Íbamos camino a mi casa, él sostenía mi mano con dulzura mientras caminábamos por las calles. Había pasado un cumpleaños maravilloso. Al llegar a la puerta de mi casa, saqué mis llaves y la entre abrí.
-Espero que te la hayas pasado bien. Felices 17, preciosa-
Besé su mejilla y le di un fuerte abrazo, me levantó un poco del suelo y me dio un montón de besos por todo el rostro. Por un momento, fue como si el tiempo se hubiera detenido. Me sentí feliz, muy feliz. Miré sus ojos, sus hermosos ojos oscuros, me miraban con tanto amor. Me puso de nuevo en el suelo, me miró y me sonrió dulcemente.
-Eres hermosa-
Sentí mi rostro enrojecer y mi corazón se aceleró. Tomó mi cara entre sus manos y me dio un pequeño beso en los labios, sentí como si flotara, porque cuando me ama, así es como me siento, como si flotara. Cuando empiezo a caer del cielo, él me recuerda como volar. Oímos el sonido de una cámara tomando una fotografía, nos separamos y vimos a mi madre con su cámara en manos.
-¡Mamá!- -¿Qué?, se veían adorables, no iba a desperdiciar la oportunidad para fotografiarlos-
Ambos bajamos la mirada bastante apenados. La fotografía instantánea al fin se termina por ver y me la entrega para que la veamos. A decir verdad, era una fotografía hermosa, podía verse que el ramo de girasoles que me había obsequiado continuaba en mis manos, y la discreta sonrisa de ambos a través del beso.
-Bueno, ya cumplí mi cometido, esperaré en mi habitación a que entres. Gusto en verte Michael- -Igualmente señora _____-
Después de que mi madre se marchó a su habitación, Michael soltó una sonora carcajada.
-¿De que te ríes?- -Es que me dio mucha ternura tu carita de vergüenza- -¡Cállate!, si tu estabas igual-
Esta vez yo reí, una de sus manos tomó la fotografía y la miró con detenimiento.
-Es hermosa- -También lo creo- -Quédatela tú, para que siempre recuerdes este cumpleaños-
Me entregó la foto y la guardé en el bolsillo trasero de mi pantalón.
-Debo de entrar ya, nos vemos el lunes en la escuela- -Por supuesto. Nos vemos pronto, te quiero- -Te quiero-
Me dio un último beso antes de darse la vuelta y comenzar a caminar hacia su casa, por mi parte abrí totalmente la puerta y entré a casa. Me recargué un momento en la puerta y saqué la foto de mi bolsillo. La miré por no se cuanto tiempo, la llevé a mi pecho y sonreí. Olí el dulce aroma de los girasoles, y sonreí aún más. Cuando me ama, siento que estoy flotando. Siempre será mi forma favorita de amar.
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