-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas...
Danielle Diggory, hermana gemela de Cedric Diggory, cursa su sexto año de Hogwarts en la casa Hufflepuff.
Ella, Fred y George han forjado una amistad hermosa, se conocen desde pequeños, y con e...
—¿Qué lees? —preguntó Cedric sentándose enfrente de Danielle y arrebatándole el libro que tenía en las manos.
—Es un libro muggle, pero dámelo. —repuso ella extendiendo su mano para que se lo entregara. Cedric rodó los ojos y se lo devolvió, no sin antes leer el título.
— El Monstruo de Frankenstein, ¿eh? Y por cierto, deberías agradecerme, ya casi es hora de la clase. —la chica se alarmó ante esas palabras y sin pensarlo una vez más fue a vestirse con el uniforme de Hufflepuff. — ¿Y por cierto ya desayunaste? —gritó refiriéndose a ella, también había olvidado eso.
—Eh, sí. —mintió, pero sabía que si le decía "no", muy probablemente le daría un sermón.
—¿Vienes? — dijo su hermano justo cuando bajó a la sala común.
—Claro, pero vayamos rápido o llegaremos tarde. —replicó su hermana. —Eh, Ced, ¿qué es eso? —mencionó señalando un cartel que contenía lo siguiente:
TORNEO DE LOS TRES MAGOS La competición se realizará entre los tres colegios de magia más importantes: la Academia Beauxbatons, el Instituto Durmstrang y el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería (este año el anfitrión), en la cual se elige un campeón de cada uno de los colegios para que participe en tres pruebas.
—No lo sé, después le preguntaré a alguien, pero vayamos DESPUÉS, ahora deberíamos ir a clase. —mencionó el castaño tomando del brazo a su hermana y casi arrastrándola hacia la puerta.
En ese momento ambos salieron corriendo de la sala común, pasaron al frente de la cocina; el olor de la comida la haría desmayarse, no había comido después de la cena de al noche anterior. ¿Y si se separaba de Cedric? Solo sería un momento para tomar algo de la cocina y saldría en menos de un minuto. ~Hazlo, no tardarás ni un minuto.~ decía una pequeña voz en su cabeza. Finalmente fue desacelerando el paso hasta que paró, regresó a la cocina y entró rápidamente, tomó un panecillo que estaba a su lado y le dio una mordida antes de salir.
—¿Qué haces aquí? —dijo una voz que le sonaba conocida e inmediatamente escondió el alimento que llevaba en la mano.
—¡George!, eh yo... ¿y tú qué haces aquí? —rápidamente cambió el tema pero en verdad, quería saber que hacía cerca de la sala común de Hufflepuff.
