Historia corta, único capitulo.

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Esto no era diversión para Eve, preferiría estar en su casa, debajo de una mantita caliente con una taza de chocolate caliente y leyendo un buen libro. Pero en vez de esta en su casa estaba en una discoteca con sus amigas, tenía un dolor de cabeza increíble, ya que música había estado sonando a tope desde que llegó. Estaba segura de que ninguna de sus amigas estaban sobrias. Ya había tenido suficiente, era el cumpleaños de su amiga, per mañana tendría una resaca tan grande que no se acordaría de nada, ni siquiera si una de sus amigas se hubiesen ido pronto. Empezó a dirigirse a la puerta de la discoteca, pisando algunos pies de camino, pero no se molestó en disculparse, solo quería salir de ahí, quería sentir la brisa fresca y tener su propio espacio otra vez.

Nathaniel estaba estudiando sus alrededores, estaba justo en la puerta de una discoteca, perfecto; había suficientes víctimas de las que podía apoderarse, tenía una elección amplia. Tenía una semana justa sobre la tierra y no iba a malgastarla, iba a divertirse, divertirse antes de tener que volver al infierno para otros cinco años. Nathaniel estaba ocupado estudiando a todas las personas, y luego su mirada tropezó con Eve, una pequeña, frágil y preocupada adolescente; era perfecta.

Nathaniel decidió seguir a Eve, ella tenía la sensación de que la estaban siguiendo asique aceleró su paso. A Eve le quedaban diez minutos para llegar a su casa desde donde estaba ahora, asique cogió un atajo. Nathaniel acechó a su presa hasta que llegó a una calle vacía, era ancha pero no había nadie. Ahí, consiguió alcanzar a Eve rápidamente, y antes e que pudiese chillar había un pañuelo bañado en cloroformo sobre su nariz y boca. Justo antes de que Eve cerrase los ojos vio la cara de Nathaniel, so sonrisa amplia y sus ojos vacíos repletos de afán, un afán que le hizo temer por su vida, y luego nada, vacío, oscuridad, silencio.

Nathaniel se llevó su nuevo juguetea un sótano abandonado que había preparado previamente y la ató a una mesa; tenia todos los utensilios preparados ya sobre la mesa, listos para ser utilizados, para ayudarle a crear su obra de arte. Antes de comenzar cogió una tijeras y le cortó la ropa, dejándola expuesta. Era maravillosa, pero lo sería aún más cuando él hubiese acabado con ella.

Pronto se despertó y le vio coger una navaja, pequeña y fina; y le vio inspeccionando su cuerpo, buscando el sitio perfecto donde empezar. Nathaniel se acercó a su pecho derecho, y justo encima, sobre la parte suave y lisa de su piel empezó a escribir su mensaje. P.U.T.A. Sangre empezaba a gotear, y poco a poco a fluir con más fuerza, chorreando entre su brazo y pecho. Eve sentía un dolor que nunca había sentido antes, pero no le daría a su torturador el placer de oír sus gritos, ni sus llantos. Nathaniel quería oírla chillar, quería que se rindiese, así que decidió intentar algo un poco más doloroso. Esta vez se acercó a ella con una sierra, se acercó por su lado derecho y se acercó a su mano, y lentamente, empezó a cortarle el pulgar. Esta vez Eve no consiguió quedarse callada, un fuerte y agudo sonido se escapó de sus labios. Nathaniel sonrió, y escogió esta vez una varilla de metal que había estado al fuego. Sin sentir ningún remordimiento se acechó a su muslo derecho. La puso sobre su piel y observó cómo su piel empezó a burbujear, como se quemaba, como se ponía negra, y todo eso con una sonrisa de diversión. Repitió este proceso tres veces, provocando tres líneas negras sobre su pierna, sus gritos llenando la sala. La visión de Eve empezó a emborronarse por segunda vez ese día, lo que no sabía era que esa visión sería la última que vería jamás.

Nathaniel continuó a destrozar el lado derecho de la chica. Con un taladro, se acercó a su ojo y empezó a insertarlo en su ojo, sangre fluyendo por su cara, entrando en su oído y goteando por su pelo, volviéndolo del color de las cerezas después de morderlas. Luego cambió de juguete, una aguja simple y un hilo negro; cosió la mitad, la derecha, de su boca; imitando a Jack, de Pesadilla antes de Navidad, esto sí que parecía una pesadilla. También, para que no estuviese incompleta, le volvió a coser el pulgar.

Nathaniel se fue de la sala, volviendo a entrar seguidamente con una cruz de madera, de un tamaño humano, justo como en la crucificaron a Jesús, pero negra. Ató a Eve a la cruz con cuerda, teniendo en cuenta que tendría que quitarla luego. Luego, le hizo un pequeño agujero justo debajo de donde estaba su estómago, y le empezó a sacar los intestinos, sangre encharcando el suelo y goteando sobre los brazos de Nathaniel. El olor empezaba a distribuirse por la sala, un dulce olor metálico; que mucha gente encontraría nauseabundo, él lo encontraba placentero. Nathaniel procedió a atar a Eve otra vez, repasando lo que había hecho con cuerda; pero esta vez con sus propios intestinos. La mitad derecha de Eve estaba cubierta de sangre, y se empezaba a secar y coagular. Solo quedaba un último detalle.

Nathaniel recorto la figura de una cruz, sobre su corazón, y aparto los restos de piel que sobraron, dejando el corazón expuesto, La sangre no paraba de salir, recorriendo su cuerpo y cubriendo la palabra PUTA parcialmente. A continuación, con la sierra, le quito la costilla que protegía al corazón, y entonces lo vio. Aún palpitaba lentamente, el órgano que la había dejado vivir tanto tiempo. Le sacó el corazón y lo puso sobre la mesa, dejando su pecho vacío.

Antes de relajarse aquel día tenía una última cosa que hacer. Nathaniel se llevó a Eve a la puerta de su casa, y la dejó en frente de su puerta, aun goteando sangre, tocó el timbre y la dejó ahí; para que la encontrasen sus padres.

Nathaniel regresó a su casa y se sentó, mirando fijamente al corazón; y a la costilla; que había fracasado en su trabajo de proteger al corazón. Luego se durmió pensando en lo que haría mañana, ¿Cuál sería su siguiente víctima?

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2015 ⏰

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La diversión a ojos de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora