en la playa? ¿No te suena a que hay gato encerrado?
Neith cerró el libro que estaba ojeando para prestar toda su atención al muchacho de ascendencia mexicana.
▬ ¿Quizás quiere hacer las paces?
▬ ¿Me lo preguntas o lo supones?
El moreno puso los ojos en blanco y volvió hasta donde se encontraba ella parada para rodearla con sus brazos por la espalda y dejar caer su barbilla contra el hombro ajeno. Neith ladeó ligeramente la cabeza para poder mirarlo, y ese fue su mayor error.
Los grandes ojos marrones de Mateo prácticamente centelleaban mientras la miraba con un puchero en sus labios.
▬ Por favor...
La pelinegra imitó el gesto que anteriormente había hecho su amigo y puso los ojos en blanco. Suspiro dirigiendo su atención nuevamente a los libros frente a ella mientras se mantenía unos segundos en silencio meditando su respuesta.
Pero Mateo comenzó a apretarla en su abrazo restregando su cabeza contra el hombro de su mejor amiga prácticamente obligando-la a responder para poder huir.
▬ Solo una hora. O juro que hablaré sobre tu colección de calzoncillos secreta.
El moreno sonrió triunfante ignorando la amenaza y la soltó después de darle un beso en la mejilla.
▬ Eres un dolor de culo.
▬ Gracias, entreno para ello cada día frente al espejo. Mi objetivo es echar de casa a Manuel.
▬ Es un niño, además creía que ahora que tiene novia te dejaría un poco en paz.
▬ ¿Y a quién crees que le toca cuidar a Romeo y Julieta de preescolar?
Neith hizo una mueca con horror. Adoraba al pequeño Miguel, pero dos niños de diez años enamorados era otra historia.
