Draco Malfoy: Secuestrador《Harco》

Capítulo XXII

Draco

Mis puertas y ventanas estaban cerradas. Scorp y yo incluso habíamos movido los muebles que no llevábamos para bloquear las puertas en caso de que alguien pudiera abrir la cerradura. Era mi día y estaba decidido a despertarme como quería. Durante los últimos meses, me habían bombardeado con planes de boda. A esos Potter no les gusta hacer nada a medias, así que terminé con una cantidad increíble de decisiones que tomar.

Afortunadamente, tuve a Blaise. Ahora estaba de regreso en la universidad, pero hacía visitas frecuentes para lavar la ropa, meterse conmigo y pelear y besuquearse con Ron. El es la que ideó nuestro brillante sistema de toma de decisiones. Dardos. Yo elegía las opciones que me gustaban, el las acomodaba al azar en un tablero de corcho y nos turnamos para lanzar los dardos. Sea lo que sea en lo que aterrizó, se lo pasé a los demas. Quedaron impresionados con mis habilidades de elección rápida hasta que descubrieron cómo lo hacía.

Solo había tres cosas con las que era quisquilloso: los colores, el pastel y el novio. Para todo lo demás, busqué la ayuda de otros. James me ayudó a elegir el lugar, Neville me ayudó a encontrar el vestido perfecto y Dean supervisó a los hombres con sus tareas. Tenía el trabajo más duro.

Había estado en innumerables pruebas, fiestas y duchas. Harry y yo trabajamos juntos para preparar su casa para que Scorp y yo nos mudemos junto con Shredder y el maldito gato. También tuvimos que trasladar la casa del árbol. No había forma de que pudiéramos dejarlo atrás. Todo estaba listo y planeado. Todo lo que tenía que hacer era vestirme y decir "Sí, quiero".

Rodé hacia mi costado y abrí los ojos solo para encontrar un par de pequeños pies. Scorp y yo tuvimos uno anoche solos, así que jugué juegos al azar con él hasta que se durmio en mi cama. Al parecer, se había dado la vuelta en algún momento de la noche. Extendí la mano y le di un ligero toque en la planta del pie para despertarlo.

Su risa somnolienta llegó a mis oídos, así que me agaché y tiré de él para poder verlo. "Tenemos que levantarnos y ponernos en movimiento. Si vamos a ser Potter's, tenemos que aprender a llegar a tiempo".

"Necesito un poco de café", dijo Scorp, estirando los brazos sobre su cabeza.

"Tu no tomas café", le respondí, haciéndole cosquillas de nuevo.

Sacudió sus brazos hacia abajo en un intento de bloquearme. "Está bien, está bien, tomaré jugo."

"¿Está todo empacado?" pregunté. Él, Albus y Lily iban a pasar la semana con sus abuelos mientras Harry y yo íbamos de luna de miel.

"Sí, Capitán", respondió.

Me senté. "Entonces pongámonos en movimiento, chico."

Nos cepillamos los dientes y agarramos las pocas cosas que no habíamos llevado a casa de Harry. No íbamos a vivir más en esta casa, pero aún la visitaríamos. Afirmando que le gustaba el barrio, Fred lo compró junto con los muebles que no me llevaba. Le deseé suerte. Esta gente estaba loca. De hecho, probablemente encajaría muy bien.

Paré frente a la casa de Seamus. No se me permitió entrar desde que Harry estaba allí, así que le envié un mensaje de texto a Seanus para hacerle saber que había llegado. Salió poco después con Lily en brazos.

Me incliné y besé a Scorp en la mejilla. "Pórtate bien. Te veré en la boda."

Él sonrió. "De acuerdo papá." Me devolvió el beso. "Te amo."

Ese niño sabía en serio cómo hacer que mi corazón se derritiera. "Yo también te amo," le dije antes de que saltara de la camioneta, saludara a Seamus y corriera adentro.