¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
1965
Inglaterra
Harry Styles, un chiquillo de 11 años que no hizo nada malo. No, no lo hizo. Lo único malo era el mundo en el que vivía, o eso es lo que pensaba ese pequeño de once años.
La familia Styles es una familia reservada; una familia de buenos recursos, religiosa, deben cuidar su reputación y para hacerlo, están dispuestos a hacer lo que sea, de verdad, no exagero, lo que sea.
Una iglesia en donde la homosexualidad no está permitida, es el peor de los pecados, incluso es peor que el asesinato. Ha, vaya mierda.
Al cumplir los dieciséis años, Harry es llevado por el pastor de la iglesia Cristiana a un lugar peor que el infierno. Un lugar en donde lo van a "curar", lugar donde hay cientos de jóvenes más.
Lo peor de todo es que Harry estaba emocionado porque pensaba que iría a un campamento de verano.
17 semanas. En 17 semanas tendría que estar curado. Harry realmente esperaba curarse, ya no quería ser torturado en casa tanto como en la iglesia por tener rasgos afeminados.
Por supuesto que el rizado no esperaba enamorarse del chico ojiazul de la celda de a lado. Ni siquiera cruzó por su mente. Todo lo que quería era curarse.
Harry Styles, ademas de luchar con sus demonios, tendrá que luchar contra sus sentimientos. Porque si se enamora, nada de eso acabaría bien. ¿O si?